Jaemin se despertó gracias al sonido de la puerta principal abriéndose y al tintineo de unas llaves. Estaba completamente atrapado por los brazos de Jeno, que le apretaban con fuerza y no le dejaban salir. Se tomó un momento para disfrutar de la situación. Estaba siendo abrazado con cariño por un chaval que le gustaba muchísimo y que parecía ser mútuo. ¿Era eso el paraíso? Tristemente, no tuvo otra opción que despertarle. Sacudió ligeramente el brazo de Jeno, el cual abrió los ojos poco a poco. Aún medio dormido, abrazó más fuerte al castaño como si se tratara de su peluche favorito.
- ¿Qué pasa? - le preguntó.
Tenía una voz grave mañanera que resonó por dentro de Jaemin y le provocó escalofríos.
- He escuchado unas llaves y la puerta abriéndose - le informó.
Ambos estaban sin camiseta, por lo que el contacto era directo y el castaño sentía perfectamente la suave y pálida piel del deportista contra él.
- No te preocupes, probablemente es mi padre - contestó.
¿Qué no se preocupara? ¿Es que estaba ciego, o qué? Jaemin consiguió alargar su brazo hasta la mesita donde estaba su móvil. Lo encendió para mirar la hora.
- Dentro de una hora tenemos que estar en el instituto, ¿Qué explicación le vas a dar?
Jeno suspiró profundamente y por fin, liberó al castaño. Encendió la luz de su habitación y se reincorporó sentado en la cama. Miró al castaño que esperaba su respuesta con curiosidad.
- Ojalá despertar así cada mañana - dijo, ignorando su pregunta.
Jaemin rodó los ojos, cansado de sus frases de príncipe que hacían que su corazón latiera el triple de rápido, y cogió su camiseta para vestirse. Jeno salió de la habitación y fue al lavabo. Por el camino se encontró a su padre, el cual se veía bastante agotado.
- Buenos días, te he dejado el zumo fuera de la nevera - le dijo -. ¿Hoy tenías examen, no? Buena suerte.
Estaba a punto de contestarle, pero Jaemin salió disparado de la habitación y se chocó con padre e hijo.
- ¡Jeno! Tengo que irme ya, necesito pasar por mi casa para coger... - empezó a decir, pero se dio cuenta de la presencia del padre y cambió el tono por completo -. Buenos días, señor.
El padre le sonrió y alzó una mano en modo de saludo. Jeno aún estaba demasiado dormido para poder gestionar la situación, así que simplemente les presentó.
- Papá, este es Jaemin. Jaemin, mi padre - informó.
El castaño hizo una reverencia y volvió a dirigirse al hijo.
- Nos vemos en la universidad, tengo que ir a casa a recoger los libros de hoy. Ya te he enviado la dirección del polideportivo - explicó antes de marcharse.
Después de que la puerta se cerrara, Jeno fue al lavabo a lavarse los dientes. Su padre se acercó a él silenciosamente. Este miró su reflejo en el espejo.
- ¿Quién era? - preguntó, curioso.
El moreno no quería mentir, de hecho, se le daba fatal. Pero el dar a conocer su relación era cosa de los dos, y si Jaemin aún no estaba preparado para ello, debía respetarlo. Aunque esto supusiera mentir a la persona más cercana a él, quien lo sabía prácticamente todo.
- Un amigo, va a la clase de Haechan. Ayer no pudo volver a su casa y me pidió pasar la noche aquí. ¿Hay algún problema?
- No, claro que no - dijo -. Solo que debe tener una amante muy agresiva, su cuello estaba lleno de marcas.
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Solo yo #NOMIN
RomanceJeno tenía una vida tranquila; sin demasiadas preocupaciones ni problemas. Pero esto cambia drásticamente al conocer al compañero de clase de uno de sus mejores amigos. Este tiene un estilo de vida que él no puede llegar a comprender, pero no por es...