Capítulo 22. Límite

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Por mucho que le gustara su novio, Jaemin no estaba dispuesto a soportar más de seis horas de práctica de básquet. No odiaba los deportes, pero tampoco deseaba pasar un cuarto del día dedicado a ello. Les colocó las toallas y las botellas de agua tal y como Taeyong le había pedido y salió de la pista para ir hacia la piscina, la cual estaba inusualmente vacía. No era la primera ni la segunda vez que pisaba ese sitio, por lo que el castaño ya tenía claro su destino desde un primer momento. Sacó su bañador de la mochila y se cambió en el vestuario. Mientras se ataba el cordón de su bañador escuchó unos pasos que se acercaban a él. No les dio demasiada importancia hasta que una voz acompañó ese sonido.

- Hacía tiempo que no te veía - le dijo la voz.

Pertenecía a un chico preadolescente que Jaemin conocía muy bien. Pese a que eran diferentes en muchos aspectos habían heredado esa mirada de desprecio de su madre. Jaemin tenía dos opciones; ignorar a ese pequeño incordio, o fingir, igual que lo estaba haciendo él. Escogió la segunda opción ya que le pareció la más fácil.

- Eh, Renjun, ¿Cómo has estado? - le preguntó. - No me esperaba verte aquí.

Renjun tiró una toalla a un banco y empezó a cambiarse.

- He venido a relajarme un poco - contestó -. A Hyunsoo se le ha escapado que estabas por aquí y no he podido evitar venir a visitarte.

"Maldito Hyunsoo", pensó para sí mismo. Confiar en que ese secretario guardará un secreto era como pedir un milagro. Renjun se dio cuenta de su expresión de incomodidad.

- No te preocupes, nuestros padres no saben nada de momento.

Ambos sabían a que se refería con ese "de momento". Quería decir; "a menos que yo se lo diga". Como siempre, a Renjun le gustaba controlar la situación.

- Eres muy amable, reservando la pista para tus amigos - le dijo, con un tono de sarcasmo -. Me sorprende que tengas amigos, ¿Estás siendo intimidado?

Fingir ser amable estaba siendo mucho más complicado de lo que creía, sin duda. Pero no era algo inusual, si alguien podía hacer que sacará lo peor de sí mismo, era Renjun.

- ¿O a lo mejor es que quieres acostarte con alguno de ellos? - soltó el más joven.

Jaemin pegó un fuerte golpe a una de las taquillas con el puño cerrado.

- No te metas conmigo, no te lo recomiendo - avisó, antes de marcharse.

Se zambulló de golpe en la piscina, intentando calmarse. No quería caer en los juegos de ese mocoso, pero le faltaba paciencia. Era en esos momentos en los que deseaba que esas manos cálidas y rugosas le ayudarán a tranquilizarse. Pero no podía depender de él para siempre. Pocos minutos después, Renjun nadó hacia él, como si no hubiera tenido suficiente.

- He escuchado que estás muy ocupado últimamente - comentó Jaemin, con un tono de voz sereno.

- Hyunsoo siempre exagera las cosas, estoy bien - contestó -. Sigo siendo el primero de clase.

- Eso es bueno, supongo - dijo, fríamente el más mayor.

Renjun no desaprovechó la oportunidad para volver a molestarle.

- ¿Y tú? Me han dicho que haces economía, ¿Es que quieres arrebatarme el imperio o algo? - preguntó, con un tono divertido.

- Si quisiera hacer eso habría estudiado derecho y, sin duda, lo conseguiría sin mucho esfuerzo. Pero ahora mismo solo quiero desvincularme por completo de esa familia - confesó -. Cuando seas mayor lo entenderás.

Solo yo #NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora