Oneshot Mpreg.

HashiMada I.

Sus piernas se movían por sí solas, la alegría le recorría todo el cuerpo, más, no demostró la inmesa felicidad que sentía al correr estrepitosamente a la oficina del Primer Hokage.

Ignoró los gritos de Tobirama cuando se coló entre los funcionarios y subió las infinitas escaleras hasta llegar a la puerta que tanto conocía. Acercándose con paso firme, sacudió su camisa y al momento que iba a tomar el pomo de la puerta, una voz que odiaba y conocía a la perfección.

— La princesa Uzumaki ha viajado desde muy lejos para pactar el tratado de paz con La Aldea De La Hoja, para poder unir alianzas —explicó Butsuma con voz firme, Madara frunció el ceño al oír aquello, el Senju no le había comentado nada— Y poder unir los clanes, claro está.

— ¿Estás tratando de decir qué..?

— Contribuir con la paz de la aldea y restablecer nuestro clan, es tu deber como primer Hokage, Hashirama. Contraerás matrimonio con Mito Uzumaki.

El Uchiha retrocedió unos pasos sin entender qué hablaba aquel viejo decrépito, nunca se habían llevado bien, menos cuando se convirtió en la pareja de su hijo.

— P-pero padre, no puedes exigirme algo así cuando sabes que estoy con Madara —le escuchó firme y claro, como solía ser él— No podría hacer algo como eso.

— Oh, ya entiendo —rió sin gracia— Prefieres a ese Uchiha en vez que el bien de la aldea, ¿no es así?

— ¡Claro que no! —exclamó aterrado— ¡Nos costó muchas vidas tener la paz con el Clan Uchiha, al fin que tenemos la tranquilidad que tanto deseamos no podemos echar todo a perder!

— Hablas como si esa raza maldita haría un golpe de estado.

— No lo harán, Madara y yo tenemos un pacto de velar por el bien de la aldea. Confío en que no hará nada, me lo prometió como comarada, amigo y pareja —afirmó, haciendo que el pecho de Madara se contrajera— Por favor, padre. No me hagas elegir así.

— Si no puedes elegir entre tu vida personal y tu deber como Hokage, entonces no estás capacitado para serlo —afirmó con voz sombría— ¿No crees que Tobirama sería apto para serlo?

— ¡Ni hablar, la gente me eligió para tener este cargo!

— ¡Entonces cumple con tu obligación!

Hubieron un par de segundos donde solo hubo silencio, Madara estaba estupefacto ante la conversación de Hashirama con su padre. Las manos le sudaban, sentía un extraño frío en la espalda.

No se inmutó cuando Tobirama llegó donde estaba él, solo le miró unos segundos antes que el albino negara con una mueca de desagrado.

— Así que te enteraste, que noticia ¿no? —dijo en tono burlón, sin embargo el Uchiha estaba como ido.

— Está bien, lo haré —le escuchó tan claro que pudo sentir algo dentro suyo quebrándose— A cambio, no harás nada en contra del Clan Uchiha.