A Baekhyun lo embargaba el terror. No podía ver nada, y el penetrante olor a humedad se colaba por sus fosas nasales, inquietándolo.
Sabía que al haber aspirado el olor, había caído en su total perdición. Se encontraba allí, con los ojos vendados y las manos atadas tras su espalda. Los residuos del cloroformo ardían en su garganta, y hacía tiempo había desistido de intentar liberarse.
El sonido de una puerta abriéndose hizo que se congelara en ese mismo instante, agudizando el oído al máximo, alertando todos sus sentidos.
—Buenas noches Baekkie.—saludó una voz suave y oscura.
Pero Baekhyun no alcanzó a distinguir de quién se trataba aquella voz desconocida, debido a la falta de visión en la zona.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres?—demandó tratando de ubicar el origen.
—¿Quién soy? No creo que eso te deba importar ahora, sino quien es ella.—siguió hablando el hombre cuyo origen desconocía. Mientras la voz brotaba de su boca, el hombre le agarró con firmeza de la barbilla, deslizando uno de sus dedos por la ranura tensa de sus labios.
—Eres una belleza, aún sigo sin comprender qué le hiciste como para que te llevase a estar aquí.
—Suéltame.—le ordenó, volteando su rostro con brusquedad para perder el toque.
Volviendo con el agarre en su barbilla, el desconocido implantó un fuerte agarre en la zona, que acabó presionándole la dentadura contra sus mejillas internas, clavando los falanges entre la piel hasta tal grado que le llegó a lastimar en ciertas zonas de la boca.
La escandalosa carcajada de Jiyong, dio inicio a su resonancia en el eco de las paredes, hasta que un pequeño sonido del metal contraerse tras empujarse, se escuchó. Luego de ello, empezaron a intensificarse la audición de los pasos fuertes y firmes sobre el suelo, cada vez acercándose más y más, hasta que de pronto ya no se escucharon.
—Es todo tuyo.—dijo el hombre que anteriormente le estaba hablando. Por lo que Baekhyun logró captar a través de los sonidos, el tipo se levantó hasta alejarse y para en menos de dos minutos, abandonar el lugar, dejando solo un silencio abrumador junto a la otra persona que recién había entrado.
—Intentarlo no te servirá de nada.—manifestó su homólogo, cuando el rubio forcejeó nuevamente con las ataduras que lo aprisionaban. Y entonces con aquella simple entonación femenina que se le hizo terriblemente familiar, entendió de quien se trataba.
—Seohyun.—rectificó el nombre, agrio y amargo.
La mujer rió con gracia, rozando las puntas de las uñas artificiales por su nuca, en un segundo las subió y cogió la venda que cubría sus ojos hasta retirarla y permitirle ver.
—Hola Baek, por fin nos volvemos a encontrar.—Su mirada estaba basada en el odio complacido, tan espeluznante como para considerarlo un color natural.
Y para en ése entonces todo cobró sentido.
—¿Qué es lo que quieres?—insistió.
Tan solo, la mujer lo observó sin decir palabra alguna, sin embargo lo siguiente que sintió fue quemador.
Un foco literalmente se encendió arriba de su cabeza, la luz compacto sobre sus ojos haciéndolos contraerse con el ardor en sus retinas que la nueva claridad provocó, y finalizó hasta que pudo adaptarse a ella.Desde su punto de vista podía presenciar la habitación en la que se encontraba; bajo con sus ojos sobre alrededor del lugar. Las paredes de cemento estaban empezando a ser consumidas por el moho, no había ventanas ni orificios en donde la luz entrara; solo la ranura de la puerta metálica que se encontraba cerrada.
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Two Faces «ChanBaek»
RomancePark Chanyeol podía asegurar que nunca estuvo convencido con la idea de haberse casado, mucho menos imaginó que después de un polvo terminaría convirtiéndose en padre de dos mellizos. Una noche, su esposa decide contratar a un niñero, sin saber que...