Capítulo 13

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- ¡Necesitaba esto! –Contestó dejándose caer sobre la cama de Nico, totalmente agotada por la transformación. Nico la miró.

- ¿Por qué dices eso? –Le preguntó.

Hanna no respondió y se dedicó a quedarse callada, ignorando la pregunta de Nico. La chica estaba totalmente desnuda, habían grabado otro video para el trabajo de Nico y necesitaba ropa con la que vestirse, por desgracia y por causa de las prisas, las había olvidado en su casa. Hanna se incorporó y sacó la caja con ropa de la hermana mayor de Nico, sacando ropa interior femenina, una camisa negra sin nada en ella que mostraba su escote y unos pantalones cortos que marcaban su culo, mostrando sus perfectas piernas.

- Espero que no te importe...

- Tranqui, esa ropa ya no le viene a mi hermana. Puedes quedártela si quieres –Respondió Nico, pasando a limpio unos apuntes.

Nico no lo sabía, pero su amigo no estaba ahí por diversión o por querer ayudarle, estaba ahí porque necesitaba sentirse como una chica; necesitaba no tener un miembro masculino ahí abajo y sentir un desequilibrio en la zona de su pecho; necesitaba sentir la ropa ajustada apretando todo su cuerpo.

Una vez acabó de vestirse, Hanna lucia muy guapa. Guardó la ropa en su mochila y se despidió de Nico.

Sus padres no estaban en casa aquella tarde y vistiendo esas ropas no le incomodaba ya que estaba convertido en una chica. Se sentía muy bien. Con cada paso que daba, sentía sus caderas moverse sensualmente y los ojos de todos los chicos que la veían estaban dirigidos a su culo o sus tetas. Hanna sacó su móvil viendo que aún era temprano y como estaba sedienta, fue a un bar de la calle a pedir un poco de agua.

Entró y pidió una botella de agua, apoyándose en la barra. De su mochila sacó una cartera, sacando dos monedas. Hanna esperaba a que le trajeran la botella, golpeando una de las monedas con la barra.

«Hola guapa...», dijo un chico que aparentaba su misma edad, de pelo marrón y tonos rubio por todo su pelo. Hanna volteó la mirada hacía él. El chico era guapo y vestía de marca. Miró por encima de él, sentados a lo lejos estaban sus amigos, viendo si su amigo lograba conquistarla o no. Hanna levantó una ceja mirando al chico que tenía en frente. «¿Qué hace una chica como tú tan sola?», le preguntó tratando de seducirla. Hanna le sonrió, contestándole de vuelta:

- ¿Es así como pretendes tener a una chica como yo? –Le preguntó entre risas–. Mira chico guapo, si de verdad quieres conseguir un cuerpo como este... –Dijo golpeándose en el culo–. Primero aprende una frase decente para comenzar una conversación.

- ¿Y cómo debería empezarla? –Le preguntó siguiéndole el juego a la chica.

- Que tal... «Hola, te he visto y no he podido evitar tener que presentarme. ¿Cómo te llamas?» –Le dijo, dándole un consejo–. Prueba eso la próxima vez con la siguiente chica que encuentres, a ver si hay suerte.

El hombre tras la barra le entregó el agua a Hanna. Esta le dio una de las dos monedas y se marchó, no sin antes guiñarle un ojo al chico con el que acababa de hablar. Al fondo, sus amigos se reían de él, mientras que el chico no apartaba la mirada del perfecto culo de Hanna.

Ya fuera, Hanna abrió la botella de agua y le dio un buen trago. El agua se salió de su boca, empapando parte de su camisa y dejando ver su apretado sujetador, pero no le importó y guardó la botella en su mochila, caminando hacía su casa. Una vez llegó, dejó la mochila bajo su cama y se quitó la camisa mojada, quedando en sujetador. Este ya se había secado por los rayos del sol y al estar sin la parte superior de su ropa, decidió quitarse su pantalón, quedando en ropa interior. Hanna guardó la ropa bajo su cama y se estiró sobre ella, con el móvil entre sus manos.

Nuevamente se metió en Instagram y directamente fue a buscar a aquellos hombres mostrando su cuerpo desnudo que la ponía tan caliente. Su cuerpo era tan sensible y su mente tan delicada, que no podían soportar la idea de volver a ser hombre habiendo disfrutado el placer de ser mujer.

Su cuerpo comenzó a calentarse y su vagina ya estaba mojada. Desplazó su mano lentamente hacía su vagina, pero con el primer dedo dentro, sintió como sus tripas rugían y un terrible dolor emergía. No le dio ni tiempo de llegar al baño que vomitó el líquido rosa.

Su polla comenzó a salir de su vagina, haciéndose más grande y volviendo a su tamaño normal mientras que su cuerpo pequeña y frágil, se hacía grande y musculoso. Sus tetas se metieron de nuevo hacía dentro, desapareciendo y fusionándose con su masculino cuerpo.

Jonah hiperventilaba mientras se miraba en el espejo del baño. A quien veía en el reflejo era a un chico y no estaba conforme con ese reflejo. Se sentía más a gusto siendo su contraparte femenina, Hanna. El reflejo en el espejo se desvaneció un instante y el de Hanna apareció en su lugar. Jonah estaba desesperado y se abalanzó contra el espejo mientras juntaba su mano con la de Hanna.

- Quiero ser tú...

Jonah abrió los ojos de golpe, dándose cuenta de lo que estaba haciendo y se alejó asustado de sí mismo, quitándose el sujetador que le molestaba y dándose cuenta de lo que aquella poción le estaba haciendo, pero en el fondo, sentía que no era algo tan malo y decidió ocultarlo.

Sexy Señorita: La formulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora