Capítulo 12: El pesar de las espadas.

32 3 0
                                    

Nueva mañana, nuevo día de entrenamiento, al igual que el dia anterior, Alessio se levanta antes que Emilio lo despertara, se limpia la cara y se pone su ropa habitual para volver a hacer el entrenamiento, no había nada inusual por ahora, todo iba normal si no fuera por la presencia inesperada de Emilio que estaba al lado derecho de la puerta.

[ Emilio: ¡Buenos dias...! —Su tan repetida frase de cada mañana fue interrumpida por la voz de Alessio que salía de la puerta, como si supiera que estaba allí, como buen gemelo termina su frase. ]

[ Alessio: ¿...yo?, creo que debes perfeccionar tus saludos, se vuelven muy predecibles para alguien que supuestamente es mi grandioso y explendido gemelo. ]

[ Emilio: ¿Me estás llamando predecible?, pues tu lo eres más de lo que tu piensas, los gemelos siempre estamos conectados. ]

[ Alessio: Si fuera así ya sabrias lo tonto que me sentí anoche. ]

[ Emilio: ¿A noche...? ]

[ Alessio: Mejor olvida eso ultimo que dije... —Sabiendo el malentedido que hizo con Lyna, no quería que Emilio lo reconociera como un pervertido como Inés pensaba de el. ]

[ Emilio: Esta bien..., supongo que debes estar listo para el entrenamiento de hoy. ]

[ Alessio: Pues si listo te refieres a sufrir el mismo entrenamiento inhumano otra vez, ¡pues claro que si estoy listo! —Dice con una sonrisa sarcastica mientras cierra la puerta de su habitación. ]

[ Emilio: Entiendo, se que el entrenamiento a sido duro, pero verás que en unas semanas o en menos de un mes podrás soportarlo un poco mejor. —Dice y voltea hacia su izquierda y camina hacia donde estaban las escaleras para ir al primer piso en vez de ir a la habitación de Ilna como lo hizo en la mañana anterior, esto extraña a Alessio y le dice confuso. ]

[ Alessio: Oye genio, la habitación de la chica hermosa está hacia la derecha. —Como si estuviera corrigiendolo como el día anterior, Emilio le vuelve a aclarar las cosas de su durosa y confiada afirmación que si no le hubiera dicho, no se hubiera dado cuenta el pobre. ]

[ Emilio: Oh, verdad, que tonto que soy, tienes razón yo, hacia la derecha está la habitación de mi hermosa Ilna, pero... —Se detiene a mitad del pasillo y lo observa para atacar con su siguiente frase—. No me estoy dirigiendo hacia su habitación, en cambio, si quieres puedes fingir que soy yo y verlas. ]

[ Alessio: ¿Verlas? ]

[ Emilio: La señorita Inés me dijo que pasará a solas con Ilna esta mañana, pero si quieres ir a verlas y ver algo más que una conversación..., lo siento pero tus fantasias no se harán realidad aquí. —Como si se estuviera en cierta parte refiriendose a lo que paso ayer con Lyna, por su tono de voz en como le respondio, Alessio piensa que Emilio lo está llamando pervertido de una manera pero más educada y cautelosa. ]

[ Alessio: ¡No saques conclusiones estupidaz por más de una vez! —Decía un poco avergonzado. ]

[ Emilio: Esta bien, esta bien, más vale que vayas bajando y comas algo antes de comenzar, yo por mientras iré a hacer una pequeña cosa, nos vemos en 20 minutos, no tardes tanto, ya tendrás tiempo en pasar tiempo con la sirvienta. —Dice mientras se alejaba de Alessio. ]

[ Alessio: Claro, claro... —Dice al verlo irse. ]

Espera unos segundos a que baje Emilio para después bajar, al ya pasar unos 10 segundos aproximadamente, este comienza a caminar un tanto nervioso, viendo el mismo pasadizo donde paso Lyna la noche anterior, al estar bajando las escaleras, ve una figura femenina caminando por el pasillo del primer piso, su cabello blanco y su manera de caminar un tanto insegura pero con un estilo similar al de una sirvienta y con sus manos hacia delante como si quisiera ocultar algo, era claro que era Lyna que se estaba dirigendo hacia el comedor, pero al escuchar unos pasos en las escaleras, pensando que era otro huespéd de la mansión para saludarle, voltea su mirada y lo primero que ve son las manos del chico que hizo que su mente explorada sus más profundos pensamientos en la noche anterior, volteando la mirada tan rapido que ella misma pensaba que Alessio no se había dado cuenta de su presencia, pero como todo buen ex-jugador de juegos fps pudo observar por milesimas de segundo su rostro que en como tiempo olimpico se sonrojaba y aumentaba su velocidad hacia el pasadizo que la llevaría al comedor, haciendo que Alessio se sienta un poco mal por algo que no hizo, por lo que sigue bajando las escaleras y al llegar a la puerta del comoder, antes de entrar está algo nervioso, aunque esos nervios solo debería ser para Lyna, sus nervios fueron contagiados hacia Alessio.

Bajo mi mente en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora