Capítulo 8. ¿Novios?

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Habían ganado el primer partido del campeonato y, como era usual, era momento de celebrar. El partido había sido intenso, y, a pesar de que se encontraban extremadamente derrotados, seguían teniendo ganas de pasarlo bien. Sobretodo Johnny, el cual ya había comprado el alcohol con antelación y lo había metido en el coche. El plan era cenar en casa de Mark, ir a tomar algo y después pasar un rato con la, ahora, novia de Johnny y sus amigas que habían ido a animarles en el partido.

- También tenemos que celebrar nuestros aprobados - añadió Johnny.

Se dirigieron al bar con luces de neones por recomendación de Jaehyun, que había jurado que las nuevas bebidas estaban mucho mejor de lo que parecían en su página de Instagram. Jeno no había encontrado ninguna excusa para negarse a ir a ese local en el que trabajaba el chico que le había "atrapado", así que tuvo que resignarse y rezar para que justamente ese día estuviera ausente. Se alegró al ver que de camino a su mesa, no había ningún camarero que pareciera ser Jaemin. A lo mejor lo había dejado, aunque eso en él no hubiera sido muy usual.

- Es un buen momento para que Jeno nos cuente que coño le pasa - dijo Haechan, una vez acomodados.

La acusación repentina pilló de sorpresa a Jeno, que respondió con una negativa. ¿Estaba intentado romper la regla de privacidad entre colegas?

- No sé de que hablas - respondió.

Cogió la carta y se escondió detrás de ella, ignorando las miradas poco discretas de sus compañeros.

- Si realmente estás mal del estómago creo que debería ir seriamente a un médico - le recomendó Taeyong.

Johnny rodó los ojos; solo el capitán del equipo era tan imbécil para tragarse esa mala excusa.

- Creía que teníamos un acuerdo.

- Estás abusando de él. Vamos, tío, somos tus amigos - le dijo el más alto.

Jeno estuvo a punto de dar una de sus excusas retorcidas y sin mucho sentido que le hacían quedar como el malo mentiroso que era, pero la presencia de un camarero que quería saber su orden le detuvo. Reconoció la voz al instante. La había escuchado tan cerca suyo que era imposible que se le olvidará. Era Jaemin.

Intentó no parecer demasiado obvio mientras sus amigos pedían sus bebidas y el castaño les atendía con su sonrisa falsa para atraer a la clientela. "Así que sigue trabajando aquí, eh", pensó, un tanto decepcionado. Vio cómo se alejaba hacia la mesa de su derecha. En esta estaba sentada un chico de unos veinte años de edad. Jaemin se acercó a él de manera que el chico pudiera susurrarle algo sin que nadie a su alrededor lo escuchara. Jaemin sonrió de formo sútil y se tapó la boca con la cara. Al ver esa escena, Jeno sintió como todo el cuerpo le ardía. Pero no de la misma manera que le ardía cuando besaba o tocaba a Jaemin, sino de forma dolorosa y agobiante. Sentía que le faltaba aire y que su corazón se encogía. Era una sensación completamente horrible.

Era perfectamente consciente de que Jaemin no había dejado de hablar con todos esos números que tenía en su agenda del móvil. Pero Jeno no le había vuelto a ver con heridas ni contusiones. Tampoco lo veía muy a menudo por la universidad, por lo que no solía ver cómo se juntaba con otros hombres. Y el dicho "ojos que no ven, corazón que no siente" se aplicaba perfectamente a él.

Se levantó de la mesa sin prestar atención a sus compañeros y se acercó hasta donde estaba Jaemin. Había empezado a sacar los vasos del armario y a colocarlos para preparar los cócteles. Jeno se puso detrás suyo y le susurró al oído muy rápidamente.

- Al baño, ahora.

Sin mirar hacia atrás, se alejó al lavabo y se colocó enfrente del espejo. Minutos después, Jaemin abrió la puerta. Volvían a estar solos.

Solo yo #NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora