𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝑏𝑙𝑜𝑜𝑑 | 𝟷𝟿 𝑑𝑎𝑦𝑠

Parte 6

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No son sueños de verdad son de papel.
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…odio esto

Odio este cuerpo.

Hace más de dos años  en mí  trigésima cuarta huida lamente haber nacido  con este estúpido cuerpo y  sangre maldita.

El cuerpo de un vampiro porta genes superiores a la de los humanos pero, ¿Qué pasaría si un gen  tan superior como lo es de un vampiro se mescla con la de otra especie  como lo es de un arcángel, eh?

Él bebé nace con singularidades tanto de vampiro como los de arcángel, no es un vampiro del todo pero tampoco un arcángel,  eso le convierte en alguien vulnerable. Cuando el primer bebé nació  con esa particularidad los vampiros subyugados por el poder  quisieron poseer, por generaciones,  esa amarga obsesión  con la que quieren  tener el cuerpo y la sangre  del poseedor de tan rara sangre  sigue en pie.

Hace dos años atrás… en mi huida por conocer el mundo  me caí  tan fuerte que  di dos vueltas y me raspe las muñecas, dolió,  no tardó mucho en que me salgan  hilos de sangre, me pare de nuevo para empezar la huida,  corrí tan lejos que ya no divisaba mi casa,  estaba en medio de un  bosque no se oía nada,  el silencio era incomodo, pero el ruido era símbolo de que no estaba solo , de la nada apareció un chico peligris de  la misma  edad que yo, supongo. me espante y corrí de nuevo pero me tumbo y caí, patalee  y el solo sonrió e  intento  desvestirme pero antes de que  cumpla  su  cometido llego mi padre y antes de que lo agarre, escapo. Fue humillante, pero no pude hacer nada, hace dos años atrás… y se está volviendo a repetir la misma tontería humillante que viví.

El cuerpo de un vampiro como yo a menudo en acusado de ser el epitome del pecado.

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Mire a Mo  se veía realmente  esplendido,  radiante,  me perdí en sus ojos, no quería, no debía, pero algo me decía que lo haga.
Maldición.

La ira que sentí en esos momentos era inconmensurable, marcaria a Mo,  algo me decía que él era a quien tenía que proteger, le dije que se parara pero no lo hizo,  lo  jale  y cargue asía mi cama sin medir mi fuerza  lo tire y sujete ambas manos arriba de su  cabeza,  quiso  soltarse  del agarre  pero ejercí más presión sobre sus manos,  pequeñas lagrimas salieron de esos ojos acuosos, fascinante. En estos momentos  me tenía atrapado en esa quimera, lo único que hacía era provocarme más, mucho más de lo que estaba ahora. Mierda, me volvería loco si no lo tocaba.

“contrólate”

No puedo, no quiero, me pertenece.

“No lo hagas, te arrepentirás”

Debo hacerlo me volveré loco si no lo hago.

“estúpido, él siente miedo de ti.”

Con una de mis manos libres delinee poco a poco el pecho de Mo formado una especie de línea hasta llegar a su cintura e introducir   mis dedos debajo de su polo, su piel era muy  suave, sonreí ante la idea de dejarlo con muchas marcas en todo su cuerpo, sin duda lo haría, me acerque y empecé a dejar marcas en su cuello mientras  que con unas de mis manos libres bajaba de a poco los pantalones de Mo, en el instante en que lo hice el cuerpo del pelirrojo tembló y empezó a removerse de un lugar a otro soltando improperios,  la poca paciencia que tenia se estaba agotando y él no era de mucha ayuda, ya no sería gentil con él, jugaría como yo quiero.