CAPÍTULO 37

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Emily me las va a pagar, la primera vez en el año que llego temprano al colegio y apenas entró al aula todos mis compañeros miran mi estómago. Se ve que corrió rápido la noticia del porqué nos escapamos.

Quise ignorar todas las miradas y me apuré en llegar a mi banco con tal mala suerte de que no vi que una mochila estaba tirada en el medio del suelo y me caigo de cara al piso.

Se hizo silencio en el aula, todos los que estaban sentados se pararon, y de repente tenía a todos mis compañeros rodeándome y preguntándome si estaba bien, sin dudas están preocupados por "mi embarazo", incluso Marina hasta me acarició la panza y me sonrió con ternura.

Me estaba por salir humo de las orejas de la bronca por la excusa que tuvo que inventar Emily, y les aclaré miles de veces que no estaba esperando ningún bebé, pero no me creyeron.

Me empezaron a tratar como una reina, me acompañaron hasta mi banco, me ofrecieron galletitas y jugo, y se sentaron cerca para darme charla.

— Ya les dije que no hay embarazo. ¡¿PUEDEN DEJARME TRANQUILA?!

— Mi mamá también está embarazada y tiene estos cambios de humor, quédate tranquila Ab son las hormonas —me dice Carla mi compañera.

— NO SÉ PORQUE NO ME CREEN, NO HAY EMBARAZO Y NUNCA LO HUBO, NO FUIMOS A COMPRAR NINGÚN TEST Y ESTA PANZITA QUE TENGO ES POR COMIDA —les aclaró y veo a Emily entrando en el aula mientras bosteza tranquila, la fulmino con la mirada, y ella al ver el séquito que me rodea, da media vuelta y se va.

—EMILYYYYYYY —grito con todas mis fuerzas, mis compañeros se miran entre sí, y tres de ellos corren a la puerta para traerme a Emily.

— Hola chicos —saluda mientras sonríe inocentemente y se acerca a nosotros.

— Emily —mascullo entre dientes.

— Te juro que yo no fui, mi mamá llamó al colegio cuando llegué a casa para avisarles porqué nos escapamos, para evitar que nos sancionen y se ve que corrió la bola —dice intentando evitar que me enoje, pero no lo logra.

— ¿Cómo se va a llamar? —me preguntó Delfina.

— ¿Puedo ser su madrina? —me preguntó Carla

— ¿Podemos acompañarte a la ecografía? —me preguntó Marina mientras tomaba de la mano a Bruno.

Ante tantas preguntas, me resigno y dejo que crean lo que quieran, Emily intenta explicarles que no estoy embarazada pero se calla abruptamente cuando ve que la directora entra al salón.

— Señoritas Quintana y Brown acompáñenme a dirección.

Ya no me pareció tan buena idea la excusa que tenía preparada, así que puse cara de cachorro triste, y todos mis compañeros, menos Bruno, me defendieron y obligaron a la directora a que la charla sea en el aula y no en dirección.

Les sonrió a todos como agradecimiento, y veo como la directora se sienta en el escritorio de la profesora, cuando ve que esta se acerca, le pide que espere fuera del aula porque va a hablar unos minutos con nosotros.

Esos minutos fueron una hora de clase de educación sexual, de la importancia del uso de preservativos, de las posibles consecuencias de no usarlo y muchas cosas más. Surgieron preguntas por parte de mis compañeros, y la directora decidió que ni bien regresemos de las vacaciones de invierno tendremos un taller de Educación Sexual Integral.

Después, se dio cuenta que nunca nos preguntó por el resultado del test "que habíamos comprado" y le dijimos que fue negativo, en el aula se escuchó un coro de "ayyy" y algunos "auch". Recién ahora nos creen que no hay embarazo y se vuelven a sentar todos en sus lugares, dejándome solita en el fondo.

Éramos un par de farsantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora