Capitulo 2

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Trato de ir hacia ella pero el hombre me lo impide.

- creí que habías dicho que era mas grande tu hija- habla el hombre que parece ser el jefe.

Lisandro- tiene 19 años- por primera vez veo a mi padre esta todo golpeado, una gran parte de mi se alegra de verlo así pero otra no tanto.

- hola mi nombre es Rodrigo Powell- reconozco ese apellido de las noticias, el es un narcotraficante muy buscando -veo que me reconoces, veras nena tu padre me debe mucho, mucho dinero, me dice que tu eres la única que trabaja- me quitan mi mochila y sacan el sobre con el dinero.

Ayla- déjenos en paz a mi madre y a mi, nosotras no tenemos la culpa de lo que mi padre haga- el hombre ríe al terminar de contar el dinero.

Rodrigo- esto no me sirve ni para el comienzo de la deuda, alguna oferta que quieras hacer Lisandro- mi padre me mira.

Lisandro- llévate a mi hija, estoy seguro de que te pagaran muy bien por ella, es virgen- Rodrigo me mira y yo siento el sudor frío bajar por mi espalda.

Rodrigo- sabes que yo me dedico al trafico de armas y drogas, no trafico con personas-

Lisandro- pero podría servirte de esclava- el señor no me quita la mirada de encima, tengo miedo y quiero salir corriendo, siento las lágrimas bajar por mis mejillas.

Rodrigo- a mi no me servirá de nada pero tal vez si la entreno podría servir de guarda espaldas de mis hijos o de mi hijo-

Lisandro- has con ella lo que quieras pero a mi déjame ir- Rodrigo lo mira y después de sacar su arma le dispara en la cabeza a mi padre, yo grito.

Rodrigo- no merecía vivir un hombre que vende a su hija no lo merece, tráiganse a ambas, tu madre me servirá para persuadirte- me dan un golpe en la cabeza y caigo en la obscuridad.

Despierto en una habitación que no es la mía recuerdo todo lo sucedido, el señor Powell entra en la habitación.

Rodrigo- veo que ya has despertado, bien, te dire lo que haremos, tu le servirás a mi hijo ya que mi hija no te quiso, complacerás cualquier capricho de mi hijo o matare a tu madre-

Ayla- ¡¿donde esta mí madre?!- él sonríe pero no me dice nada, le llego un mensaje, lo se por el sonido que hizo el celular que trae en la mano, su sonrisa se hizo mas grande.

Rodrigo- verás y sabrás sobre tu madre cuando vea a mi hijo felizmente casado contigo, ahora eres su prometida- no podía creerle.

Ayla- no eso no es verdad, su hijo debe tener a alguien mejor, yo podría hacer de todo menos ser su esposa por favor- suplique.

Rodrigo- lo siento pero es cierto y mas te vale que te comportes por que si te portas mal podrías recibir a tu madre en un ataúd y después te asesinaria y daría de comer tu carne a mis perros- se fue, se fue dejándome destrozada.

Lloré se que no sirve de nada pero no podía evitarlo, mataron a mi padre aun que no lloró tanto por él si no por mi madre.

Abrazo una almohada, siento un gran dolor en mi pecho al pensar que algo malo le podría estar pasando a mi madre, que podría estar en un lugar obscuro y horrible mientras yo estoy en una habitación lujosa.

Lloro hasta quedarme dormida.

Me desierta el sonido de unas mujeres hablando, abro los ojos y ellas me miran inmediatamente con lastima.

- señorita disculpe que la despertemos pero tiene que prepararse para ir a desayunar- me levanto.

Ayla- no tengo hambre, así que díganle al narco ese que prefiero morir de hambre- me callo al recordar que si yo no obedezco es mi madre quien pagara las consecuencias -olvídenlo, ¿donde esta el baño?-

Una de ellas me lleva al baño, una vez dentro no sale y dice que le ordenaron bañarme, yo me opongo pero la imagen de mi madre hace que me deje bañar por esa extraña.

Cuando termina de bañarme, me envuelve en una toalla el cuerpo y el cabello, después me lleva a un armario, hay mucha ropa de mujer.

Ella elige la ropa, no me esta gustando lo que esta agarrando pero no voy a protestar.

Ayla- he disculpe pero yo no se caminar con zapatos de tacón- digo cuando me pongo los zapatos

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Ayla- he disculpe pero yo no se caminar con zapatos de tacón- digo cuando me pongo los zapatos.

- no es la gran ciencia señorita solo imíteme- me ayuda a levantarme y comienza a enseñarme, siempre he aprendido rápido y esta vez no fue la excepción.

Me maquilla solo un poco y después salimos del armario, a mi nunca me ha gustado el maquillaje, nunca lo use y no quería empezar a usarlo pero ya que.

Salimos de la habitación y bajamos por unas escaleras, no estaba buscando una salida por que no me podía ir sin mi madre.

Al llegar abajo me guió hasta el comedor donde se escuchaban voces, supongo que esta toda la familia Powell.

Suspiro y camino con la cabeza agachada, al llegar al comedor no alce la mirada hasta que el señor Rodrigo se puso a mi lado y me hizo levantar la cabeza.

Rodrigo- hijos, amor mío, les presento a Ayla York hija de un miserable que murió ayer e hijo te presento a tu futura esposa- estaban dos chicos y una señora muy elegante.

La chica tenía los ojos verdes al igual que el chico, al ver los ojos de la señora se que los sacaron de ella por que el señor Rodrigo tiene los ojos azules.

- bienvenida querida- asentí pero no hable.

- ¿que eres muda?- pregunto la chica con burla.

Rodrigo- no lo es, solo esta nerviosa supongo, bueno te presentare a mi familia- hace una pausa -Regina es mi esposa y la reina de esta casa, Asher mi hijo mayor, heredero de todo lo que poseo y tu futuro esposo y finalmente Lucila la princesa de la casa- sentí como pellizco mi brazo para que hablara.

Ayla- es un gusto conocerlos- el chico se acerca y toma mi mano poniendo en tensión cada parte de mi cuerpo.

Mi compañera eterna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora