Veinticuatro: No Con Él

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YoonGi POV.

La oficina a veces es un fastidio si llevas todo el día revisando papeles. Ya tengo encima cinco tazas de café y media cajetilla de cigarros cuando el reloj marca las cinco de la tarde. Dejó las hojas en el escritorio y me recuesto en la silla buscando un momento de tranquilidad. El gusto no me dura ni diez segundos, el teléfono suena y de mala gana tomo la llamada.

— Su esposo está en la línea. — Anuncia Cha a través del altavoz. — Quiere saber si asistirá a la cena de esta noche con sus amigos.

— Hay unos papeles que debo arreglar así que lo dudo. — Le digo esperando que cuelgue ya.

Pero la señorita Cha hace un ruido de desagrado por el micrófono.

— ¿Podría decírselo usted mismo? Parece molesto de que no revise su celular.

Que fastidio. Aprieto el botón y sin aviso cambio la línea de la señorita Cha a la de JiHyun en un segundo. Respiro profundo para empezar a escucharlo. Cada vez es más insistente y hace escenas como esta de ahora.

— Apagaste el móvil. — Es lo que dice con tono ofendido.

— Tengo cosas que hacer. — Le digo al instante, no voy a discutir. — Hay mucho que arreglar antes de tomar el vuelo de mañana.

— Me estás evitando.

Sinceramente si, lo hago, pero no sólo a él, la verdad es que no es la única persona que ha insistido en fastidiarme mi ya de por sí jodido día. Se está tomando más atribuciones de las que debería.

— JiHyun, cariño, el mundo no gira a tu alrededor.

Oigo como sisea entre dientes y se mueve con inquietud. Me dice un adiós a secas y corta por su propia cuenta. Excelente. Ahora si me dispongo a terminar esto para salir lo más pronto de este lugar. Lastima que la vida hoy se empecina en hacerme molestar hasta no aguantar más. La señorita Cha aparece asomando su cabeza por la puerta, luciendo algo preocupada.

— Señor Min. — Habla con cierto temor en su voz y aunque eso debería darme una alerta la verdad es que no lo capto al instante.

— ¿Ahora que? — Digo verdaderamente irritado.

— Su madre est… — La señorita Cha no alcanza a terminar la frase pues mamá, quien viene entrando a mi oficina, no se lo permite.

Al final apagar el móvil no ha sido suficiente contra ella.


















Infertilidad. Impotencia. Desmotivación. Toda una sarta de estupideces es lo que me ha venido a decir. Amo a mi madre pero toda mi paciencia tiene un límite y aún así no se como he aguantado escucharla hasta el final sin responderle con una serie de groserías. He tratado de estar calmado y realmente agradezco que JiMin no me esté llenando de preguntas.

Hacerlo con JiMin de manera extenuante es bastante terapéutico. Después de correrme un par de veces dentro de él ya me siento un poco más aliviado. Me fascina cuán resistente puede ser conmigo, también me encanta lo rudo que es en la cama y la facilidad con la que algunas veces es capaz de someterme. Cuando nos recuperamos un poco de nuestra sesión compartida de ejercicios JiMin se levanta del suelo y va a su cocina por un poco de zumo. El me ofrece y yo le agradezco con mucho gusto. Me remojo los labios refrescandome al instante, listo para recostarme de nuevo con él. Nos quedamos en silencio un buen y largo rato mientras este hermoso alfa ojiverde me mira y acaricia mi cabello.

— ¿Qué harías si algún día desapareciera? — Digo de pronto, no sólo sorprendiendolo a él sino a mí mismo también.

JiMin me mira alzando una ceja y sonriendo de lado, después se concentra en el techo en tanto piensa.

Son Tus Ojos -YoonMin/JimSu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora