Nunca me había sentido tan al fondo del abismo como ese día.
Sabía que estaba entre las sombras, y me había mezclado entre ellas; pero esta vez me estaban arrastrando cada vez más profundo.
-Tienes que comer algo Sam.- me habló con firmeza Claudia por quinta vez en el día. Sentía que todo se estaba viniendo abajo, por lo que ni siquiera me moví.
¿En cuánto tiempo no me había levantado de la cama? Sentía mi cabello graso y el cuerpo entumido de solamente haberme parado una vez esta mañana para ir exclusivamente al baño.
Nada me daba hambre desde aquel día en el que tomé prestado el cuarto de esta mujer para no volver a salir, solo tenía sueño. Cansado, cerré los ojos nuevamente y me acomodé ligeramente en el hueco que había creado en el colchón.-Ahora no tengo hambre Claudia.- susurré.- hablamos más tarde.
_____\\\\\______\\\\\_______\\\\
El agua caliente chocó sobre mi rostro de manera brusca. Por primera vez en una semana me había atrevido de entrar a la ducha.
No podía juzgarme, el simple hecho de ver mi rostro en el espejo me generaba una gran sensación de enojo y tristeza que lo había terminado por cubrir con una toalla. Todo me pesaba.
Limpié cada parte de mi cuerpo delicadamente y cuando mi cabello fue cepillado con las duras cerdas para ducha, un suspiro salió de mis labios cuando éste salió completamente cubierto de las hebras rubias del mismo. Lo que me dió a entender que se estaba cayendo.
Gotas de agua que no eran de la regadera comenzaron a caer sobre este. Tal vez mis heridas habían comenzado a sanar, pero yo no me sentía completo."Vamos al hospital".
Unos ojos grises preocupados llegaron a mis pensamientos, haciendo que mis delicados ojos se cerraran en un acto para calmarlos.
¿Porqué lo había tratado así cuando ni siquiera se lo merecía?
Estaba frustrado, triste, y exaltado por mi padre. El fondo de mi sabía que tal vez él necesitaba ayuda, pero yo no estaba en las condiciones para seguir aguantando a ese bastardo.No pensaba volver a mi antigua casa.
_____\\\\\______\\\\\\______
-Voy a llevarte con un profesional.- las palabras de Claudia chocaron dentro de mi cabeza como un tren a gran velocidad, dejé los cubiertos de lo que estaba comiendo sobre la mesa y una terrible vergüenza por hacerla sufrir de esta manera con el simple hecho de quedarme en este lugar me invadió; sabía que le importaba a Claudia, pero no me podía permitir el lujo de que ella pague por mi ayuda.
Yo no era nada para ella.
-Yo estoy bien Claudia.- susurré delicadamente sin poderla mirar a los ojos.- estoy comiendo, ya es un avance, ¿no?
-Ahora estás comiendo.- respondió fríamente.- pero si sigues así, en poco tiempo tal vez vuelvas a hacerte lo mismo que hiciste cuando te encontré.- miré mis muñecas seriamente, a la vez que volvía hasta sus ojos marrones. Sabía que ella no tenía a nadie, sus hijos la habían abandonado y estaba la posibilidad de que quisiera redimir sus errores conmigo.
Mi mente me decía que le diera una oportunidad, pero tal vez en esos momentos la parte estupida y orgullosa de mi cabeza no se quitaba la idea de que yo era alguien sin arreglo y que el pagarle a alguien para que intentara hacerlo era una completa pérdida de tiempo.Suspiré sin saber que decir para después tomar la cuchara de la mesa y comenzar a comer nuevamente como si esa conversación nunca hubiera existido.
Aunque se podía sentir algo de tensión, Claudia optó por dejarme en paz y volver a lo que estaba haciendo.Cuando entré en la fría habitación decorada con lo que parecían ser juguetes de un niño que vivió aquí, me sentía tan vacío. Tan solo, que dudaba que Claudia se encontrara justo en la planta de abajo dispuesta a ayudarme; dudaba de todo, de todos, y hasta de mí mismo.
Sabía que ese hombre me había lastimado y por más que hubiera intentado mantenerme firme, al final terminó por romperme.Y así fue como volví a acostarme sobre la cama con las pocas esperanzas de no levantarme nunca más. Tal vez eso era lo mejor después de todo.