•Final•

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El aroma a hojas frescas caía sobre el ambiente en una ráfaga de viento suave y gentil

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El aroma a hojas frescas caía sobre el ambiente en una ráfaga de viento suave y gentil. Desde árboles a ciprés decoraban el perímetro del lugar, reflejando un ambiente boscoso. Los árboles eran decorados con redes de luces amarillas alrededor de sus troncos firmes, el cielo se levantaba con un manto oscuro y profundo, caracterizando el brillo de las estrellas en su dimensión. Un hombre de edad media que vestía de traje elegante con picos cayendo de su saco; se encontraba levantando sus manos al compás rítmico de la orquesta, utilizando la batuta para guiar la sinfonía que los instrumentos tenían que llevar. Cada silla colocada a la perfecta medida en los sitios derecho e izquierdo, coordinando en especial al pasillo cubierto en rosas blancas por el cual el doncel especial cruzaría. 

Los nervios empezaban a inundar por completo a Chanyeol, el cual con su traje a piezas negras y con un corbatín en el cuello, se encontraba firme esperando al lado de su padre y frente a sus invitados especiales.  

Decir que los nervios le invadían en demasía, sería hablar muy poco sobre las millones de sensaciones que estaba experimentando en esos momentos, ya que no era una inquietud la que sentía, sino más bien dicho era una alegre ansia por tener a Baekhyun para él de una vez por todas. Porque de algo estaba seguro, y era que no pensaba dejar andar por allí al rubio con una cara tan bella como la que tenía.

En el recinto al aire libre, se encontraban varios invitados, aunque no eran demasiados ya que optaron por hacer una boda un tanto más personal y privada. Algunos de los invitados eran familiares de Chanyeol, como sus padres, hermana y cuñado, abuela o primos; por parte de Baekhyun habían llegado algunas personas de las que Chanyeol aún desconocía su origen, por ejemplo el tal chico de nacionalidad china llamado Luhan, quien asistía con su novio el inexpresivo a su lado, también estaba una mujer que decía ser su tía legitima o entre otros amigos como un tal Kyungsoo, o un chico llamado Minseok. Recordaba sus nombres gracias a que Baekhyun le había hablado un poco sobre ellos mientras firmaban las tarjetas de las bodas, aunque hubo una parte de sus invitados de los cuales no les tomó mucha atención.

Y entonces, mientras Chanyeol se sumaba en sus pensamientos para tratar de tranquilizarse un poco en la espera; lo vió. La música se levantó y las puertas se abrieron.

 Allí estaba él, con su sonrisa radiante y perfecta que lo caracterizaba. Entrando cual cisne real entre una multitud de patos silvestres. 

Yoora lo sujetaba del antebrazo, encaminándose junto con él por el largo pasillo que los uniría para toda la eternidad. Pero Chanyeol solo podía fijarse en su aspecto tan sublime.

Hebras finas y sedosas, brillantes hilos dorados como la miel brotaban lisos cuesta abajo de sus ojos, acomodados con perfección cual cascadas de oro puro. Ojos peculiares que hacían similitud a unas media lunas cuando sonreía, siendo remarcados con un pincel a base de delineador; los labios delgados pero pecaminosos al tacto, un color que igualaba al de los duraznos maduros, rosa tenue al natural, pero cuando los lamia o colocaba presión en ellos, se volvían rojizos como cerezas e incluso más atractivos de lo que podían ser.

Two Faces «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora