Pronto ya no quedarán adolescentes en ninguna parte.
Al gobierno ya no le preocupaba lo que pasó con los que perdieron la vida, le preocupábamos nosotros; porque los que conseguimos sobrevivir a la ENIAA, cambiamos.
Anika es el lobo disfrazado de...
Las palabras de Cate no salía de mi cerebro. "¿Por qué iban a tomarse la molestia de esperar?"
"¿Por qué no cogerme y matarme ahora mismo?"
"¿No era eso lo que hacían con los demás?" "¿Con los amarillos, los naranjas y los rojos?"
Los mataban porque eran demasiado peligrosos. - "Soy demasiado peligrosa".
Pero yo no sabía utilizar mis facultades.
No era como los demás rojos, bueno, en realidad no sabía como eran los demás rojos, habían desaparecido al poco tiempo del campamento. Corrían multitud de rumores de su paradero, pero la más famosa era que los habían matado a todos junto con los naranjas. En Thumord solo quedaba yo, porque nadie me conocía, nadie sabía del monstruo que habitaba la cabaña 21.
La cuestión aquí era que yo no sabía controlarme; mis 'facultades especiales' aparecían cuando estaba en situaciones límite, al borde - eran como un incendio forestal, primero la ramita del árbol, luego el árbol y finalmente el bosque -. Siempre era doloroso, cuanto más tiempo las dejaba salir, más difíciles eran de controlar. Aunque me sintiese libre por unos segundos siempre estaba aterrada de hacerle daño sin querer a alguien. Era un volcán dormido a la espera de provocar una erupción.
Imagínate que alguien te atraviesa el pecho y te agarra con fuerza el estómago y los pulmones. Imagínate ahora que empieza a zarandearte de tal manera que el mundo se pandea y se hunde bajo tus pies. Imagínate que después eres incapaz de apagar el ardor en tus entrañas y todas las venas de tu cuerpo te queman, te arden. Y luego, imagínate la abrumadora migraña que sufres invariablemente a continuación, que puede prolongarse durante horas o días.
Eso era lo que me pasaba. Y era por eso por lo que intentaba no dejarlo libre si podía evitarlo.
Conocía muy bien las consecuencias. Todas. Del mismo modo que sabía qué sucedería si me descubrían.
La única y última vez que vi a un rojo utilizar sus facultades fue a la semana de entrar en este infierno electrificado. Habían pasado seis años pero en mi mente, como sucedía con todos los sucesos escalofriantes, se reproducía como si hubiera sucedido el día anterior.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estábamos en la cantina y de un momento a otro un niño naranja que no debía tener más de doce comenzó una 'pelea' con un soldado porque no quería comer la mierda que nos estaban dando. El soldado le pegó con la culata de su pistola en la parte trasera de la cabeza al niño cuando se levantó de la mesa - él no podía hablar, tenía ese horrible bozal cubriéndole la boca - pero el soldado habían subestimado su poder; porque aún con las esposas, se las arregló para acercarse a otro niño - con la X pintada en rojo - y con un agarre en la muñeca del chico los dos se enfrentaron a los 4 soldados que se habían acercado.
