Bulma se sentó en el jardín detrás de la mansión, sin quitarse el anorak que se había puesto horas atrás. Era tarde y hacía frío, pero no quería estar en el interior por el momento. No tenía ganas de responder a las preguntas que sabía que sus dos mejores amigas indudablemente le bombardearían. Levantó la cabeza hacia el cielo claro, maravillada por las miles de estrellas que iluminaban la oscuridad.
Una rama se quebró en el suelo a su izquierda. Bulma se volvió en la dirección del sonido para ver a Gine venir hacia ella, envuelta en un abrigo pesado, llevando dos tazas humeantes. No pudo evitar sonreír ante Gine mientras tomaba la taza que le ofrecía. Bulma sintió el calor del vapor de su taza elevarse y acariciar su rostro mientras se la llevaba a los labios.
—Así que, Tweedle Dee y Tweedle Dumb te enviaron, ya veo. —Bulma apuntó al chocolate caliente por el que estaba totalmente agradecida.
Gine dejó escapar una pequeña risa mientras se sentaba en el banco junto a Bulma.
—Culpable de los cargos, me temo.
Bulma se encogió de hombros, aceptando que no había forma que sus dos amigas la dejaran en paz. Sin embargo, se alegró de que fuera Gine quien hubiera venido. Había algo en ella que era tan tranquilo y reconfortante.
—Bulma, ¿eres infeliz aquí? —preguntó Gine con suavidad.
—No —dijo Bulma rápidamente—. No, Gine. Tu hogar es una maravilla y Bardock y tú nos han hecho sentir como en casa.
—Entonces, ¿por qué quieres irte con tanto ahínco?
Bulma miró disimuladamente a Gine por el rabillo del ojo mientras tomaba otro sorbo. Tragó lentamente, saboreando el calor que viajó a través de ella.
—Sin ánimo de ofender, Gine, pero sé que tú sabes sobre la bola de pelos. —Gine se rió ante las insistentes indirectas de Bulma a Vegeta.
—Está bien, culpable. Una vez más. —Gine sonrió, luego ésta se desvaneció lentamente mientras colocaba su mano sobre el brazo de Bulma—. Dale tiempo, Bulma. Si se supone que debe ser, entonces será. —Bulma empezó a interrumpir, pero Gine continuó antes de que pudiera—. Sé que piensas que porque no tienes alguna de las señales de apareamiento no hay esperanza, pero nunca hemos estado cerca de alguien con sangre de hombre lobo tan diluida como la tuya. No se sabe las repercusiones, así que ten paciencia, pequeña. Él vendrá.
Bulma asintió lentamente, a pesar de que en su interior todavía tenía serias dudas.
—Supongo que tengo que ir a ver a Milk y Pan y hacer un poco de control de daños. —Bulma hizo una mueca.
—Eso sería probablemente sabio —le dijo Gine mientras se levantaba y se acercaban de nuevo a la mansión, juntas.
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Bulma abrió la puerta de la habitación de Pan para encontrar a sus dos mejores amigas sentadas en el suelo, yendo a través de los deberes que su tutor les había asignado. Ninguna de ellas se detuvo a saludarla y podía admitir que se merecía el desaire.
—Entonces, supongo que tengo que pedir disculpas por ser una completa idiota —les dijo Bulma, el remordimiento escrito en su rostro.
Pan la miró lentamente. Sus ojos reunidos en una mirada fulminante que habría detenido en seco a un hombre adulto.
—Mira, Milk. La lobo prodigio regresa. No es dulce de ella.
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Solo Una Gota
WerewolfBulma Brief, la mejor amiga de Milk y Pan, picante al hablar, un poco loca y humana... o eso pensaba. Bulma acaba de descubrir que el ADN humano no es lo único que se encuentra en sus venas, resulta que comparte un molesto pequeño gen de hombre lobo...