Todos los seres humanos siempre hemos sido egoístas. A lo largo de los años me he dado cuenta de que la mayoría de la gente está demasiado preocupada con su propia vida como para dedicarle a los demás el menor pensamiento.
Y eso siempre estuvo bien para mí. Porque yo siempre antepuse mi vida, a la de los demás.Siempre había sido una persona egoísta, pero ahora...
Lo que veían mis ojos era una clase diferente. Y me dolía, me dolía mucho. ¿Será el destino jugándome una mala pasada?
-¿A quién estás mirando?- preguntó la chica con la que estaba al notar que no le prestaba el mínimo grado de interés a su plática.
Pero, ¿qué quería que hiciera? Sam bailaba de manera despreocupada en medio de un montón de chicos y chicas; y no es que eso me molestara, sino que el alcohol que bebía tendría un efecto diferente en su persona. Parecía que el chico no tenía en cuenta que mezclar alcohol con los antidepresivos podría contrarrestar los efectos y dificultar el tratamiento de los síntomas.
Todo esto sería contraproducente para él.- ¿no sabes lo que tienes en frente?- la chica besó mis labios. Mierda, daba igual, ya no era mi problema después de todo.
Intenté seguirle el beso lo mejor que pude, pero no salieron los mejores resultados.No era mi culpa.
-Oye viejo, ¿qué tal una bebida?- habló Eric a mis espaldas. Lo miré y dudé unos momentos, pero al final del día un trago no podía ponerme borracho en lo más mínimo. Tenía una resistencia al alcohol espectacular.
-Claro.- el rubio me sonrió y se dirigió a la mesa de las botellas. Lo miré caminar, hasta que en el trayecto casi choca con alguien. Casi choca con Sam.
Noté como Eric se disculpaba con él, pero el contrario ni siquiera lo notó por lo borracho que se encontraba, simplemente comenzó a servir en un vaso cualquier cosa que encontraba en su camino. Mordí mi labio inferior, y sin quererlo, me preocupé.¿Tenía que ir? ¿Lo dejaba solo? ¿Dónde estaba Ares?
Como si de una plegaria se tratase, el pelirrojo apareció detrás suyo e intentó detenerlo. Más el chico solo se giró lentamente hasta su persona y caminó hasta él. Mi pulso aumentó extrañamente cuando el rubio resbaló y el contrario lo sujetó por la cintura, demasiado cerca. Apreté mis puños involuntariamente, y hubiera preferido no ver la escena.
No ver la escena en donde ambos se besaban.
-Puta madre.- susurré y de forma casi agresiva salí de entre los brazos de la chica para comenzar a caminar lejos de ahí.
Al principio creía que Sam no podía aceptarme por temor a que fuéramos ambos hombres. Pero ahora venía y se besaba con aquel imbecil.- egoísta.- pateé una lata de cerveza.- eres un puto egoísta.Yo lo había dado todo por él, había estado ahí cuando nadie más lo había estado, ¿y ese sujeto llegaba y en menos de una semana ya lo tenía para él solo?
Cuando llegó Eric le arrebaté la botella de entre las manos y bebí casi cinco enormes tragos de una sola.
Ni siquiera me ardió la garganta. Me ardía más el pecho.-Nilak.- Alguien colocó su mano en mi hombro. Por lo que me giré hasta Juan.- ¿estás bien? Parece que viste un fantasma.- Estaba bromeando, pero si había visto algo, y era mucho peor que un fantasma.
-Todo bien.- susurré desviando mi rostro y sintiendo mi ceño fruncirse. El contrario me miró serio, analizaba mis acciones y palabras, pero al final no dijo nada más que un:
-Siempre hay ya primera vez, ¿eh?- lo interrogué con la mirada, ahora curioso, ¿a qué se refería?- de un rechazo.- me explicó al final, y tomó mi hombro.- mira, ese chico de allá no parece importarle una mierda.- Cuando señaló a Sam me fue imposible no observar cómo se besaba ahora con una chica. Mi corazón se rompió un poco más.- así que, ¿porqué tú eres el único aquí arrimado? Ven, vamos a divertirnos.