Capítulo 12. Amigos

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Los miércoles, Mark y Jeno eran los encargados, junto a otros chicos de segundo, de limpiar y recoger el gimnasio después de la práctica de baloncesto. Aunque a Mark le parecía algo muy molesto y le daba bastante pereza, Jeno utilizaba ese tiempo para despejarse después de la dura práctica; sobre recapacitar en lo que debía mejorar y en lo que carecía. Se tomaba ese deporte muy en serio, y quería llegar a la final del campeonato sí o sí. Mark, desgraciadamente, no tenía esa ambición.

- Esto no acaba nunca - se quejó, recogiendo la décima pelota que había en el suelo.

Sus compañeros de equipo no eran muy considerados, por decirlo de alguna manera; dejaban los petos y los balones por todo el gimnasio sin prestar atención y sin tener piedad por los jóvenes que luego tenían que ordenarlos.

- Estoy cansado y tengo hambre - dijo -. Me apetece comer carne.

- Deberíamos hacer una barbacoa este año, en la salida del club - sugirió uno de los chicos de segundo.

A Mark le encantó la idea.

- Tengo ganas de que llegue, necesito un descanso de los exámenes.

Jeno agarró la mopa para empezar a fregar el suelo y se acercó a la puerta. Antes de que la punta de la mopa tocara el suelo, vio cómo un montón de estudiantes corrían hacia donde estaba la plaza de la universidad. No recordaba que hubiera ningún sorteo o evento importante. Normalmente no le hubiera dado más importancia que esos pocos segundos de desconcierto, pero escuchó algo que le llamó la atención.

- ¡Es un chico del club de baloncesto! - gritó uno de los estudiantes.

Jeno no sabía el contexto de esa frase, pero su tono alarmante no le transmitía ninguna confianza. Mark se colocó a su lado y tiró la pilota que había recogido a un lado.

- Vamos - le indicó antes de echar a correr hacia la plaza.

Jeno le siguió atrás suyo y no tardaron más de dos minutos en llegar. Había un conglomerado de gente que redondeaba a un grupo de personas que Jeno no podía reconocer debido a la cantidad de gente que tenía delante suyo. Mark se hizo camino entre ellos y Jeno le imitó, hasta que pudieron llegar a la primera fila del espectáculo que estaba ocurriendo. En el centro del barullo, su compañero de equipo, Johnny, estaba delante de Jaemin firme, con una expresión que daba miedo y que muy pocas veces habían visto. No era un chaval que soliera enfadarse muy a menudo. De hecho, solo le habían visto con ese malhumor cuando iba al instituto y los chicos solían molestar a Mark por cualquier cosa. En frente de ambos se encontraba un chaval de unos veinte años con una mejilla roja debido a un golpe y los ojos llorosos. Era un chico que probablemente en cualquier otra situación, le hubiera parecido atractivo a Jeno, pero en ese momento parecía un psicópata que acababa de escapar de la cárcel.

El moreno corrió hacia su amigo y, Jaemin, al verle, no pudo evitar acercarse a él y agarrarle del brazo.

- ¿Qué está pasando? - preguntó, confundido.

Johnny trató de explicar la situación lo más calmado posible, pero era difícil con ese chico de delante y su mirada amenazadora.

- He salido de la práctica y he visto a Jaemin siendo perseguido por este tipo. He visto que le estaba forzando y no me he podido quedar quieto sin hacer nada.
Así era Johnny. Sobrepasaba la media de altura entre los chicos de su edad, así que no solía tenerle miedo a nadie. No era un buen luchador, pero solían asustarse antes de tener que llegar a ese extremo. Pero por lo que Jeno pudo observar, en este caso sí que había hecho falta.

- ¿Te ha hecho algo? - le preguntó rápidamente a Jaemin.

Este negó con la cabeza.

- Con que ha ignorado la orden de alejamiento... - dijo Jeno.

Solo yo #NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora