Capítulo 22. EDO

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Nuestra charla fue interrumpida cuando Liam regresó, asustado. Y con una sorpresa.

"¿Cómo era posible que nos hubiera localizado?"

¬ ¡Puta madre! ¬ chilló Chubs ¬ ¿Casi seguro o absolutamente seguro?

Liam respondió al momento. ¬ Absolutamente seguro. Tiene coche nuevo, un furgón blanco, pero esa cara condescendiente la reconocería en cualquier sitio.

¬ ¿Te ha visto? ¬ le pregunté alarmada.

¬ No lo sé. Seguramente no, de lo contrario, ella y quién quiera que sea su nuevo hombre objeto habrían intentado reducirme. Llegaban en coche justo cuando yo me iba.

Liam tosió para aclararse la garganta: ¬ Umm ¿Qué tal si empiezas a repartir la comida? Yo saldré a mirar.

¬ Liam Michael Stewart, ¬ resonó la voz de Chubs en el asiento trasero — si pones un pie fuera de este monovolumen, te juro que le ordenaré a rojita que arranque y te atropelle.

¬ Y no creas que no lo haría.

Liam nos había pedido algo sencillo: huevos revueltos con beicon y dos panqueques sin almíbar.
Los demás empezaron a comer con afán y se lo zamparon en cinco bocados. Yo me comí los huevos revueltos y le pasé mis panqueques a Zu, sin darle a Liam la oportunidad de protagonizar el gesto.

Cuando nos hubimos tranquilizado un poco, Liam sacó el mapa y lo extendió sobre el volante.
El reloj del salpicadero marcaba las siete y veinticinco y cuando se volvió para mirarnos, lo hizo con una expresión resuelta que jamás en mi vida le había visto a nadie a esas horas de la mañana.

¬ Muy bien equipo. ¬ dijo ¬ Tenemos que recuperar el camino correcto. Ya sé que nuestro último East River fue un fracaso total, pero hay que seguir buscando. Por lo tanto, repasemos los datos que nos dieron esos azules: Eddo.

No fue hasta que transcurrió un minuto en el más completo silencio que comprendí que los 'datos' eran solo esos.

¬ Deberíamos haber intentado sobornarlos para obtener más información. ¬ dijo Chubs.

¬ ¿Con qué? — dijo Liam, dejando el mapa ¬ A ti no te querrían, Chubs, y eso que eres nuestro bien más preciado.

No me extrañó que la broma no le hiciese ninguna gracia a Chubs. Pero a mi si, así que disfruté carcajeándome de su cara.

¬ ¿Os deletrearon eso de 'Eddo'? ¿Era con una d o con dos? ¬ les pregunté curiosa ¬ Porque si es una pista, imagino que la forma de escribirlo es tan importante como la palabra en sí.

Los chicos intercambiaron una mirada.

¬ Pues mierda. ¬ dijo finalmente Liam.

¬ ¿Has dicho mierr-da? Liaaam.

El mencionado sólo se limitó a sacarme la lengua y seguir discutiendo el tema con Chubs.

Llevábamos picándonos con el tema de las palabras mal sonantes desde que él las mencionó por primera vez. Personalmente, adoraba recordarle que no era un ser perfecto, eso y molestar a Chubs se había vuelto mi entretenimiento diario.

Noté un tirón en el brazo y me giré hacia Zu, que sujetaba el cuadernito para que lo miráramos. Había escrito las letras 'E-D-O'.

¬ Buen trabajo, Zu. ¬ dijo Liam ¬ Suerte que alguien prestó atención suficiente.

¬ ¡Esa es mi chica inteligente! ¡Choca esos cinco, sunshine!

La amarilla me regaló una enorme sonrisa y me chocó la mano con sus diminutas palmas enguantadas.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2022 ⏰

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