Capítulo 20

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Durante varios días, Nico y Laura estuvieron vigilando a Jonah en secreto, sin llamar mucho la atención. Jonah parecía normal a simple vista, un chico que habia dormido poco. Nico sentía que cada día que pasaban sin ayudarle, su amigo perdía todo rastro de cordura. Nico pensó que, si se hubiera negado la primera vez que le pidió la poción en el instituto, esto no hubiera pasado o si se hubiera negado en ayudarle la tarde en que le pidió continuar, pero Nico no podía decir «No» en aquel entonces. Pero ahora todo habia cambiado y si Nico queria ayudar a Jonah, tenía que cambiar. Se lo debía. Nico sabía que pedir ayuda era más difícil de lo que parecía y Jonah, cegado, ignoraba la buena ayuda que sus amigos trataban de proporcionarle. No veía lo que tenía frente a sus ojos.

Fue al baño. Nico lo siguió desde la distancia ya que, si se acercaba mucho, Jonah se daría cuenta. Él se asomó por la puerta de los baños. Jonah estaba de espaldas a él, mirándose en el espejo y como se tocaba la cara con su mano, lentamente, como si estuviera viendo a otra persona. Jonah apretó su puño, como si fuera a golpear su reflejo, pero, no lo hizo.

- ¿Qué estás haciendo? –Le preguntó un profesor, sorprendiendo a Nico.

El profesor estaba de brazos cruzados, esperando una respuesta de él. Le miraba desafiante mientras Nico se limitaba a mirar al suelo. Jonah abrió la puerta, saliendo de allí. Le echó una mirada asesina a Nico cuando pasó junto a él. Se marchó.

- ¿Y bien? Espero una respuesta –Insistía el profesor. Nico suspiró.

- Creo que Jonah podría tener una adicción a las drogas y tan solo, queria ayudarle –Nico tartamudeó bastante a la hora de responder, haciendo sospechar al profesor. Este levantó una ceja.

- ¿Y por qué no le has contado al profesorado nada al respecto?

- Porque es mi amigo...

El profesor que le habia pillado, lo dejó marchar. Ahora, Nico y Laura parecían tener ayuda indirecta del profesorado. Nico fue en contradirección a Jonah y fue hasta su taquilla rápidamente, ante de entrar en clase; queria recoger el material de clase. Y entonces Jonah llegó. Ni un hola. Jonah cerró la taquilla de su amigo, casi pillándole los dedos –Que era su intención–. Su cara era inexpresiva, pero Nico notaba su enfado. Tragó saliva y le preguntó que le pasaba. Jonah soltó una pequeña risa.

- ¿Qué hacías en los baños? –Le preguntó–. ¿Por qué te han pillado? ¿Me espiabas? –Jonah tenía la mirada fija en Nico y este no se atrevía a hablar–. Tengo ojos en todas partes... Se cuando me sigues y cuando no.

- ¡E-E-Es por tu bien!

- Te lo diré una sola vez –Le dijo cogiéndole de su camisa y acercando su cara a la suya–. Déjame en paz –Frunció el ceño y sin levantar el tono de voz–. Yo mismo me las arreglaré, así que vete, y déjame en paz.

Jonah soltó a su amigo, con la cara seria e inexpresiva. Nico temblaba de miedo. Jonah agitó su cabeza de lado a lado:

- Cállate tú también –Dijo, a pesar de no haber nadie más con ellos–. Esto es entre él y yo.

Nico no entendía nada. Jonah se fijó en Nico y lo dejó estar, marchándose sin dirigirle una palabra.

El corazón de Nico palpitaba con fuerza. Jonah le habia asustado de verdad. Nico dejó caer todo lo que llevaba entre sus manos y cerró los ojos con fuerza. No habia estado tan asustado desde que lo acorralaron en el callejón de la escuela para golpearlo, para burlarse, para reírse. Nico recordó todas aquellas veces que se vio siendo la victima: Estando tranquilo en las escaleras del patio trasero de la escuela, tres abusones lo encontraron y lo levantaron, con tal de que no pudiera escapar y en una esquina, lo tiraron y comenzaron a pisarlo. «Vamos Nicolas, ¿No te defiendes?», Nico era una persona pacifica, no le gustaba pelear. Aquel día llegó a casa con un ojo morado. Aquello le enfadó. Estaba enfadado consigo mismo por ser tan débil y comenzó a llorar.

Sexy Señorita: La formulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora