Lucilla, la señora Rebeca y yo estamos con una famosa diseñadora de vestidos de novia, ya me he probado 15 vestidos y ninguno les agrada.
Que es demasiado, que lleva demasiado tul, varias cosas así dicen, yo les he dejado la decisión a ellas por que les dije que yo no sabía nada de moda.
Si me casara con alguien a quien amara yo elegiría el vestido, tendría que ser perfecto para mi gusto, sencillo.
- ese es perfecto- dijeron mi suegra y mi cuñada al mismo tiempo, las tres nos reímos.
Rebeca- ¿a ti que te parece Ayla?-
Ayla- es muy bello- dije fingiendo emoción ellas le indicaron a la diseñadora y a sus ayudantes que salieran.
Lucilla- si pudiéramos hacer algo para que no estes tan triste o para cambiar esta situación lo haríamos-
Ayla- lo se y créame que lo valoro mucho- ellas me ayudaron a quitarme el vestido y se lo entregaron a la diseñadora para que le hiciera los ajustes mínimos.
La boda será en tres días lo que me alegra es que ese día el señor Powell juro que vería a mi madre, espero que esté bien no hay un día que no piense en ella.
Mi madre, ¿como la estarán tratando? ¿le darán de comer?
Si no fuera por mi padre no estaríamos en esta situación, pero espero que se esté pudriendo y pagando por todo lo que nos hizo donde sea que este.
Camino a mi habitación junto a una de las sirvientas por que Asher dijo que vendrían visitas y no quiere que nadie me vea hasta el día de la boda.
Entro en mi habitación y ella se encarga de cerrar mi habitación con llave, me ha traído algunas películas y mi cuaderno de dibujo.
Conecto mis audífonos a mi celular que me regalo Lucilla, no tiene chip así que no puedo marcar, tengo bloqueadas las redes sociales y el internet.
Tomaron todas las precauciones antes de entregármelo, pero al menos tengo música, pongo mi playlists favorita y tomo mis colores junto a mi cuaderno para dibujar.
Pasan las horas, he dibujado, he escuchado música, he dormido una siesta, me han traído la comida y he visto películas, he hecho un poco de ejercicio.
Escuche pasos acercándose a la habitación así que apague la luz y me quede callada.
Los pasos se detuvieron en mi habitación por un momento pensé que era Asher o alguna de las sirvientas pero cuando trato de abrir la puerta sin llave me di cuenta de que no era ninguno de ellos.
- ¿que haces primo?- esa era la voz de Lucilla.
- vi una luz prendida en esta habitación, ¿hay alguien ahí?-
Lucilla- si, la prometida de Asher pero no le gusta que la molesten, pero si quieres entrar y terminar muerto esta bien-
- ¿es la asesina de la que tanto presume Asher?-
Lucilla- si, lo veras en la boda, ella asesinara a uno de nuestros hombres que quiso traicionarnos-
- wow suena como un buen comienzo como la esposa de Asher- los pasos volvieron a sonar pero ahora se alejaban.
Yo no asesinare a nadie el día de mi boda con ese lunático, no lo haré me niego, mi respiración comenzó a acelerarse, trate de respirar pero era como si hubiera dejado de existir el oxígeno.
Comencé a sentir mucho calor a pesar de que el aire frío de la noche se metía por las ventanas abiertas, me tire al suelo y trate de relajarme.
Sudaba frío y tuve que pellizcarme para salir de este ataque de ansiedad que estaba sintiendo, me leí un libro de psicología y sé identificar un ataque así.
Una hora más tarde entro una de las sirvientas.
- ya se fueron los invitados, ¿quiere cenar con la familia?- asentí.
Me arregle un poco y baje las escaleras, estaba temblando, pero no sabía la razón, según yo estaba tranquila.
Al llegar al comedor me senté a lado de Asher como siempre y mire a todos, Lucilla me veía.
Lucilla- ¿te sientes bien Ayla?- asentí pero se que no la convencí, todos me miraron.
Asher- di la verdad, estas muy pálida- al inicio sonó exigente pero después preocupado.
Ayla- yo no voy a matar a nadie el día de la boda, eso no lo hablamos- Asher miro a su padre.
Rodrigo- pues aun que no lo quieras lo harás o de lo contrario no veras a tu madre mas que con un hoyo en la frente- sentí que el alma se me iba.
Ayla- pero yo no estoy lista-
Rodrigo- lo estas y lo harás por el bien de tu madre por que sobre ti ya no decido yo, ahora tu vida esta en manos de mi hijo-
Ayla- e...esta bien- me quede callada y después todos volvieron a cenar.
Asher- come- ordenó y yo obedecí, cene en silencio mientras ellos platicaban, nunca he participado en sus platicas y tampoco me importa.
Asher me acompañó a mi habitación y después de obligarme a besarlo se fue, deseándome buenas noches.
Como iba a tener buenas noches, si tendría que dormir pensando que en tres días tomaré la vida de un hombre en mis manos.
Me puse mi pijama y me acosté, no podía imaginarme a mi sosteniendo un arma y apuntando a la cabeza de un hombre que tal vez tenía familia.
Tres días después...
Lucilla- hoy es el día solecito- abrió las cortinas de mi habitación y me hizo levantarme -dios santísimo tienes una ojeras horribles-
Ayla- lo siento, no he podido dormir en estas dos noches-
Lucilla- no te preocupes lo taparemos con maquillaje, ahora ve a bañarte- ella estaba muy feliz por que dice que rara vez hacen fiestas muy grandes como esta.
Al inicio pensé que era una amarga, controladora, pero me equivoqué una vez que atraviesas esa coraza que cubre su corazón es muy dulce y cariñosa.
Antes de meterme a bañar me depilo completamente, Asher me ordeno eso y dijo que esa sería su última orden hacia mi.
Me meto a bañar y después de unos 20 minutos, salgo de la regadera.
Rebeca- voy a entrar a dejarte tu ropa interior, ya estamos listas para ponerte el vestido- asentí.
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Mi compañera eterna
VampireElla ha vivido una vida donde su padre golpeaba a su madre, ella mantenía su vicio que eran los casinos, un mal día su padre pierde contra un poderoso narcotraficante y él le ofrece a su hija como pago, ella con el hijo de ese hombre vivirá sus peor...