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Alfonso siguió al niño que no le soltaba la mano y sonrió al recordar lo que Dulce le había dicho "espero que le gustes a Lucas, como no lo hagas, ahí si, olvídate de mi hermana". Pero a juzgar por el comportamiento del niño no solo le gustaba, sino que le encantaba. Anahí los siguió con la profesora que sonreía divertida viendo como tanto Lucas como Alfonso reían y jugaban con todo lo que se encontraban.

- ¿Es tu novio? - preguntó cerca de Anahí.
- Oh... no. Parece que ahora vivimos juntos...
- ¿Compañero de piso?
- Y de trabajo... - Anahí la miró por un momento a la señora Ramírez y suspiró, Manuel vino a su mente - verás... no quiero asustarte, y seguramente no pase nada. Pero, por favor, asegúrate de que sea alguno de nosotros quien venga a buscarle.
- ¿Cómo?
- Solo deje que se lo lleve Dulce, Christopher, Alfonso o yo. Por favor.
- Claro Anahí... pero...
- Ahora no tengo mucho tiempo de contarte la historia pero te la contaré. Solo, recuerda lo que te he dicho. Que nadie más se acerque a Lucas, me muero si le pasa algo.

Alfonso y Lucas volvieron al poco tiempo, dejando a la señora Ramírez algo preocupada y haciéndola prometer a Anahí que en el recreo iba a contarle lo que pasaba. Anahí se agachó para quedar al nivel de Lucas que se estaba despidiendo de Alfonso con un largo abrazo.

- Me gusta que me traigas al colegio Alfonso - dijo el niño al separarse - adiós.
- Adiós pequeño, nos vemos mañana.
- Adiós tata - Anahí lleno de besos a su sobrino mientras él reía y Alfonso los miraba sin creer lo que había escuchado - te quiero.
- Adiós bichito, nos vemos mañana ¿si? - el niño asintió feliz - pórtate bien, te quiero.

Alfonso la miró sonriente, más incluso que antes, haciendo que Anahí lo mirase sin entender. Se despidieron de la profesora y salieron rápido de allí, ya llegaban tarde al trabajo, pero estaba con su jefe, así que no podía quejarse, el había sido el culpable. Anahí entró en el coche y se dejó caer en el asiento suspirando.

- ¿Qué pasa? - preguntó Alfonso arrancando el coche.
- Le dije a la señora Ramírez que tuviese cuidado de Lucas y no se lo diese a nadie que no fuese de la familia, a Dulce a Christopher o a mi... - lo miró vacilando - o a ti - Alfonso la miró divertido.
- Me dijist...
- Solo porque ahora vivimos juntos, por si me pasase algo y sus padres no pudiesen ir a por él... ¡no sé porque te añadí! - Alfonso sonrió más - qué te pasa a ti, llevas con esa sonrisa desde que nos despedimos de Lucas.
- Es que he resuelto todas mis dudas.
- Qué dud... - iba a continuar pero Alfonso chocó sus labios con los de ella - qué dudas - repitió cuando se separaron.
- Te vas a reír de mi... pero...pensaba que Lucas era tu hijo.
- ¿Qué? - ella empezó a reír mientras lo miraba sin poder creérselo.
- Ríete pero me estaba volviendo loco. A ver... nunca me dijiste que fuese tu sobrino, siempre lo llamabas Lucas a secas. Creía que Christopher era tu novio, hasta que no le importo que saliésemos, ahí pensé que simplemente os llevabais bien por el niño, y cuando le he visto esta mañana con tu hermana me he quedado de piedra... no entendía vuestra relación. Hasta que Lucas te ha llamado tía, ahí he encajado todas las piezas.
- Pero te dije que Manuel empujó a mi hermana y Lucas casi muere.
- Exactamente, usaste esa frase, pero no podía unir tan fácilmente a Lucas con tu hermana... y, Annie, os parecéis tanto...
- Supongo que tienes razón - se encogió de hombros - mucha gente piensa que es mi hijo usando nos ven juntos.

Pasaron un rato más en silencio. Alfonso conducía feliz por sus descubrimientos y Anahí estaba pensativa por todo lo que estaba pasando.

- ¿Te alegras de que no tenga un hijo?
- En parte si - ahora él se encogió de hombros mientras entraba en el aparcamiento de la empresa - no me mal interpretes, pero me gustas, mucho... - la miró fugazmente - y yo nunca me había metido con una chica que tuviese un hijo y, por lo que creía un exnovio, padre, presente... pero contigo... desde que te vi en ese café... no he podido sacarte de mi mente.
- Alfonso yo...
- Lo sé. No quieres una relación, ningún hombre nuevo en tu vida... y te esperaré todo lo necesario Anahí. No me pienso alejar de ti por nada del mundo.

Ahora fue ella quien lo besó abrazándolo por el cuello intentando acercarlo más a su cuerpo. Su lengua jugó con la de Alfonso mientras él recorría su espalda y sus piernas con sus manos. Se separaron por falta de aire y Anahí lo miró fijamente.

- Gracias - susurró - aunque ahora no esté preparada, me gusta pasar tiempo contigo...

Y después de decir eso salió del coche y desapareció dentro del edificio dejando a Alfonso sonriendo aún sentado en su asiento. Estuvo allí unos segundos más hasta que su teléfono sonó, sacándolo de la burbuja en la que estaba.

- Poncho - dijo Christian del otro lado del teléfono cuando descolgó - ¿estás bien? Todavía no has llegado y Anahí... - se calló un segundo - oh, ahí está ¿dónde estás Alfonso?
- Abajo - contestó sin borrar su sonrisa - subo ahora ¿estás libre?
- Eh... si, claro.
- Bien, en cuanto suba iré a tu despacho.

Anahí se sentó en su sitio sin decir palabra bajo la atenta mirada de Maite.

- Anahí, llegas quince minutos tarde ¿Lucas está bien?
- Si, tranquila - sonrió un poco.
- Alfonso no ha llegado tranquila - le guiñó el ojo - aunque es raro. Christian acaba de llamarle.
- Hemos venido juntos - Maite abrió mucho los ojos - luego regresa lo cuento chismosa - rió Anahí mientras el ascensor se volvía a abrir dejando ver a un Alfonso sonriente.
- Chicas - saludó a las dos yendo hacia el despacho de Christian.

Alfonso necesitaba hablar con él, le había dio que le gustaba alguien de la oficina, pero no le había dicho nada más hasta que no pasase nada de verdad. Cuando entró en el despacho Christian le sonrió y le hizo sentarse.

- ¡Pensaba que te había pasado algo malo! pero, por esa cara... Anahí ¿verdad?

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