Capítulo 32

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La pasión y el amor que estuvieron guardando para su encuentro, por primera vez luego de tanto tiempo, se permitió salir al exterior sin ser detenido, solamente dando una libertad a sus deseos por verse y encontrarse nuevamente carne contra carne en choques calientes.

Baekhyun coló sus manos entre la abertura del saco elegante que el alto portaba, deslizando sus palmas dentro de la prenda para retirarla ansioso. Mientras Chanyeol seguía comiéndole la boca a besos, tuvo la oportunidad en un corto momento para empujar la puerta de la casa antes de que tal hombre lo estampara a él mismo contra la pared de la entrada.

Los jadeos calientes y descontrolados dominaban su boca, dejándolos salir sin retenimiento. De pronto en el tiempo que se tomó para desabotonar cada botón en la camisa del alto, la vibración instantánea se les unió entre la lucha del calor contra la lujuria.

—No contestes.—musitó bajito, poniendo su mano en el bolsillo ajeno para evitar que tomase su teléfono y detuviese lo que hacían.

—No pensaba hacerlo.

Baekhyun vio la oportunidad para coger el celular de Chanyeol, y arrojarlo a alguna parte de la habitación para que dejase de sonar.

Chanyeol soltó una pequeña sonrisita ante el acto del menor.

—¿Acabas de estropear mi teléfono?—le preguntó al mismo tiempo en que le mordía el inferior hasta dejarlo colorado.

—No es un problema para ti, comprarte uno nuevo.—el rubio enredó ambos brazos sobre el cuello del adverso.

—¿No lo es? Creo que deberías buscar la forma de pagármelo.—comentó con burla lujuriosa, queriendo que el más bajo interactuase en su mismo juego.

—¿Ah, si? ¿Y de que forma debería hacerlo?—cuestionó lascivo, subiendo su pierna derecha por el hombre hasta conseguir restregarle su muslo blanquecino en la longitud de la pierna de Chanyeol.

El tipo no desaprovechó la oportunidad para sostener aquella blanquecina con su mano, dando un apretón antes de agarrarlo del trasero para levantarlo y empezar a cargarlo hasta llegar a la habitación. Baekhyun solamente rió, sosteniéndose de sus hombros al cerrar ambas piernas alrededor de su cintura para no caer.

En cuanto estuvieron en el cuarto pequeño que lo conformaba aquel departamento, Chanyeol no dudo en desplomar el delgado cuerpo del más bajo sobre la cama. Subiéndose rápidamente sobre este para entrelazar ambas manos y desplazarlas con lentitud hasta su cabeza.

Sus miradas decían más que mil palabras, a través de cada brillo sigiloso, podían demostrar que él uno con el otro se necesitaban tanto.

Primero se deshizo de la camisa que el chico traía puesta, dejando a la vista un abdomen pálido y plano con curvas delirantes. Aunque hubo algo que le llamo la atención, una pequeña marca en la zona baja de su piel. Regresando a su trabajo, arrastró su aterciopelada lengua sobre las piezas que encajaban en el torso del menor, siendo partícipe del par de botoncitos rojos y pequeños en cada lado del torso.

Rápidamente atrapó entre sus dientes uno de los pezones, rodeando con su lengua el trozo de carne dura; dejó un par de lamidas y tirones electrizantes a lo que Baekhyun gimió, tras cada toque que hacían sobre su piel.

Llevo sus manos hacia la cabeza del alto, enredando sus dedos en el nacimiento de la cabellera de este. Sin parar de gemir, sus dedos se hundieron entre las hebras, desenredando los hilos bien peinados debido al placer que le consumía en demasía.

Chanyeol descendió los besos sobre el abdomen de Baekhyun, bajando cada vez más; haciendo que los nervios del rubio salieran a flor de piel. Al igual que la camisa, la prenda de abajo fue desapareciendo con el pasar de los minutos.

—Nunca he encontrado una mísera imperfección en ti, fuiste creado de una forma tan idílica y hermosa.—dijo con la voz grave y tranquila.

Descendió con besos de mariposa por las lampiñas piernas blancas y rellenas, llegando a la punta de los tobillos para abrirse paso y besar con lentitud la delicada piel que se extendía por sus piernas de nueva cuenta. A sus ojos, Baekhyun era algo más que perfecto y bonito, la imagen del muchacho era como una cálida espuma de mar mezclándose pacífica al finalizar. Su piel blanca y pálida tenía una textura fascinante, como si fuesen sábanas de algodón egipcias hechas con más de seiscientas hebras.

Entre ellos había pasión y lujuria, pero lo que más resaltaba era el amor desbordante. Las maravillosas fragancias de sus cuerpos unidos, y los gemidos angelicales de Baekhyun, que caían como notas musicales en una partitura que indicaba perfección dentro del piano de su corazón.

Porque no había porque dudar, sus sentimientos salían a flote sin preámbulo alguno. Ambas almas se consumían una con la otra.

Chanyeol estaba moviéndose con fuerza contra las caderas de su acompañante, y las delicadas manos de Baekhyun se fueron hasta sus hombros, mordiendo su labio para no gemir tan alto. El más alto gruñó sobre su oído, enviando una ráfaga corriente que bajo por su espalda.

Aún sí entraba con fuerza en Baekhyun, su cuerpo se movía en un ritmo romántico y adecuado. No era brusco y duro, era fuerte y suave a la vez. Entrando hasta el fondo como una flecha de amor, logrando salir de nuevo para darle a entender que su amor era algo más que ilícito y vedado. Lo que sentía era salvaje y peculiar, una clase de emoción que volcaba todas las sensaciones que existiesen en una sola mezcla. Sucio y dulce, rudo y gentil, sin clase o exclusividad alguna, nada más que sus bocas danzando con prohibición en las ardientes llamas del fuego.

Chanyeol lo besó, sus labios firmes se movieron sobre los suyos, y aún con gemidos en la boca, lo provocó para que la abriese. La lengua ágil del mayor, penetró su boca, batiéndose con la suya en un sosegado juego.

Agarrándolo con gentileza del cabello, le echó la cabeza hacia atrás para tener un mejor ángulo y besarlo a placer. Su gruñido de aprobación se deslizó de sus labios al tiempo en que sentía su liberación tan cerca. Un par de embestidas más, y ambos hombres se vieron corriendo entre un gemido ronco y uno sonoro. Se mantuvieron en la misma posición mientras los espasmo del placer duraban, solamente teniéndose el uno con el mientras se miraban a los ojos con amor y ternura.

Baekhyun tenía un bonito sonrojo florecido entre sus mejillas, los cabellos finos y dorados se le pegaban a la frente la cual con simpleza tenía una pequeña perlada gota de sudor cayendo brillante. Todo en el niño era hermoso.

Chanyeol por su parte, tenía la mirada color chocolate, sus labios entreabiertos para dejar flotar los jadeos cansinos.

El pecho de Baekhyun subía y bajaba aún con la respiración trabajosa. Chanyeol se acercó hasta su coronilla, plantándole un beso ruidoso en la frente. Era tan suave y gentil.

Con sus dedos, apartó un par de cabellos mojados que se adherían a su frente, alejándolos para ver el reluciente brillo reflejado en los ojos del menor. Tan sublime y lindo.

—Te amo.—susurró, devolviendo otro beso en su mejilla y luego sobre los labios.

Baekhyun sonrió con luz tenue durante un minuto.—Yo también te amo Chanyeol.— su respuesta flotó en el aire.

No tenía palabras para describir lo que estaba presenciando. Era tan solo una pieza en su vida en la cual desearía quedarse por siempre, sin avanzar o atrasarse.
Lo amaba, ya no podía discutirlo o ponerse a debatir con sus sentimientos; era claro y seguro lo que sentía.

Estaba enamorado de Byun Baekhyun, su niñero, su amante y su amado eterno.






Continuará...

Two Faces «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora