Parte 2

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Aquí estoy pidiendo perdón. No obstante,se que iré al infierno.

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Ya pasada la media noche me desperté y pude percibir un olor muy placentero y atrayente para mi, nunca me pasó y eso que, relativamente... probé la sangre de miles de personas, pero ellas no poseían un olor tan atractivo como aquel pelirrojo con él que estába, en estos precisos instantes... Durmiendo. El tenía una mezcla de mánzanos. —pero que dulce olor— también percibí que olía a menta un candidato perfecto para una mezcla única, en particular para mi, claro está... Pero no era de mucha ayuda tener al pelirrojo remobiendose de un lado a otro ya que estaba despertando a mi "amiguito" y eso no sería beneficioso para ambos.










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—mierda— He Tian se para y se aleja un poco de la cama ya que el acontecimiento de hace unos segundos lo tiene exitado.

—nhg... — balbucea el pelirrojo y se remueve de la cama para quedar en frente del azabache exponiendo su cuello blanquecino.







Empeze a tener espasmos de pura excitacion y rápidamente me incorpore de la cama, con cuidado, para no despertar al pelirrojo.

Hipnotizado por esa quimera, me puce el cabello asía atrás para calmarme un poco y me deje caer de rodillas en un sillón que estaba en frente de mi cama, no sirvio de mucho ya que después me volví a parar y apoyé mis manos sobre el borde de la cama. Una parte de mí trataba de frenarse, pero me resultaba demasiado difícil tener al pelirrojo "en mi cama y con mi camisón". Necesitaba morderlo. Mierda, mi instinto se apodero de mí sin permitir que mi conciencia formara parte de la ecuación, haciendo que deseara poseerlo y marcarlo de una forma inaplazable.

Acerqué mi boca a su cuello y la abrí mostrando mis dientes y exhalando un gélido aliento sobre su palido rostro. Él arrugo la nariz como si en sus sueños estuviera en un lugar donde sus pesadillas fueran realmente ciertas. Justo cuando iba a morder, el pelirrojo cambió de postura y se colocó del otro lado, dándome la espalda, para seguir con su sueño. En esos momentos cerré los ojos con fuerza y sentí dolor, un dolor profundo provocado por la batalla que estaba teniendo lugar en mi interior.










—yo no soy así. Mierda, puedo controlarme, puedo hacerlo— se repetía a si mismo tratando de calmarse y deliberadamente alejándose centímetros—

—... — el pelirrojo empezó a temblar haciendo una mueca de dolor y remobiendose de la cama—






La sonrisa bobalicona de mi cara se borró y fue sustituida por otra cosa, mucho menos inocente y peligroso... De repente, su tersa piel se me antojó deliciosa y adictiva. Mi urgencia por apartar la mirada pronto se vio eclipsada por una necesidad altiva y primitiva de morderlo, me acerque aun más para poder observar su rostro, solo necesitaba probarla un poco, su sangre. Luego me iría. Sin embargo, lo que realmente importaba eran aquellas que requerirán una mención aparte, eran tan sólo dos. La primera afectaba mi futuro inmediato y tenía un protagonista que, se encontraba en estos precisos instantes durmiendo en mi cama. Aun estaba luchando por no ceder a morderlo y marcarlo ya que traería problemas muy importantes. La segunda cuestión concernía a mi hermano ya que le dije que cuidaría al pelirrojo y eso consistía, por ende, en no acerle ningún daño. Me mordi la muñeca para poder sacarme del trance en el que me encontraba y salí rápida y silenciosamente del cuarto.

𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝑏𝑙𝑜𝑜𝑑 | 𝟷𝟿 𝑑𝑎𝑦𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora