Capítulo 06. UNA AMIGA, SI QUIERES

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La doctora Begbie tenía un rostro joven, que debía de perjudicarla a buen seguro en el universo exterior. Quizá por eso se había hecho voluntaria, para encontrar una cura más rápido y evitar que las desplazasen por ser joven.

Siempre había pensado que los nacidos antes de la Generación Monstruo eran unos afortunados. Vivian sin miedo a lo que pudiera pasarles cuando superaran la frontera que separa la infancia de la adolescencia.

Por lo que sabía, todo aquel que tuviera más de trece años cuando empezaron con las redadas de niños, estaba fuera de peligro: en el tablero de la vida, pasaba de largo del Campamento de Monstruos e iba directamente a Ciudad Normal.

¬ Veo en tu informe que en la selección te clasificaron como 'inteligencia atípica'. ¬ dijo al cabo de un rato la doctora Begbie. ¬ El científico que te clasificó, ¿te sometió a todas las pruebas?

No me gustaba el ritmo que llevaba la conversación. Se me hizo un nudo en el estómago y si tuviese algo de comida en él, estoy segura de que le habría vomitado a la estúpida doctora en la cara. Tal vez no supiera muchas cosas sobre el mundo, tal vez no hubiera estudiado más allá de 7 cursos, pero sabía muy bien cuándo alguien estaba intentando recabar información.

Hacía ya años que los soldados de las FEP utilizaban el miedo como táctica, pero durante una época se habían dedicado a interrogar con voz amable. La falsa simpatía apestaba como el mal aliento. La pregunta se quedó suspendida en el aire, colgada entre la mentira y la verdad; esperando ser respondida.  

Las preguntas que me estaba haciendo eran de todo menos aleatorias.

Entonces, le contesté con firmeza: ¬ Lo siento, pero algo falla en ese informe suyo. No era un científico, era una científica. No me fiaría de lo que pone ahí. Pero si, soy una 'inteligencia atípica'. ¿No le parezco inteligente, doctora Begbie? De todas formas, no entiendo porque le importaría eso a usted.

¬ Ciertamente creo que eres inteligente por eso te lo voy a volver a preguntar, Anika... . Podrías intentarlo... Mira no digo [...]

¬ Esa vez fue distinto. ¬ la interrumpí. Las palabras me quemaron la garganta y mi propia voz me sonó distinta. Débil.

"Ya está, ya terminaste de joderla Anika, piensa en las flores que no tendrás en tu tumba"

A la doctora Begbie solo le dio tiempo a asentir. Un movimiento mínimo, apenas imperceptible, antes de que una mano corriese la cortina. Ya había visto alguna vez a aquel oficial de las Fuerzas Especiales Psi. En la cabaña lo habían apodado el Grinch porque parecía sacado de la película, excepto que no tenía la piel verde. 

El Grinch me lanzó una mirada, torciendo el labio superior en una mueca de asco, antes de indicarle a la doctora que se acercara.

La doctora Begbie suspiró y dejó el portapapeles con sus notas sobre mi regazo.

¬ Gracias, Anika. ¬ dijo ¬ Si el dolor empeora, llama para pedir ayuda, ¿entendido?

"Pero...¿Dónde se creía que estaba? " 

"¿Quién iba a ayudarme en este sitio, el mismo soldado que me clavaba su pistola en el estómago para amenazarme?". 

En vez de bufar, que era lo que deseaba hacer, me controlé y asentí de todos modos.

Lo último que vi de ella fue su mano corriendo de nuevo las cortinas. Era un detalle por su parte el querer darme un poco de intimidad, aunque algo ingenuo, puesto que había cámaras negras por todas partes. Solo en nuestra cabaña había dos cámaras, una en cada extremo, además de otra en la puerta. Parecía una exageración, pero cuando llegué al campamento, éramos tan pocos que podían vigilarnos todo el día, cada día, hasta que el cerebro les estallase de aburrimiento.

All For Us  |  The Darkest Minds | #AFU1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora