Capítulo 8

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—¿Chanyeol?—le preguntó, aquella voz melodiosa y angelical que solo su niñero poseía.

La mirada risueña y coqueta de Baekhyun, esa que lograba clavarse en las personas como un currículum a su favor. Al desviar su rostro nada más sobre el aludido, le invitó a acercarse si eso es lo que deseaba, cosa que confirmó cuando el bajo se encaminó hasta él.

La camisa holgada y los pantalones de mezclilla que si Chanyeol no mentía, le quedaban exquisitamente bien, envolvían las piernas rellenas y los muslos tonificados de Baekhyun como una segunda piel, dando a marcar sus caderas, pero debido a la camisa holgada, era casi imposible ver la figura definida, que sin duda alguna se encontraba bajo todas esas telas.

El de blanca piel se acercó, compartiendo por primera vez la misma cercanía junto a él.

—Es extraño verte despierto a estas horas ¿Qué andas haciendo por allí vestido de esa forma y no con una pijama?—dijo, buscando una conversación, mientras se llevaba consigo la copa hasta los labios, dándole un sorbo al Merlot.

A Baekhyun se le escapó una sonrisita coqueta, deteniéndose la quijada con la palma de su mano izquierda. —No logré conseguir el sueño aún, por lo cual decidí ir a pasear un rato por las instalaciones del hotel; y sobre mi vestimenta, es algo casual para salir a caminar, además creo que nunca se sabe si puedo encontrarme a un apuesto tipo afuera, sería una vergüenza que me viera en pijama.

Chanyeol lo observó a los ojos, calculando con apunte en mente, cada ágil destello reflejado por las luces en tales orbes color caramelo. Los ojos del menor eran hermosos, ventanas claras que hacían similitud a dos gemas ámbar, como una obra que portaba dos soles en su rostro, aunque cuando la seductora sonrisa de este se implantaba en su rostro, aquellos soles se volvían lunas pecadoras que te hacían perder el camino a casa.

—No creo a tu esposa le agrade la idea de encontrarte bebiendo ¿Por qué no estas con ella?—volvió a hablar, esta vez atajándose con una pregunta.

—Me siento hostigado con tanto reclamo, al parecer su enojo durará más de lo que pensé, y nadie más que tú sabe perfectamente porque fue causado.—rectificó, descifrando cada línea en sus palabras con aquella voz peculiarmente grave y ronca, que según la excitación tendía a volverse más grave y profunda de lo que ya era.

Y como si hubiera acertado en el blanco, Baekhyun sonrió condescendiente, relamiéndose nuevamente los labios con descaro.—¿Yo se la causa? No recuerdo haber hecho nada malo, Yeollie.

La cercanía que compartían fue cerrándose paulatinamente, de centímetro a centímetro.

—No se que te traes entre las manos Byun, pero estoy midiendo cada paso que das y se que hay algo que estás deseando conseguir, aunque intentes engañarte a ti mismo con una cosa pasajera.

Una ráfaga corriente le bajó por la espalda a Baekhyun, teniendo un tirón en sus sentidos que la simpleza gravedad de su voz, pudo provocar un revoltijo de sensaciones sofocantes en su sistema. Con su misma sonrisa de bastardo coqueto, se atrevió a dejar caer su blanquecina muñeca sobre el hombro ancho del alto.

—¿Ah, sí? ¿Y cuál se supone que es ese deseo que quiero conseguir?—preguntó, reduciendo la distancia a una más cercana, en donde casi pudo escuchar la respiración contraria disolverse en el aire frío de la noche.

—No me tientes Baekhyun...

Baekhyun tragó duro al sentir la piel áspera contactar con la suya, Chanyeol dejó la copa sobre la mesa frente a ello para tomar posesión del mentón fino del bajo, perfilando con su pulgar cada curvatura en los labios, hasta recalcar la diminuta mota en su comisura superior; un pequeño lunar que decoraba en la rosa capa de sus labios.

Two Faces «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora