Capítulo 3

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—Baekhyun está haciendo un buen trabajo ¿No lo crees?

Chanyeol se mantenía ajustando los gemelos de su traje, prosiguiendo para tomar la corbata color azul marino que yacía reposada en la gaveta de corbatas. El traje negro oscuro de telas impecables, adherido y confeccionado a su medida con perfección; el reloj rolex de tinta negra que se acompañaba con su traje, al igual que un par de zapatos de charol Gucci.

Observó su reflejo propio en el espejo, ajustando su corbata; cogió el cepillo y peinó su cabello hacia atrás, dando ese aspecto prominente y apuesto.

—Nunca había visto a los niños tan felices por quedarse con alguien particular.—respondió tranquilo, rociándose colonia para acabar con su vestimenta.

Seohyun levantó la mirada, tomando asiento en un mueble del cuarto de ropa.—Estos días que hemos tenido a Baekhyun con nosotros, las salidas imprevistas a la oficina, no han sido ajetreadas como antes. Y gracias a él, pude terminar con las revisiones de los productos de esta semana, así que en honor a ello deberíamos llevarlo con nosotros para estas vacaciones.

—¿Invitaras a Baekhyun como el niñero o como un amigo?—comentó, echándole una mirada por su hombro a la castaña.

—Un poco de las dos, ya que serán nuestras vacaciones quiero compartir tiempo en familia pero también contigo, necesitamos un poco de privacidad y se que en esos momentos, Baekhyun estará encantado de cuidar a los pequeños. Los últimos días le he visto muy feliz con ellos, me da celos ver a Byeol y Byunnie tan unidos y encariñados con el, ¡Solo lleva aquí, un mes y ellos ya lo aman!

Chanyeol soltó una sonrisita, encaminándose hasta su esposa para plantarle un beso en los labios.—Son tus hijos, la diferencia entre una madre y el niñero, es muy notoriamente relevante. Así que sobre todo ellos siempre amaran a la persona que los trajo al mundo, sin importar quien los cuida.

Seohyun sonrió cortamente, levantándose de su silla para dejar unas cuantas palmaditas en el traje impecable de su esposo, quitando las pelusas inexistentes.

Por un momento compartió contacto visual con el alto, manteniéndose quietos en aquella pieza del tiempo hasta que un par de risas y pasos pequeños resonaron por toda la casa; manchándoles el momento

—¡Baekkie no me alcanza!—Byeol gritó entre risas.

El pequeño corría por toda la casa solamente en pantalones cortos, dándose la vuelta en repetidos minutos para ver si el niñero lo seguía.

Un Baekhyun cansino llegó hasta el cuarto, con las mejillas tornadas en un suave tiño rosáceo producto de haber corrido, cambiando su rostro; rió.

—Voy atraparte Byeol.—mencionó, obteniendo a un Byeol moviendo su trasero de forma graciosa, mientras se alejaba para seguir corriendo.

Baekhyun fingió haberse caído, simulando sonidos de un cachorro lastimado. Con pasos ligeros el infante se acercó hasta donde este, tocándole la mejilla con el dedo índice, hizo un puchero al ver que Baekkie no despertaba.

—B-Baekkie..

—¡Te atrapé!—le dijo.

El niño se sobresaltó, formulando al instante una sonrisa amplia de oreja a oreja. Baekhyun lo atrapó entre sus brazos, cargándolo con gentileza para llevárselo, dándose cuenta por primera vez de la pareja de casados que los observaban desde el otro extremo de la habitación.

—Oh, señor y señora Park, espero tengan un buen día.—mencionó, dando un sutil saludo con la cabeza para desaparecer con el pequeño en brazos.



















Las luces de la ciudad decoraban todo el salón debido a la gran pared cristalizada que se encontraba en la habitación del comedor familiar; adornos florales ya decoraban la gran mesa. Los redondos platos de cerámica fina, fueron colocados sobre la mesa junto a las copas de cristal y los tenedores.

Una cubeta de metal plateado, cubierta con un mantel cruzado color blanco hueso que contenía una botella de vino Romanée Conti ; el cual se encontraba con hielos alrededor para mantenerlo frío por mientras la comida servida era degustada. 

La familia estaba reunida para la hora de la cena, e incluso el mismo Chanyeol había invitado a Baekhyun para que los acompañara en la comida. La cual se trataba de un trozo circular de chuleta bañada en salsa de champiñones con barbacoa, siendo decorada con una hoja de perejil verdosa y unos cuantos champiñones cocinados y cortados por la mitad, al borde de la carne. Líneas de barbacoa se trazaban alrededor de la chuleta, dándole el toque elegante y refinado.

—Baekhyun, esta semana que se aproxima iremos a un viaje a la isla de Jeju y queríamos saber si...¿Te gustaría acompañarnos?—Seohyun comentó lo dicho, ansiosa por la respuesta que le darían.

Baekhyun estaba a punto de cortar un trozo de la chuleta con delicadeza, trazando el cuchillo de mesa en una línea recta para conseguir obtener un cuadrado de carne, justo hacia su boca. Aunque la pregunta hecha, le detuvo tales movimientos, haciéndole bajar el tenedor de nuevo para hablar.

—Oh, me encantaría acompañarlos pero no creo sea adecuado interrumpir en sus vacaciones como familia. Simplemente soy el niñero.—respondió.

—No, por supuesto que no Baekhyun, los niños te aman mucho y estoy segura que a ellos les encantará que tu vayas con nosotros, así que no aceptaré un no por respuesta. Tu asiento en el avión ya está reservado.

—Pero no tengo...

Baekhyun iba a hablar de nuevo, pero se vio interrumpido por el de cabellos azabaches.

—No puedes negarte a la oferta Baekhyun, me haré cargo de cada gasto en el viaje, desde tu asiento en el avión, hasta la habitación y las cosas que necesites para cada día, sin dejar de lado que tales vacaciones, serán correspondidas a pagarse al mismo margen de tu salario mensual. Solo te pedimos que puedas acompañarnos.—rectificó, llevándose la copa con vino hacia los labios, bebiendo un sorbo de la exótica bebida.

—Esta bien, los acompañaré —se detuvo un momento para continuar— Pero solo con la condición de que la semana de las vacaciones no se me sea pagada, me es suficiente con saber que tendré las cosas necesarias en los días del viaje, y es de mala educación aprovecharse de su amabilidad, entonces ¿Tenemos un trato?—justificó.

Chanyeol le sonrió lascivo, enviándole una mirada complacida.—Lo tenemos.

El de estatura baja solo se limitó a retomar su camino a la comida, sin dejar a la vista la pequeña sonrisilla que el alto le había conseguido sacar. Aunque si acertaba, el hombre era precavido a la hora de hacer algún gesto o acción que lo comprometiera con su esposa, contando con sus ojos coquetos cada uno de los pasos que daba, desde la medida hasta la distancia a la que se acercaba.





Continuará.....

Two Faces «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora