Capítulo 1. Entrometido

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Cada vez que su equipo salía victorioso de un partido, Mark insistía en ir a celebrarlo, ignorando la gran cantidad de exámenes que les esperaban. Desgraciadamente, su bar usual había cerrado a causa de unos rumores que afirmaban que el dueño vendía sustancias ilegales junto con sus cócteles de fresa. Lo que provocó un necesario cambio que les costaba asimilar. Haechan, el alero de su equipo de baloncesto, no podía dejar que un detalle como ese arruinara la noche. Sugirió un local no muy lejano a la universidad, donde sus compañeros de clase solían tomar unas copas antes de ir a la discoteca más cercana. Pese a que no se fiaban demasiado de su palabra, no hubiera sido la primera vez que el chico les engañaba para gastarles una broma pesada, no tenían ninguna otra opción.

Los jugadores de baloncesto se acercaron al bar que les había recomendado el más joven. Por fuera, parecía un lugar común, sin mucha luz pero nada tenebroso o tétrico. Cuando entraron, se dieron cuenta de que era más alegre y juvenil de lo que imaginaban. Tenía luces de neón que adornaban el techo y las paredes, además de cuadros psicodélicos. Los muebles tenian un estilo retro que conjuntaba con la temática del bar. Sorprendentemente, la recomendación de Haechan no era tan horrible como esperaban. Había que sumar también, el hecho de que las chicas de la facultad de educación habían escogido ese mismo local también para su encuentro.

- Esto no está nada mal - le elogió Jaehyun, el jugador estrella del equipo.

Haechan cruzó los brazos, satisfecho y lleno de sí mismo, siendo consciente del buen trabajo que había hecho.

- Sí, sí, maravilloso, ¿Dónde está la barra? Necesito una bebida ya - preguntó Johnny, que había sido arrastrado hacía allí.

No tardó en encontrar la barra cubierta por purpurina azul que asistían un par de chavales un tanto estresados. Los demás fueron a buscar una mesa, ya que todavía no estaban seguros de qué pedir. Mark no era muy entusiasta de las bebidas alcohólicas y Jaehyun tenía una reunión con el consejo de estudiantes la mañana siguiente. Aunque al día siguiente tuvieran clase, Johnny y Taeyong estaban dispuestos a sacrificarla por una noche de diversión, no cada semana ganaban contra el mejor equipo de la liga municipal.

Jeno se sentó en la esquina, cerca de la ventana, y observo tranquilamente la carta. Había probado todos los cócteles que ofrecía la carta del bar, menos ese llamado "Boom" que había sido incorporado hacía poco, según ponía en su descripción. Por el color de la foto no parecía algo inofensivo, pero eso no lo podía saber sin seguridad a no ser que lo probara.

Johnny volvió, satisfecho, con un martini en la mano derecha. Todo el equipo sabían que ese sería el primero de muchos. No tardó en llegar un camarero a la mesa para tomar nota de su pedido. Jeno escuchó como Mark y Jaehyun pedían una simple coca-cola mientras que Taeyong y Haechan escogían una variación de lo que pedían normalmente en el otro bar. Jeno miró una última vez el nombre del cóctel que quería pedir y levantó la cabeza para dirigirse al camarero.

Era un chico de estatura media, piel ligeramente bronceada y ojos grandes. Su pelo estaba teñido de color rosa, y conjuntaba con el aspecto retro del bar. Su mirada era gentil y amigable y llevaba puesta la sonrisa de negocios que Jeno tanto conocía por sus padres. Vestía una camisa blanca demasiado ancha para él y unos pantalones ajustados que le marcaban los muslos. Debajo de su erguido cuello tenía una pintoresca pajarita que llevaba con una elegancia sorprendente. En sus manos tenía una pequeña libreta donde apuntaba las comandas y un bolígrafo de Bob Esponja. Sin darse cuenta, Jeno llevaba ya un minuto entero mirándolo fijamente, sin decir ninguna palabra. Consiguió salir del trance gracias a unos pequeños golpes que Johnny le propinó en la pierna.

- Ah, sí, yo quiero un "Boom", gracias - le dijo.

El camarero asintió y apuntó algo en su libreta con delicadeza. Volvió a mirar a sus clientes y se despidió con una sonrisa.

Solo yo #NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora