16

917 70 2
                                    

- Estamos en algo - terminó diciendo Alfonso mientras Christian reía.
- Solo no la hagas sufrir Poncho, es mi buena en su trabajo, siempre lo ha sido... y no me gustaría despedirte si le rompes el corazón.
-¡Christian! Se supone que eres mi amigo...
- También el dueño de esta empresa, amigo - sonrió - en realidad no sabría que hacer, porque tú también eres muy bueno en tu trabajo. Pero Anahí se merece ser feliz, ya ha sufrido mucho.
- ¿Sabes su historia? - Alfonso abrió mucho los ojos.
- Sé muchas cosas Ponchito - le guiñó un ojo - de nada por el viaje.
- ¿Cómo?
- Bueno, digamos que necesitábais un empujoncito y yo os lo di - rió - nunca fue necesario que ella viajase.

Alfonso no podía creer lo que escuchaba. Si simplemente le hubiese contado desde el principio que le gustaba Anahí se habría librado de muchos dolores de cabeza y remordimientos con el tema del niño. Se rió para sus adentros y después de un rato más salido del despacho para dirigirse al suyo y empezar a trabajar de una vez.

- Alfonso es un amor Annie. Te esta salvando.
- No le he pedido que me salve - dijo seria.
- Pero te encanta.
- Pero me encanta - rió un poco - me trata bien - se encogió de hombros - pero Manuel también lo hacía...
- Oh Anahi no pienses en ese imbécil por favor...
- Es que tengo miedo de que la historia se repita... ahora mismo estoy en su casa, controla mi vida casi al 100% ¿quien te dice que mañana no empiece como Manuel?
- No lo creo, sino, estaremos allí. Todos, no me importa el bombón que sea Alfonso. Si te hace daño lo machacaremos, te lo prometo.

Cuando terminó la jornada laboral Alfonso se quedó unos minutos más en el despacho hasta que alguien llamó a la puerta.

- Yo... esto... Alfonso... - empezó Anahí.
- Pasa, por favor - sonrió al verla.
- Quería saber si ya has terminado o te vas a quedar mucho... me gustaría volver a... a... tu casa, estoy bastante cansada hoy.
- Oh - Alfonso miró su reloj - he perdido la noción del tiempo, lo siento - le dedico una sonrisa mientras se levantaba - recojo ahora mismo y nos vamos. Dame cinco minutos, perdón.

Cuando volvieron a su casa ya estaba anocheciendo. Vivir con el jefe le haría tener jornadas más largas. Peor esta semana le venía bastante bien para recuperar el tiempo perdido.

Estuvo nerviosa toda la semana. Alfonso la acompañaba a llevar a Lucas al colegio, iban juntos a trabajar, volvían a casa, la invitaba a salir a dar una vuelta o a cenar todos los días... y, el momento que más temía estaba a punto de llegar. Era sábado por la mañana y ella no sabía cómo decirle que tenía que ir a comer a casa de su hermana. Por supuesto le habían invitado y, seguramente, los tres le esperasen a comer, pero no quería molestar tanto a Alfonso. El tenía su vida, y tenía que dejarle un poco de espacio.

- ¿Estás bien? - dijo Alfonso apareciendo en la cocina solo en calzoncillos y con los ojos aún medio cerrados.
- Eh si... - abrió los ojos al verle - ¡Alfonso! Por favor... tápate un poco.
- Oh vamos... dormimos juntos Anahí - rió el sentándose - y me has visto con menos ropa - hizo que la cara de Anahí se pusiese roja como un tomate.
- Poncho... - susurró después de un rato - No... no se si tienes algo que hacer, pero... yo... los sábados como con mi hermana, en su casa... y bueno.
- Te llevo tranquila. Estoy libre - dijo Alfonso mirando su teléfono.
- ¿Quieres venir? - Alfonso levantó su cabeza, pensaba que no le invitaría - ellos me dijeron que estabas más que invitado... en fin, me estás dando casa y protección ahora mismo...
- Iremos cuando quieras - sonrió y fue hasta ella - Me encanta pasar tiempo contigo y con Lucas, así que me encantará pasar tiempo con Dulce y Christopher.

Anahí asintió nerviosa. Alfonso seguía solo con los calzoncillos puestos y estaba cada vez más cerca de ella. Terminó cortando la distancia haciendo que Anahí apoyase su espalda contra la encimera, Alfonso sonrió de lado y acercó su boca a la de ella que, por instinto, la abrió sutilmente, como invitándole a besarla. Sus labios chocaron lentamente primero, Anahí pasó sus brazos por el cuello de Alfonso pegándose más a él mientras él la agarraba fuerte de la cintura haciendo que sintiese todo su cuerpo y produciendo un pequeño gemido en Anahí.

- Mmmm - dijo Anahí cuando Alfonso bajo su boca hasta su cuello, dejando húmedos besos por cada rincón - Poncho...
- ¿Quieres que pare? - dijo entre beso y beso, haciendo que su aliento caliente la erizase la piel.
- Mmmmm no - susurró como pudo - va... vamos a tu cuarto...

Alfonso no lo dudó y puso sus manos por las piernas de Anahi para impulsarla y hacer que lo abrazase con sus piernas. Camino lentamente hasta llegar a su cama y la dejó suavemente sobre la cama. No había podido dejar de pensar en eso desde la ultima vez en el hotel. Había dormido con ella una semana entera prácticamente y todavía no sabía cómo se había podido contener de besarla todo el cuerpo, de tocarla, de hacerla el amor... Anahí le sonrió y Alfonso sintió como si el corazón se le fuese a salir. La amaba. Amaba todo de ella, incluso sus inseguridades. Estuvieron un rato acariciándose, desvistiéndose, besándose, chupándose...

- Poncho... - volvió a suspirar Anahí cuando sintió como él se introducía dentro de ella - Si...
- Eres perfecta Annie... - respondió con la voz ronca cerca del cuello de Anahí.

Los dos empezaron a moverse, primero de forma lenta, pero al poco tiempo Anahí quiso aumentar el ritmo y la profundidad y, colocando sus dos piernas alrededor de la cintura de Alfonso le pidió más velocidad entre beso y beso. Anahí nunca había disfrutado tanto del sexo, con nadie. De un momento a otro rodaron, quedando ella encima, teniendo el control completo sobre Alfonso. Paró sus movimientos mirándolo, estaba cubierto por una fina capa de sudor que le hacía parecer más fuerte y sensual. Lo miró a los ojos y realizó un pequeño movimiento sintiendo como el suspiraba, cerraba los ojos y apretaba con sus manos su cintura. Se acercó a su boca y lo besó mientras se movía de nuevo sobre él, sintiéndolo más profundamente.

Sálvame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora