"Seis años"

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- Depende ¿Traerás tus macarrones?- le había dicho ella como última frase antes de besarle la mejilla.

-Ya te echo de menos- había escrito él días después en un mensaje que jamás llegó a enviar.

Parecía una despedida despiadada, algo que dos corazones que se encontraron, desnudaron y fundieron en uno solo no se merecían, pero eso fue lo que les tenía preparado el destino.

Quedaron destrozados y las ilusiones de un futuro juntos fueron sepultadas bajo un cerro de obstáculos, temores y desaciertos.

Samuel después de ese mensaje fallido se cuestionó día y noche el por qué había borrado aquellas palabras en vez de presionar el botón enviar.

Durante aquellos días de final de verano, donde estuvo cargado de trabajo, calor y soledad, logró dar con un par de respuestas a esa pregunta, que variaban según su estado de ánimo: a veces se convencía de que no lo había enviado porque no quiso molestarla ni interferir en su decisión de escapar de ahí y estaba seguro que pronto volvería a verla, ya que tenían una promesa de macarrones que cumplir. Otras veces sentía que el dolor y enojo que le había provocado su partida lo habían hecho borrarlo, guiado más bien por orgullo, y cuando eso le pasaba deseaba no verla nunca más. Y en otros momentos se convencía que no lo había enviado por cobarde, ya que no habría soportado que ella no le respondiera o lo hubiera mandado a la mierda.

Y así siguió por días que se transformaron en semanas, y semanas que se convirtieron en meses. El retorno a su rutina de clases, lo hizo centrarse en sus estudios, y sus amigos. Ellos se esforzaron, especialmente Guzmán, en animarse mutuamente, y junto a Rebeka, Ander, Omar y un par de nuevos lo ayudaban a pasar el día disfrutando, riendo y obteniendo lo necesario para acabar ese año de buena forma. Pero muchas veces se pilló a medio pasillo de Las Encinas, imaginándola aparecer con el uniforme puesto, un pequeño bolso colgando de su hombro, su cabello rubio suelto y esa mirada verde que escondía tanto y a la vez le regalaba el mundo. Por algunos segundos esa imagen lo inundaba de una emoción indescriptible, hasta que recordaba lo imposible que eso sería, pues ella se había marchado lejos, sin él tener ni una idea a dónde y al parecer nadie más lo sabía, aparte de su familia, habiendo desaparecido incluso de sus redes sociales. Solo sabía que estaba viva porque Valerio seguía manteniendo contacto con ella por los negocios de las bodegas, sin embargo, no sabía o decía ninguna información adicional.

Mientras ese año pasaba Samuel comenzó a sentirse cada vez más atrapado entre esas paredes gruesas y agobiantes que resultaba ser Las Encinas, haciéndolo desear con todas sus fuerzas dejar pronto todo eso atrás para comenzar de nuevo, llevándose con él solo a sus buenos amigos.

El día que se logró graduar del colegio estuvo todo día con el móvil en la mano, ya que una parte de él deseaba escribirle, un simple "hola", tal vez un "¿cómo estás?". Y la otra parte deseaba recibir algo de ella, un "enhorabuena" o "finalmente te has graduado". Pero nada de eso ocurrió, él no fue capaz de escribirle y no recibió ni un solo mensaje.

Cuando entró a la universidad el nombre de Carla, los por qué ella no lo había buscado y por qué él no le había enviado ni un mensaje o intentado averiguar más sobre su paradero siguieron presentes, pero con el paso del tiempo esos cuestionamientos dejaron de rondar en su cabeza durante el día y solo aparecían en las noches solitarias, en las que aún esos ojos verdes lo atormentaban entre sueños.

Al final del primer año de carrera se vio a sí mismo preguntándose cómo estaría ella, y al imaginársela libre y feliz, una sonrisa triste apareció en su rostro, pues a esa altura ya sólo deseaba que así fuera.

El tiempo, la clases de leyes, el trabajo, sus amigos, y las diversas situaciones que la vida le fue presentando, hicieron que aquellas preguntas quedaran en un lugar escondido de su memoria. No podía decir que ya lo había superado u olvidado completamente, pero había seguido adelante, igual que todos, seguramente igual que ella.

El hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora