Capítulo 42

1.1K 103 21
                                    

ASHLEY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ASHLEY


Estábamos corriendo por una estación de tren, salteando a personas. Corriendo con todas las fuerzas que tenía. Cada bocanada me hacía daño, pero Ji Su me había dicho que no podíamos detenernos.

Él estaba raro. Distante. Frío.

No parecía el chico que me sacó del infierno.

Y de pronto, ya no estaba corriendo. Lo único que podía ver es como Ji Su me daba un empujón salvaje y yo gritaba cayéndome de bruces sobre el suelo del vagón. Las rodillas me picaban y me había lastimado la espalda, pero eso no me impidió que me girara horrorizada, mirando desde el suelo como Ji Su se quedaba al otro lado, fuera del vagón de pasajeros.

No conseguía ponerme de pie. El miedo me había paralizado. Con lágrimas en los ojos, vi como las puertas se cerraban al mismo tiempo que él sonreía como si hubiese conseguido un propósito.

Dejarme.

Se había cansado de mí.

Me dejaba sola.

En un tren que me llevaría a uno de los sucesos más trágicos de mi vida.


—Ashley —esa voz.

Respiro, acelerada, moviéndome. Los parpados me pesan. No puedo abrirlos. Me agobio, gimo, sintiendo como el corazón me late en los oídos.

—¡Ashley, despierta!

Al escuchar con total claridad la voz de Dash, abro los ojos de golpe y me incorporo echándome contra el cabecero, me doy en la cabeza escuchando un «joder» saliendo de su boca, pero apenas siento dolor, porque uno más profundo —más emocional— me está perforando el alma. Mis ojos están empañados. Estoy trastornada, desorientada, con la respiración errática.

Me duele el cuerpo y me siento enfebrecida. Me paso la mano por la frente perlada de sudor y desvío mis ojos caóticos hacia Dash. Está sentado en el borde de la cama, mirándome con zozobra. Y me doy cuenta de que aún es de noche y que esa tormenta sigue dando guerra.

—Hey, ¿qué te ocurre? —se inclina más hacia mí y levanta un brazo. Me quiere tocar. Y yo me aparto instintivamente, y retira su mano al darse cuenta de no estoy bien emocionalmente—. Estabas teniendo una pesadilla.

Mi respiración colapsa. Me va a dar un ataque de los míos. Lo sé. Lo estoy sintiendo, como llega trepando por mis pulmones para apresarme y cerrarme todas las vías respiratorias. Dash lo ha afirmado. Seguramente estaba gritando como una poseída.

Mierda.

No puedo mirarlo a la cara. Estoy demasiado nerviosa y avergonzada de que me vea así.

Ji Su invade todos y cada uno de mis pensamientos. No puedo borrar de mi cabeza lo que me hizo.

Remembrance ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora