XLVII

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— Min WonHo queda arrestado por trafico de drogas, secuestros, homicidios y lavado de dinero. — Hablo el policía de mayor rango.

En ese momento JongHyun y ChanYeol corrieron para abrazar aquellos dos que aún no salían por completo del trance, los menores empezaron a llorar al ver que no habían muerto.

Se levantaron del piso lentamente haciendo que los mayores le soltasen de su abrazo, ya estando de pie JiMin tocó el rostro de su amado.

— Kookie dime que este no es un sueño. — Le miro a los ojos.

— No lo es cariño. — Le abrazo nuevamente. — Te dije que no sería igual. — Acarició su espalda.

— Me dijo el policía que por ahora se lleven a las víctimas a otro lugar. — JaeBum interrumpió el abrazo.

— Nosotros los llevamos. — Chan se señaló a el y a su esposo.

— Por favor. — Sonrió Jae.

— Vamos. — Dijo Jong y los menores le hicieron caso.

JiMin y JungKook no se soltaron las manos en ningún momento eso era lo que menos querían hacer ahora, como los niños obedientes que son siguieron a sus mayores hasta el carro.

Este empezó a moverse hacia un lugar desconocido.

— Les gustará mucho el lugar a donde iremos. — Jong les sonrió.

JungKook intento reír pero lo único que quería era abrazar a su novio y no soltarle temía que si lo hacía lo perdería otra vez.

Cuando el automóvil se detuvo Chan busco algo en su bolsa para después voltear su rostro hacia los menores y estirar su mano entregándoles algo.

— Entren a esta casa, todo esta limpio. — Jong ordenó.

JungKook estiró su palma junto a la palma de JiMin para tomar lo que era una llave.

En ese momento el corazón de los dos chicos se aceleraron pues sientan saber de quien era está casa o mejor dicho de quien fue.

No dijeron nada más y solo salieron de aquel automóvil con las manos unidas, al acercarse pudieron sentir cada vez más recordarla.

— Era nuestra casa. — JiMin expreso con nostalgia.

JungKook fue el introdujo la llave en aquella cerradura que claramente era algo antigua pues esas cerraduras ya casi no se usaban.

Al entrar los recuerdos de su vida pasada juntos les inundó la mente, recuerdos de aniversarios, de cenas juntos, de juegos juntos, de desayunos, de abrazos, de besos, de caricias, de las veces en las que entregaban su cuerpo el uno al otro.

JiMin abrazo muy fuerte a su amante con lágrimas en los ojos, el otro le enrollo entre sus brazos y enseguida el corazón se les aceleró por completo.

— Quiero... — Levantó el mentón del menor. — Que no llores por que justo ahora estamos juntos. — Limpio las lágrimas. — No iré a ninguna parte. — Rodio la cintura del menor con sus brazos.

— Ni yo. — Negó. — Estaré a tu lado por la eternidad. — Le miro a los ojos. — Jamás jamás volveremos a perdernos ahora que nos encontramos. —

— En serio me enamoras. — Suspiro para después levantar a JiMin y hacer que este enrollara sus piernas en su cintura. — Tengo tanta suerte de que el de allá arriba me uniera junto a ti. — Beso su mejilla. — También tengo suerte de que mi papá me hubiese dado este condón a escondidas. — Saco el mencionado mostrándoselo al menor.

— ¡Kookie!. — Expreso sonrojado.

— Hoy te haré uno de los actos de amor más hermosos. — Depósito un beso en su cuello. — Eso sí tu quieres. —

Te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora