Capítulo 9

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Ya era fin de semana. Jonah había tomado la formula nuevamente para que Nico pudiera apuntar las notables características que pudiera aportar para su proyecto y después de las dos anteriores transformaciones, Jonah ya se había acostumbrado al cambio que suponía ser Hanna, y como cabía de esperar, la chica no pudo volver a su forma original al instante, tenía que esperar, pero eso ya lo había previsto, trayéndose la ropa guardada en su casa, además de que tenía que esperar en casa de Nico ya que, sus padres estaban en casa.

Ella estaba tumbada en la cama de Nico mientras el chico de gafas hacía clic en el ratón conectado a su ordenador, ignorando al completo la chica de cuerpo exuberante sobre su cama. Ella miraba su móvil, pero comenzó a aburrirse. Apagó el móvil y miró a Nico. «Oye...», le llamó. Hanna se fijó en que Nico editaba los videos de la transformación. Como habían dicho la última vez, la transformación de aquel día fue sin ropa y las cámaras habían captado todo el cuerpo de Hanna, aunque a ella no le importó. «¡Nico!», dijo Hanna llamándolo nuevamente. Este dejó lo que estaba haciendo y se volteó hacía ella.

- El otro día, cuando Laura y tu vinisteis... Le pedí que saliera conmigo nuevamente –Le confesó, cosa que sorprendió a Nico–. ¿Piensas que el nuevo Jonah le gustará?

- El nuevo Jonah es como el antiguo... –Respondió–. Has visto que tener cinco novias a la vez no era muy bonito.

- Cuatro –Le corrigió–. No estaba con Laura ese día.

- ¿Ves? A pesar de estar en el cuerpo de una chica, la poción no afecta tu comportamiento, ¡Sigues siendo tú! Y empiezo a ver, que no hay nada de lo que preocuparse.

- Te lo dije... –Respondió Hanna entre risas–. Ni que esto fuera como la cocaína.

Ellos dos se rieron por aquel comentario.

Siguieron encerrados en aquella habitación de cuatro paredes simples. Ya había pasado una hora desde que Jonah se tomó la poción y aun no sabía cuándo volvería a la normalidad, pero, si tardaba más de lo normal, Nico se tragaría sus propias palabras y dejaría en paz a Jonah, sano y salvo.

Hanna comenzaba a perder el interés por su móvil, necesitaba divertirse de alguna forma y dejar atrás aquel aburrimiento ya que no estaba haciendo nada productivo más que mirar fotos –Concretamente de hombres sin camiseta–. Ella se puso las manos en la cara, quejándose. De un brinco se levantó de la cama y se acercó a Nico para ver cómo iba con la edición. Al estar a unos centímetros de su cara, observó como este suprimía y censuraba sus partes íntimas de su cuerpo. Hanna levantó una ceja, no sabía porque Nico estaba haciendo eso. Ella acercó su boca al oído de su amigo y le susurró: «¿No haces una copia para ti solo?»

Nico no supo que responder, así que no habló. Hanna frunció el ceño viendo que la ignoraba. Nico siempre fue un chico tímido con las chicas, Hanna pensó que, era por eso que no hablaba o decidía no hablar, por su belleza, porque por fuera era una chica preciosa. Hanna apartó a Nico de su ordenador, inclinándose y colocando sus manos sobre las piernas de su amigo impactado, sin saber que pretendía. Ella lo miraba con una sonrisa. «¿Q-Qué estás...?», Nico trató de preguntar, pero Hanna puso su dedo sobre la boca de Nico, impidiendo que hablara. La chica le obligó a cerrar sus ojos y este, lo hizo.

Nico se esperaba algo. Un beso o algo más. Pero eso nunca llegó. Oyó el tecleo de su teclado; abrió los ojos y allí estaba Hanna, buscando la letra P en el buscador. «Siempre me he preguntado qué pasaría si busco la P en tu ordenador», dijo entre carcajadas al ver la cara del pobre Nico.

Al hacerlo, Hanna se llevó una gran sorpresa. Todas las paginas llevaban al mismo buscador, «Developer-Tools», ella miró a Nico boquiabierta. «¿Enserio?», le preguntó con una ceja levantada. En aquellos momentos Hanna pensaba que Nico era un virgen sin vida sexual, si no fuera porque le robó la virginidad el día en que se transformó por primera vez en la chica que es.

Sexy Señorita: La formulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora