Capítulo 3. Rumores

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Jeno iba el gimnasio los lunes, los miércoles y los viernes. Ese era su horario usual. Pero cuando su padre le pedía ayuda un viernes tarde-noche en la obra, su horario se veía afectado y eso le molestaba. Le gustaba tener un esquema, algo que estaba organizado en su vida. Además de que amaba el deporte, y los entrenos de basquet adaptados a chicos que no levantan ni cinco quilos no le satisfacían. Por estas razones cambió la sesión de deporte al jueves.

Había mucha menos gente de lo usual y todo parecía mucho más tranquilo. El dueño le recibió como normalmente lo hacía, con entusiasmo y amabilidad, y le enseñó las nuevas máquinas que acababan de llegar. Volvió a recomendarle las clases de grupo que los trabajadores del gimnasio hacían, pero Jeno prefería ir individualmente a su ritmo. Había avisado en su grupo de amigos, por si alguno le quería hacer compañía, pero el único que le contestó fue Jaehyun diciendo que tenía que cuidar de su hermana pequeña. Aunque eran un equipo de baloncesto, no disfrutaban tanto del gimnasio para perder una tarde-noche en él.

Se sentó en la máquina de brazos y ajustó las pesas. Observaba a la gente de su alrededor mientras las levantaba sin demasiado esfuerzo. Había visto un par de veces al señor de las barras, no era muy fuerte pero se esforzaba más que ninguno y era constante. También era muy torpe, las veces que se le caía la botella de agua al día podían llegar a ser infinitas. Pero a Jeno le gustaba ese hombre, siempre llevaba una sonrisa en la cara y olía mejor que la mayoría de deportistas.

En la máquina de correr había una mujer. Era alta, delgada y llevaba una coleta apretada. Jeno pensó que si Johnny le hubiera acompañado ya le habría abandonado para hablar con ella. Le recordó a una de sus ex novias por su cara, aunque no visualizaba a ninguna de ellas en un gimnasio, no eran muy atléticas.

- Así que de verdad eres un acosador - dijo una voz a su derecha.

Estaba demasiado concentrado en los recuerdos de sus ex parejas para darse cuenta de que un chico de pelo rosado se había colocado a su lado. Se giró para ver el dueño de esa voz, aunque solo conocía a una persona con un tono tan estridente e irrespetuoso como el suyo.

- A lo mejor eres tú el que me persigue - le contestó Jeno.

El chico llevaba puesta una camiseta marrón de tirantes larga y unos pantalones cortos hasta la rodilla negros.

- Vengo cada jueves a este gimnasio y nunca había tenido la mala suerte de encontrarme contigo - repuso Jaemin.

Todavía tenía marcas de los moratones en los pómulos y la ceja se le había partido un poco, aunque eso era más reciente.

- Tranquilo, no creo que esto vuelva a ocurrir - le prometió Jeno mientras se levantaba.

Sabía que si cambiaba su horario usual algo iba a salir mal, sus presentimientos siempre acertaban. Era un chico de costumbres, ¿Por qué tenía que cambiarlo? Maldijo un poco a su padre en su cabeza y recogió su toalla para ponerla alrededor de su cuello. Jaemin al ver que cogía su botella para marcharse al vestuario, lo detuvo. Su mano rodeó la muñeca del moreno.

- Tampoco hace falta que te...

No pudo terminar la frase. Se escuchó un sonido que retumbó en todo el gimnasio. Jeno y Jaemin giraron su cabeza en dirección al origen del estruendo. Observaron cómo el señor que hacía un par de minutos estaba en la barra, se caía al suelo seguido de un golpe seco. Una barra de metal que solía estar amarrada en la máquina, ahora estaba en el suelo junto al cuerpo del hombre. La chica de la cinta de correr pegó un grito y Jeno corrió hacía el herido con Jaemin atrás suyo. Su cuerpo estaba girado hacia la derecha y parecía estar inconsciente.

Solo yo #NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora