Capítulo 4

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Jonah acompañó a Nico hasta su casa una vez el instituto había acabado.

Ese día, Jonah tuvo una discusión con Laura, cosa que acabó en la ruptura de ellos dos por el egoísmo y el carácter del chico, y aunque a Jonah le entristecía, aún conservaba a las demás. Fue una difícil decisión para Laura dejar a Jonah ya que de verdad le gustaba, pero descubrió que él solo pensaba en sí mismo.

- Sabes que eso no es lo que quieres. ¡Oh vamos! No me dejes solo...

- Tranquilo Jonah, no estarás solo. Tienes muchas, ¿No?

Aquello fue lo peor de la discusión, el que Laura supiera –O tal vez no–, que estaba con otras y ella solo era una del montón.

Al llegar a casa de Nico, esta estaba completamente vacía. Los padres de Nico no habían llegado y lo tenían todo para ellos dos. Nico se acercó a la nevera, cogiendo algo de beber, pero no le ofreció nada a Jonah por si la formula tenía algún efecto en el alcohol, ya que era lo que Jonah solía tomar a todas horas.

Ellos dos subieron a la habitación y de una de las cajas, Nico sacó lo que pareció ser una vieja cámara de video mientras que Jonah miraba su teléfono. Este miraba el chat de Laura, ella le tenía bloqueado y sabía que no iba a ser capaz de recuperar su amor. El mensaje de eliminar contacto apareció en su pantalla y sin pensárselo dos veces, le dio a aceptar, borrándola de su vida. Jonah alzó la vista de su móvil para ver a Nico preparando el trípode de la cámara. Sobre la cama había ropas ajustadas, «¿Qué es esto?», le preguntó. «Esto puede parecer falso si llevas tus ropas anchas, así que póntelo», le dijo. Jonah lo miró con más atención, dándose cuenta de que se trataba de ropa de chica, precisamente de la ropa vieja de su hermana que se encontraba en la universidad.

- ¡Ni de puta coña! Si me grabas y esto sale a la luz...

- Va a salir de todos modos –Le dijo callándolo–. Pero esto solo será visto por científicos expertos que no les interesa un chaval que se transforma en una chica, sino la formula propia. ¡Ahora ponte la ropa y quítate los pantalones! –Le ordenó.

Jonah se sorprendió por el comentario de su amigo. Pero era su naturaleza el malinterpretarlo todo, así que hizo caso a su amigo y se puso la camisa negra ajustada y se quitó los pantalones, quedando en calzoncillos. Una vez ya se había cambiado, se sentó en la cama de Nico mirando como este acababa los últimos ajustes de la cámara y finalmente, le dio al botón de grabar:

- Ya está grabando –Dijo Nico para que Jonah estuviera listo–. Preséntate y di lo que estás a punto de hacer.

- Sí, sí. Me llamo Jonah Romero y voy a ser el conejillo de indias de Nico el capullo –Contestó entre risas. Nico puso los ojos en blanco al oír aquel sarcástico comentario, pero no le importó–. Esto... Hace dos días me tragué una sustancia rosa que hizo que por mi cabeza pasaran pensamientos de chica y mi polla desapareciese.

Nico detuvo la grabación.

- No lo habría explicado así, pero me vale –Contestó, entregándole la pócima a su amigo. Esta había estado en la nevera portátil toda la noche y una vez Jonah la tenía entre sus manos, Nico retomó la grabación–. Ahora Jonnah, si eres tan amable–. Le dijo.

- Capullo con suerte... –Dijo bebiéndose la poción de un trago, sin dejar nada en el frasco–. ¿Contento? –Le preguntó a su amigo quien estaba de brazos cruzados tras la cámara. Nico negó con la cabeza.

- Ahora tenemos que esperar –Afirmó. Jonah frunció el ceño y se acercó a Nico, alejándose de la cámara.

- ¡Venga ya! –Se quejó–. La última vez ni siquiera fue inmediato y no sabemos si de verdad me voy a convertir en una chica –Jonah comenzó a tener un tic en su ojo derecho mientras gritaba a su amigo–. ¡Estoy hasta los cojones! Me he puesto esta ropa de mujer, estoy en calzoncillos y todo porque... –Jonah no pudo terminar la frase ya que sintió una desorientación en su cuerpo.

Sexy Señorita: La formulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora