Capítulo 43

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—Es tan gracioso lo pequeño que el mundo puede ser ¿No lo crees, Baek?—el comentario de Seohyun resonó dentro del vacío enjaulado. Para ser alguien de prestigios y lujos, la mujer no llevaba una vestimenta común. Un pantalón de cuero negro que envolvía sus delgadas piernas, una camisa de mangas largas y cuello alto que cubrían todo su torso. El cabello negro suelto y los tacones bajos balanceándose. 

—¿No lo crees, Baekhyun?—reiteró fijando su mirada en el rubio frente a ella. 

Baekhyun quien había perdido cualquier fuerza para seguir luchando, solo se quedó en un pleno silencio. Era fácil de ver el cansancio interno, el brillo que antes habitaba sus ojos, ya no era el mismo, la tez blanca y reluciente ahora lucia más pálida y descolorada. Las cortaduras en sus rodillas yacían secas, las irregularidades rosáceas se habían tornado a un color más rojizo que rosa, y las diminutas muestras de sangre, ya eran solo residuos secos y adheridos a la piel.

—¿Sabes Baekhyun? Al principio no comprendía el por que Hye Yoon actuaba tan extraño cuando se mencionaba tu nombre, la curiosidad me llenaba de ansias y en realidad deseaba con tanta ambición saber que es lo que ocultabas y en que estábamos conectados. Vaya sorpresa la que me lleve cuando tuve en mis manos esos malditos certificados de embarazo.—Seohyun dio inicio a una caminata alrededor de la silla en donde Baekhyun permanecía amarrado, dándose la vuelta de nuevo hasta el armario de donde anteriormente había sacado los artefactos sádicos; tomo de allí lo que la débil vista de Baekhyun alcanzó a ver, una botella de vino y una copa acristalada. El golpeteo del liquido en el objeto se escucho con claridad cuando estuvo de espaldas, y los siguientes pasos que llegaron luego de ello, también.

Acomodándose en la silla vieja, volvió a inquirir con sus palabras.—¿Me pregunto qué fué lo que te vio? No tienes dinero, belleza o una familia; absolutamente nada en comparación a mi.—rió escandalosa, echando de su espalda en el respaldo de la silla para darle el primer sorbo a aquel vino en su copa.

—Soy más hermoso que tu, compararme contigo seria un completo insulto para mi persona. Además tengo a Chanyeol, y a mis hijos.—afirmó con énfasis cuando sus ojos color miel se fijaron con tanta precisión sobre los de la castaña como para enviarle esa descarga espeluznante de poder y seguridad.

En un impulso imprevisto y deslocante, Seohyun se levanto impotente y golpeo la copa contra una de las superficies de la silla, logrando que los milésimos pedazos grandes y delgados trozos de vidrio del cáliz, cayeran haciéndose trizas al compacte del suelo. Baekhyun creyó que la chica lo apuñalaría con el objeto, más tal susodicha solo admiro el como su mano seguía aferrada al tallo y a la base de la copa, tan solo aumentando la presión en el material que se había vuelto filoso y lleno de peligro. Seohyun no le había dado la atención completa, ni mucho menos se la dio cuando eufórica apretó aún más su mano contra el trozo de copa. Las filosas piezas de cristal cortaron su palma al momento en que afirmó su agarré, las gotas rojizas y flácidas no tardaron en fluir sobre su blanquecina mano, manchando terreno con corrientes dolorosas.

Sin embargo la mujer no presentó dolor alguno, solamente se mantuvo de pie observando la sangre corriendo en sus manos para luego arrojar el pedazo de vidrio, y encarar a Baekhyun.

—Voy a torturarte lentamente Baekhyun, hasta que tú último suspiro sea desvanecido en el aire.—con sus dedos tintados con la propia sustancia roja, tiró de ellos hacia sus labios, pintándose con su viva sangre.

—Me veré bonita para cuando Yeol venga hacer su papel de héroe, ¿Verdad Baekkie?—añadió jocosa y rampante, tirando de su mano en una dulce cachetada que envió parte de su sangre a la mejilla de Baekhyun.

—¿Qué piensas hacer?—cuestionó lóbrego y cansino de acuerdo al tema. Quería que Chanyeol lo ayudará a salir de ese infierno en el cual ni sus gritos podían escucharse por las interferencias del sótano. Pero hacerlo incluía integrar a alguien más y en ese instante no podía fiarse en la actitud confiada de Seohyun, parecía estar lo menos sorprendida porque Chanyeol llegaría en cualquier minuto, y aquello no podía causarle más que una alta grima al rubio.

Two Faces «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora