Capítulo 4: Una voz de esperanza.

72 10 43
                                    

Afuera de la mansión se encontraba Ilna guiando a los caballeros, daba cada orden a cada soldado para que acabarán con los enemigos, aunque tenían una gran cantidad de soldados, sólo ganaban por número, pero en fuerza, el enemigo tenía la ventaja.

—¡Grupo A, preparen los cañones y disparen a los enemigos que se encuentran más alejados de los enemigos cercanos, Grupo B, ataquen a los enemigos cercanos mientras que el equipo A los cubren, Grupo C ocúpense de los heridos!

Y así Ilna daba ordenes a los soldados mientras que ella esperaba el momento indicado para atacar y dar el golpe final pero si no fuera que más enemigos llegaban desde las afueras de la mansión...

—¡¿Por qué rayos vienen más enemigos!? Realmente no me preocupa por ahora si alguien sale herido, tenemos la gran ventaja de tener medicinas curativa instantánea, el problema será cuando venga una gran oleada de enemigos y nos superen en número... «¡Maldición Emilio!, espero que puedas recuperar tus recuerdos y tu fuerza para acabar con esto, no creo soportar esto todo el día.», Se decía a sí misma viendo como sus soldados caían uno por uno.

Dentro de la mansión Lyna sostenía en su hombro a Alessio por las fuertes heridas que tenía, estaban yendo a un lugar para curar sus heridas, al pasar por los largos pasadizos se escuchaban los gritos de dolor de los caballeros que estaban peleando.

—Aguanta un poco, ya estamos llegando. —Decía la sirvienta al dolorido Alessio.

Sonidos de cansancio se escuchaba de ambos, pero el que estaba más lastimado era Alessio por los golpes que le había dado Marst.

—No es necesario que me lleves, puedo caminar un poco.

—Aunque pudieras, tengo que llevarte a curarte lo más rápido posible antes que mi hermana te encuentre, o en el peor de los casos, entre un enemigo y nos atrape.

—No puedo creer que esto este pasando.

—¿Sobre lo que está sucediendo a fuera?

—Bueno, no sólo eso, son tantas cosas que están pasando tan rápido que me cuesta creer si estoy soñando o si esto es real.

—¿Cree que todo lo que está pasando a sido un sueño hasta ahora?

—Por los golpes y dolores que estoy sintiendo, la respuesta esta más que clara ¡Ahahah!

Unos sonidos de dolor salía de Alessio, por más que quisiera aguantar el dolor no podía soportar cada minúsculo movimiento que hacía, los golpes de Marst lo habían dejado lastimado.

—Lamento por no haberte ayudado antes, si no hubiera sido por mi egoísmo no estarías pasando por esto, mis disculpas.

—No pasa nada, lo hecho está hecho, lo importante es que ayudemos a tu hermana.

—¿Ayudar a mi hermana...?

—Debemos hacerlo, apuesto que está teniendo dificultades y necesita de nuestra ayuda.

—No podemos.

—¿Por qué?

—Ella me dijo que te mantenga a salvo, no puedo desobedecer una orden.

Al decir esto, Alessio recuerda lo que había pasado cuando ella desobedecía una orden, pero no satisfecho a pensar en esto, le dice.

—Bueno, antes estabas por desobedecer esa orden je,je... Ay... —Mientras que exclamaba del dolor recordó lo que le pasó antes a la sirvienta—.

—Fue una precipitación mía, si piensa castigarme me lo tengo muy que merecida, por lo que perdona.

—¿Qué te hace pensar que haré algo así? No soy una persona vengativa... —Mientras decía eso, la sirvienta lo observaba escuchando atentamente sus palabras—. Lo pasado es pasado y lo que importa es el ahora y la decisión que has tomado y claro... También ayudar a tu hermana.

Bajo mi mente en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora