IX

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El corazón de JK se sentía desesperado por volver a ver a JiMin, a esa cara tan hermosa que poseía, en el momento en que lo vio, removió algo en el tan grande que le hizo sentir nostalgia, tristeza pero sobre todo amor.

Justo ahora se encontraba eligiendo su ropa en su casa mientras observaba como su hermana jugaba con su celular sentada en su cama.

— Lalisa. — Le llamo. — Estarás todo el rato aquí. — Frunció el seño.

— Si, pero es por que... — Se levantó de la cama. — ¿Recuerdas que te dije que en mi país de origen había una pagina donde publicaban fotos de los chicos más lindo?. — JK asintió. — Pues descubri una de aquí, publicaron las fotos de los de primer año. — Le contó. — Sabes observe por horas a un chico, este encaja con todas las características que tu decías cuando llegaste y estabas desorientado. — Explicó.

— A ver Lisa. — Soltó un suspiro pesado. — Recuerda que deje de pensar en eso hace mucho tiempo. — Siguió buscando ropa. — Sabes la horrible depresión que tuve por no saber de dónde venía o quien era la persona con la que soñaba. — Miro algunas playeras. — Supongo que el pasado en el pasado, solo queda el presente. — Soltó un suspiro de enamorado al recordar a JiMin.

— Si... — Se quedó en silencio. — Podría creerte que no te interesa. — Le miro sería. — Pero te creeré sólo por que al juzgar por esa sonrisa brillante supongo que... — Se movió hasta JK para agarrar su hombro. — Supongo que encontraste lo que buscabas. — Dijo eso último para después salir de él cuarto de su hermano mayor.

JK se quedo en total shook por lo que está había dicho, extrañamente sonrió en afirmación.

Sin prestar atención a su propio gesto siguió buscando su ropa, cuando por fin término de elegir, se metió al baño para darse otra ducha.

En cuanto el agua de la regadera empezó a caer su rostro, de sus ojos salieron lágrimas, aveces se sentía una persona mala, como si le hubiese lastimado a alguien, a pesar de no saber quien era ese alguien tenía muchas ganas de decir "Lo siento".

Poco a poco dichas lágrimas dejaron de salir y el sentimiento se removió para dar paso a el sentimiento de la felicidad junto con el de amor.

Dejando de lado el tema salió de su cuarto de baño para ponerse en acción, coloco su desodorante después de esto tomó su pantalon y playera negras, junto con la chaqueta de cuero que tanto le gustaba, acomodo su cabello negro con puntas azules, colocó sus calcetas y de ahí sus botines.

Se hecho su colonia, ya mirándose en el espejo se fijo de que todo se viera bien, sonrió en victoria.

Salió de su habitación para dirigirse a la cocina donde tomó un vaso de agua mientras se sentía tan nervioso.

— Oh, hermanito. — Sonrió observándolo de pies a cabeza. —  Saldrás ¿no es así?. — JK asintió dejando el vaso en el fregadero. — Tienes suerte de que papá y mamá casi nunca estén en casa. —

— De hecho quiero hablar con ellos para poder tener un lugar donde vivir independiente. — Se acercó a ella.

— No te vayas. — Hizo cara triste. — No tendré a nadie con quien pelear. — Río.

— Jaja, que graciosa. — Hablo sarcástico.

— Lo digo en serio. — Sonrió para después dirigirse al sofá.

— Si si, como diga hermanita. — Tomó sus llaves del carro.

— Cuidado al conducir. — Está vez su semblante era serio.

— Tranquila ya perdí la mayoria del miedo. — Se dirigió a la puerta. — Ahora portate bien, regreso más al rato. —

— Suerte y yo soy un angelito. — Hizo pose de flor.

— Si claro. — Se burló.

JK salió de la casa para después dirigirse a su carro, cuando estuvo en el asiento del piloto hizo algo que había dejado de hacer hace mucho; miro el asiento del copiloto y susurro "lo siento".

Dejo de lado este pensamiento y solo se dirijo al parque que estaba cerca de la universidad, cada vez que manejaba miraba a todos los lugares como si tratara de ver de que ningún carro le chocará.

Hizo esto durante todo el camino hasta que llegó a este y desde lejos pudo divisar a JiMin sentado en una banca mientras miraba su celular.

Este sonrió al ver lo hermoso que se veía con ese tinte que le provocaba nostalgia, antes de bajar de su carro siguió manejando para poder comprar rosas rojas.

Cuando tuvo estas en su posesión se movió para estacionar su automóvil, bajo por fin de este y camino hasta donde estaba el más pequeño.

Llegó hasta el con una gran sonrisa, miro que este aún no notaba su presencia así que decidió llegar sorpresivamente y darle un beso en la mejilla.

— Llege JiMinie. — Le sonrió a la cara sorprendida del bajito.

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