Capítulo 13: Los nervios ante la puerta.

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— ¿Cita...? —Pregunta la sirvienta después de que Alessio le haya contado lo sucedido en la noche anterior cuando estaba con Inés, pero por su tono, pareciera que no supiera el significado de la palabra o de la sitacuón.

— Una cita es cuando 2 personas hacen, comparten y experimentan las mismas cosas en un día juntos, pero para nada tenía planeado hacer una cosa romántica con ella, sólo quería ayudarla a sociabilizar y tener una conversación normal con ella, pero a las finales rechazo mi propuesta y ya hay alguien en su corazón. —Dice Alessio mientras coge un trozo de pan y se lo come.

— Tuvo que ser un golpe duro.

— Ya te digo, fue algo difícil tener valentía en proponer esto a una chica que no tiene nada que ver sentimentalmente conmigo, aunque no la juzgo ya que fue algo repentino.

— Pero me alegra que a pesar de todo quisieras ayudarla, es algo bonito de tu parte.

— Es lo menos que puedo hacer por alguien que se toma la molestia en enseñarme a pesar que le hayan dicho que lo haga, si Emilio no hubiera tenido la idea que ella me enseñara por las noche, tu serías mi maestra aunque eso ya es pedir mucho después del duro día de trabajo que haces cada día.

— Si te soy sincera me hubiera gustado enseñarte y poder quedarme hablando contigo hasta tarde.

— Lo se, pero no me gustaría que te sobreexplotaras, ya haces mucho por el día, aunque por las 2 semanas que te conozco, ¿eso no te importaría no?

A diferencia de los primeros días, su relación había mejorado, podían hablar como buenos amigos, ya era común para Alessio que cada vez que mencionaba que Lyna se esforzaba más de lo común, ella respondía que no le importa si se tratara en hacerle sentir mejor, todo esto por la calidez y el aprecio que cada día crecia en Lyna hacia Alessio, cada día, aunque sean pocas horas, disfrutaba pasar el tiempo con el, con el chico que le prometió saber más de ella y la amistad que tanto había anhelado tener.

— ¡Claro!, todo sea para darte la comodidad que te mereces Alessio. -Dice con una dulce sonrisa por saber que poco a poco Alessio estaba sabiendo más de ella, pero un ruido en la puerta interrumpio su conversación.

— ¿Alguien tocó la puerta?

— Que raro, a esta hora nadie baja a desayunar más que tu, iré a ver quien es, por mientras sigue disfrutando tu desayuno Alessio. —Dice mientras se alza de la silla donde estaba sentada junto a el.

— Ya veo, bueno, aquí te espero. —Dice mientras mete mantequilla a su pan y bebé su leche y espera a que Lyna atienda la puerta. «Es increíble como pasa el tiempo, pasaron casi dos semanas rápido, pero a la vez paso más rápido que se cumpla el primer mes y llegue mi segundo juicio.»

Se decía un tanto preocupado observando como Lyna tiene media abierta la puerta como si estuviera conversando con alguien.

«Pero a decir verdad...», Observa a Lyna. «No debo preocuparme, tengo a Lyna y a Emilio que me apoyan, aunque tal vez también Inés, pero por su carácter creo que un 50/50, aunque...», toma su leche y voltea su mirada hacia el comedor recordando la cara furiosa de Ilna. «No creo que ella estaría dispuesta a defenderme...»

Limpiandose con una servilleta su boca llena de migajas, voltea a ver a Lyna y después de unos largos segundos, Lyna abre la puerta y da paso a la persona que menos esperaba ver en la mañana, haciendo caer su baso de leche de la impresión.

— ¡I-I-IL-IL-NA!

Tartamudea al presenciar a la primera persona que vio desde que despertó en este nuevo mundo, habían pasado varios días desde la última vez que la vio y ya una semana desde la última vez que hablo con ella, así que estar en un mismo ambiente con la persona que al inicio podían haber tenido una buena amistad pero ahora, que se habían distanciado, era un golpe duro para el.

Bajo mi mente en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora