Capítulo 10

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Jonah llegó a clase justo a tiempo cuando el timbre sonó y se sentó en su pupitre. El profesor, viendo que todos sus alumnos estaban en la clase, decidió comenzar, pero Jonah, a pesar de encontrarse en cuerpo, no se encontraba en alma. Había pasado un respectivo cambio de tiempo desde que el padre de Nico los descubrió; en ese intervalo de tiempo ya había tomado la poción una vez más y no había signos de efectos secundarios graves.

- ¿Te imaginas que me sale un tercer ojo en la frente? –Sugirió Jonah a Nico como posible efecto secundario–. O sufro un repentino cambio de voz.

Y aunque todas eran posibilidades remotas e impensables, la única que Nico tenía en la cabeza era el estado permanente de Jonah como Hanna, y aunque Jonah lo sabía no le preocupaba realmente. Aquella noche, el chico no pudo dormir bien, se le veía en aquellas ojeras de la mañana. No pudo evitarlo, teniendo que dormir media clase. El profesor le llamó la atención, despertándolo. «Recuerde que hemos venido a estudiar», le respondió despertándolo. Jonah abrió los ojos y se golpeó en la mejilla unas cuantas veces para mantenerse despierto. Todo el tiempo restante de la clase mantuvo los ojos bien abiertos, no quería recibir una hoja de incidencia que significaría la expulsión.

Al acabar la clase, Jonah fue hacía la máquina expendedora del pasillo y cogió un café ya que no podía mantenerse en pie. A su lado apareció Laura. Ellos dos se saludaron con una gran sonrisa y acto seguido, la chica le besó. Hacía días que Laura había vuelto con Jonah tras pensar detenidamente el cambio por el que el chico estaba pasando y no habían tenido ninguna diferencia, cosa que hizo muy feliz a los dos amantes.

- Oye... –Dijo volteándose hacía su novia, quien esperaba su turno para coger una bebida caliente. Laura le miró–. ¿Te apetece quedar el viernes para dar una vuelta y cenar? Mis padres trabajarán todo el día. Ferrán no está disponible, la dichosa de Carla no ha vuelto de la expulsión y Nico pasa de eso, así que no tengo como pasar el día.

- ¿El viernes dices? No sé...

- ¡Oh vamos! Te acompañaré de compras o lo que sea –Le dijo–. Tan solo quiero salir un poco desde que no tengo a nadie que... –Jonah se detuvo, recordando lo que pasó con Kara, Helena, Raquel y Arianna–. Creo que me entiendes.

- Solo a pasear y cenar. No a otra cosa –Le dijo a Jonah, quien afirmó con la cabeza–. ¿A las seis en mi casa?

- ¡A las seis en tu casa! –Respondió con una sonrisa.

Jonah cogió el café y se despidió de ella con un beso.

Ella sonrió mientras veía como se alejaba. Sacó unas monedas y las puso en la máquina.

- Seguro que Jonah ya tiene otras cosas que hacer... –Laura se sobresaltó. Arianna estaba justo detrás de ella. Laura levantó una ceja confusa.

Arianna se cruzó de brazos y no pudo evitar reírse por la inocencia de la chica y su ignorancia. Al no saber que Jonah le contó toda la verdad, la chica le contó su punto de vista sobre lo que pasó aquel día. Laura trató de hacerse la sorprendida, pero tampoco lo intentó mucho; apartó la mirada de Arianna y cogió el café de la máquina. Ella afirmó que, Jonah había cambiado y que por eso habían vuelto. Arianna golpeó la maquina:

- Hombres como él no cambian. ¡Se cansó de nosotras! ¡Esa es la verdad! –Gritó–. Por eso nos lo dijo y ahora te toca a ti y quien sabe a cuantas más –Aquello dio mucho de que pensar a Laura mientras veía como su compañera se alejaba.

Laura sabía que Jonah no la engañaba, que había cambiado y que, lo que Arianna insinuaba era mentira. Mantenía las esperanzas de que Jonah había cambiado a mejor, pero su corazón se llenó de dudas y necesitaba confirmarlo, y no viniendo de la boca de Jonah, sino de Nico. Pero esperó, ella tenía clase y era algo que cada estudiante tenía que cumplir.

Al terminar, Laura caminó hacía la clase de ciencias. Nico estaba recogiendo sus cosas y ella se le acercó lentamente. Nico dirigió su mirada hacía ella.

- Hola Laura, ¿Q-Quieres algo? –Le preguntó. Nico se fijó en la expresión de Laura, parecía insegura de sí mismo–. Jonah está bien –Dijo–. No ha sufrido ninguna mutación genética o cambio de cerebro.

- No vengo por tu dichosa formula... –Dijo desconcertando a Nico–. Quiero que me digas, si Jonah ha estado saliendo con alguien con alguien más a parte de mí.

- No que yo sepa...

- ¿Seguro? –Preguntó.

- Sí. –Afirmó–. Laura, eres mi amiga y yo n-no te mentiría.

- ¿Y porque estás nervioso? –Le preguntó, sospechando de él. Nico apartó la mirada de Laura, le incomodaba hablar con él por su forma de ser que no estaba relacionado con el caso de Jonah.

- Jonah me dijo que solo tenía ojos para ti. Puedes estar tranquila –Dijo mirándola nuevamente–. ¿Estás así de insegura por Arianna?

- ¿C-Como lo has sabido? –Preguntó Laura sorprendida.

- ¿Era Arianna? –Preguntó Nico sorprendido–. Lo había dicho aleatoriamente... –Contestó entre risas–. Sabía que una de las cuatro con las que rompió Jonah te haría dudar. Pero tranquila, el nuevo Jonah no ha ligado con nadie más que contigo.

Las palabras de Nico tranquilizaron a Laura. Al principio, pensaba que mentía; Nico tartamudeaba, pero se dio cuenta de que no lo hacía por mentir ya que sus respuestas eran claras y directas. «Gracias», le dijo, dándole un beso en la mejilla que sonrojó al chico de gafas.

Laura se marchó de la clase, dejando solo a Nico. Este siempre quiso ser más cercano a Laura, pero Jonah se le adelantó y con alguien como él, Laura estaba muy lejos de su alcance, él lo tenía por asegurado y Laura también lo sabía, lo veía en sus ojos fijos en su figura, pero no dijo nada, Nico no era destacable, era una buena persona. Algo que dividió su corazón fue antes de volver con Jonah ya que, sintió que veía a uno como a un amigo y al otro, como algo más que un amigo.

¿Era Nico con quien de verdad quería estar?

Sexy Señorita: La formulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora