... Un escalofrío le recorrió la espalda, sus cuencas se abrieron como platos y una expresión de miedo se apoderó de su cara. No podía creer lo que estaba viendo.
-Un...humano.
¿Era un espejismo? ¿Como había llegado un humano hasta allí? ¿Se supone que había una barrera ¿Como a podido pasarla?
Tras unos minutos de estupefacción y analizar con detenimiento el cuerpo humano delante de él, pudo darse cuenta de algunas cosas. Una, el humano estaba inconsciente. Dos, sus mejillas parecían estar algo roja. Y tres, no era solo un humano.
- Es....un alma humana
El cuerpo de aquel humano era translúcido. Y una aurora adornaba la cabeza de este. Era del sexo femenino. Piel ligeramente morena, pelo largo negro y azul, un vestido celeste con hombros abiertos y unas bailarinas azul marino. También portaba unas cintas alrededor de sus brazos, tal vez estaba herida o algo.
Sans quería alejarse de ahí, quería salir por patas. Pero sus piernas no se movían. Se quedó allí observando a la chica durante unos segundos. Hasta que esta comenzó a toser con brusquedad. La chica parecía estar sufriendo un gran dolor y sus mejillas parecían más rojas que antes. Poco a poco fue abriendo los ojos, y encontrándose con la mirada atónita de Sans. Sans gritaba internamente por que sus piernas se movieran y salieran corriendo de allí. La chica simplemente se quedó mirándolo con su expresión adolorida, no le dijo nada, parecía no haberse asustado por tener delante a un esqueleto moviéndose.
Tras unos segundos que parecían interminables para Sans, la brusca tos de la chica volvió a hacerse notar. Según lo que Sans sabía acerca de estas, es que las almas humanas tenían un gran poder, y que este era usado por monstruos para entrenar sus habilidades, siempre con el consentimiento del humano. Los monstruos eran muy respetuosos a la hora de pedir ayuda a las almas, por que sabia que no muchas aceptaban su raza. Los niños humanos siempre eran los más agradecidos, eran muy puros, al no tener influencia por parte de humanos adultos ellos no sentían un odio hacia los monstruos, los niños trataban de ayudar a los monstruos con lo que podían. Aquella chica parecía tener entre 16 o 17 años, bastante mayor comparada con las almas que había visto ayudar a sus padres con anterioridad. Otro dato era, que las almas humanas no sufrían de enfermedades o heridas físicas graves, ya que estaban muertas. Pero esa chica se veía muy enferma.
Tras calmarse su tos, la chica volvió a mirarlo a los ojos y acto seguido volvió a desmayarse. Sans volvió a mirarla de pies a cabeza aun atónito. ¿Que le estaba pasando? ¿Porque estaba enferma? ¡Se supone que las almas no pueden enfermarse!
Su cuerpo comenzó a relajarse un poco, pero aun seguía algo asustado. ¿Era ella quien lo estaba llamando? Entonces, ¿Porque no le había dicho nada?
Se acercó un poco más ella, pero aun manteniendo una distancia segura. Su forma translúcida comenzaba a tener un cambio extraño, parecía como si su forma "física" fuera desapareciendo poco a poco.
La expresión de Sans cambio a una de odio. ¿Porque tendría que ayudarle? ¿Acaso los humanos les habían ayudado?....No, los mataron y encerraron al resto, por su propia inseguridad.
Se levantó con furia. La ira no dejaba que el desconcierto lo paraliza y se dio la vuelta para alejarse de allí.
Fue entonces, un fuerte brillo blanco hizo que se detuviera. El aire se levantó de repente. Sans volvió a mirar hacia la fantasma y pudo apreciar que aquella luz salía de ella. El cuerpo de la chica se había elevado del suelo y un corazón de color azul marino apareció en su pecho. Era su alma.
De repente el alma de Sans también salió de su pecho, como si esa luz la hubiera hecho salir. El aire comenzó a volverse algo más agresivo. El alma de Sans se alejó de él y se acercó al alma de color azul. Sans trato de agarrarla pero le fue imposible, sus pies estaban pegados al suelo y no le permitían dar un paso.
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Psiquetale (Au Undertale)
De TodoFrisk ha vivido a la sombra de todo y de todos, la han insultado y pisoteado. No se siente segura en ningún sitio, ni en casa, ni en colegio, ni siquiera sus pensamientos son seguros probablemente sean el lugar más peligroso de todos. Rondada por al...