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3:00 a.m. Anahí había visto pasar varias horas en el desperados que tenía al lado. Suspiró repetidas veces, pero era incapaz de dormir sabiendo que tenía a Alfonso a tan solo una habitación de distancia y que cualquiera de los dos podría ir con el otro en cualquier momento. Habían hablado de temas triviales en la cena, Alfonso quería que se olvidase del desafortunado momento que había vivido con Manuel y de todo lo que había pasado después teniendo incluso que abandonar precipitadamente su casa. Pero ahora se sentía segura y protegida, segura y protegida pero nerviosa. Volvió a mirar el reloj, viene que no habían pasado ni cinco minutos y se sentó en la cama. Estaba oscuro a su alrededor y pensó si Alfonso se habría podido dormir.  Se levantó de la cama y sin pensarlo puso rumbo a su habitación. Dudo unos segundos, con el pomo en la mano, pero termino girándolo y entrando en la habitación que, para su sorpresa, estaba algo iluminada.

- Anahí - dijo Alfonso sentado en la cama con algunos papeles a su alrededor.
- Yo... no...
- Pasa, pasa - se levantó y Anahí se dio cuenta que iba solamente con bóxers - ¿algún problema?
- Yo... no... no quería molestar. Perdón. Es que no podía dormir y...
- Oh - rió él - yo tampoco podía, estaba leyendo algunos documentos de la empresa por eso... - él la miraba divertido.
- Yo... verás...
- No te pongas nerviosa, dilo sin miedo. Sabes lo que pienso - sabia porque estaba ahí, pero quería escuchárselo decir.
- ¿Podría dormir contigo? Estoy bastante alterada todavía y creo que sola no podré conseguirlo y... mañana trabajamos y tengo que ir a buscar a Lucas temprano y...
- Ya, ya - Alfonso le agarró de los hombros - venga, a la cama. Mañana te acompañaré a lo que tienes que hacer - sonrió.

Anahí dudo unos segundos. Alfonso solo había visto a Lucas unos minutos hace mes y pico, y, para un niño de tres años iba a ser un poco difícil de explicar la repentina compañía a esas horas de la mañana. Pero no podía hacer nada, no tenía su coche, Alfonso solo le había dejado coger la silla de Lucas para el coche y le dijo que él la llevaría a todos lados, sin importar la hora o el tiempo que tuviese que esperarla. Cuando se metieron en la cama Alfonso apartó los papeles que estaban por toda la cama, apagó la luz e hizo que ella se acurrucase con él en medio del colchón. Dejó un beso en su cabeza y acarició su pelo como si estuviese tratando de que se durmiese pronto, cosa que, afortunadamente logró.

- ¡Anahí! ¿Cómo estás? - dijo Dulce al verla pero se calló cuando Alfonso entró en su casa y ella se dio cuenta.
- Dulce - rió al ver la cara de su hermana, Alfonso le había gustado - él es Alfonso, Alfonso, mi hermana Dulce - se giró hacia él viendo que su hermana no respondía - le has impresionado te quiere conocer desde que nosotros nos conocimos...
- Mi amor Anahí ha venido con compañía - gritó Dulce a su marido.
- Puedes bajar la voz idiota - se quejo ella mientras su hermana y Alfonso reían.
- Estás tan bueno como dicen - soltó de pronto Dulce, poniéndose roja - quiero decir... amor, baja, vámonos.
- Alfonso - dijo Christopher bajando las escaleras - Sabía que te volvería a ver, que te parece cariño - rió al llegar a su mujer.
- Oh, lo ha dejado claro. No ves lo roja que está - dijo Anahí enfadada por cómo la estaban avergonzando.

Pero Alfonso no podía prestar atención. Christopher estaba con la hermana de Anahí, después de tener un hijo con ella. Y les parecía lo más normal, por cómo actuaban. No entendía nada.

- Bueno Alfonso - dijo Christopher llegando hasta él - espero que a la siguiente tengamos mas tiempo para hablar - rio estrechando su mano - pero tengo que irme ya a trabajar. Te veo luego cielo - dio un beso a Dulce y desapareció.
- Annie podías haberme dicho que venías acompañada...
- En realidad me ha gustado ver como te ponías nerviosa - Dulce sacó la lengua a Anahí - venga, vete. Voy a ir por Lucas. Alfonso ¿te quedas aquí? - él simplemente asintió viendo como ella desaparecía escaleras arriba.
- Dale tiempo - dijo Dulce poniéndose una cazadora.
- ¿Perdona?
- Es dura. Bueno, se hace la dura - rió un poco - pero solo está asustada. Puedo ver como te mira, y le gustas. Suerte - le guiñó un ojo - espero que le gustes a Lucas, como no lo hagas, ahí si, olvídate de mi hermana - se rió y se fue.

Anahí no sabía cómo explicarle a Lucas que había un hombre con ella. Nunca había ido con ningún chico a verle, porque, simplemente, nunca había habido ningún chico que presentar. Sonrió mientras su sobrino se vestía ya solo.

- Escucha bichito... - Lucas fue con su tía para que le terminase de vestir antes de bajar - abajo hay un amigo de la tía, no quiero que te asustes al verle si no le conoces ¿está bien?
- ¡Si! - dijo feliz.
- Me va a acompañar algunos días más.
- ¿Me va a llevar al cole?
- Los dos te vamos a llevar ¿qué te parece?

Anahí pensó que se pondría como loco. En cambio, el niño empezó a saltar feliz como si le acabasen de decir que podía tener todos los regalos que quisiese. Cuando terminó de prepararse y dejó la habitación ordenada ambos bajaron a desayunar encontrándose con Alfonso en la cocina.

- ¡Alfonso! - dijo el niño feliz corriendo hacia él.
- ¡Hola campeón! - Alfonso le cogió en brazos y miró a Anahí que estaba sorprendida.
- Se acuerda de ti - susurró sin poder creérselo.
- ¿Me llevarás al colegio?
- Así es - sonrió - ¿quieres desayunar?
- ¡Si!

Los tres montaron en el coche rato después y llegaron al colegio de Lucas el cual quería mostrar a Alfonso. Cantó durante todo el viaje y parecía que Anahí no existía ya que el niño solo tenía voz, odios y ojos para la novedad. Cuando llegaron Lucas agarró la mano de ambos y corrió hacia la entrada.

- ¡Lucas, buenos días! - saludó su profesora - Hola Anahí - y después posó su mirada en Alfonso.
- Alfonso.
- Oh, está bien - sonrió y Anahí se dio cuenta de que la profesora le miraba de mas.
- Señora Ramirez ¿puedo enseñar mi clase a Alfonso? - dijo el niño animado - es la primera vez que me trae.
- Oh claro - rió ella - pasad.

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