Oneshot Mpreg.

Itadei II.

— ¡Te haré explotar, Itachi, hm! —exclamó com dolor el rubio apretando la mano del Uchiha— ¡Saquenme a este niño, por favor!

— Dei, basta. Estás asustando a las enfermeras —le regañó el pelinegro dando caricias en su cabello y soportando el agarrón en su mano diestra. Sin embargo Deidara seguía forcejeando e imposibilitando que comience la cesárea— Tú te lo buscaste.

Activando su sharingan, tomó el rostro del rubio y le miró a los ojos induciendo al menor en un gengutsu para que al fin no perdieran más tiempo.

La enfermera a cargo de ver la salud vital del embarazado, volvió a tomar su pulso y suspiró aliviada al ver como por fin se había estabilizado. Asintió con la cabeza hacia la partera, y esta comenzó con su labor de abrir la piel del Uzumaki para poder sacar al bebé.

Itachi acariciaba el cabello del rubio, rara vez miraba como escurría sangre al otro lado de la cama. Soportaba cualquier hemorragia, pero de su novio imposible.

Observaba el reloj en la pared con ansiedad, el tiempo transcurría tan lento para su gusto y de verdad rogaba que aquel niño que venía en camino estuviera bien. No había sido para nada fácil lidiar con un rubio hormonal que no respetaba para nada su embarazo.

Justo cuando la ansiedad lo iba a consumir, un llanto suave y constante le dejaron sin aliento. Con miedo dirigió su mirada hasta el pequeño cuerpo que se movía y pataleaba.

— Es un niño muy sano —comentó la enfermera con una voz dulce, cortando el lazo entre el bebé y Deidara para después envolver al menor en una manta blanca y acercarse al Uchiha.

Posteriormente la partera comenzó a emplear un sello de manos para sanar la herida del Uzumaki.

Itachi recibió al bebé con el corazón latiendo como loco, su mente estaba en blanco. Al fin había podido conocer a su hijo, aquel que heredería todo lo bueno de él y su novio.

— ¿Cuál es su nombre? —preguntó la joven amablemente.

— Shisui, Uchiha Shisui —declaró sintiendo como su garganta quemaba al ver las facciones del bebé y fijarse en sus marquitas bajo sus ojos.

Deidara comenzó a despertar desorientado, el efecto del genjutsu no había sido tan prolongado como él había pensado. Iba a maldecir al Uchiha, sin embargo cuando escuchó un llanto se giró hacía él.

— ¿Itachi...?

El nombrado se giró con una sonrisa inigualable hacia el rubio, con cuidado colocó al bebé sobre su pecho.

— Mi bebé... —acercó su mano hasta el cuerpo del pequeño y le acarició con ternura, sintiendo su calor y como su llanto iba disminuyendo paulatinamente— Itachi, él...

— Shisui está bien, no tienes que preocuparte —achinó sus ojos y acarició su cabello.

— Shisui, me gusta —sonrió entre lágrimas acariciando al pequeño, lamentablemente la enfermera tuvo que llevárselo ya que debían hacerle un chequeo, solo quedó la partera aún sanando la herida en el abdomen del menor.

— Deidara... —tomó su mano con suavidad y la besó— Gracias.

— Itachi... —derramó gruesas lágrimas, sentía una felicidad inmensa— Soy tan feliz a tu lado, tener a nuestro bebé es lo único que deseaba. Te amo.

— Y yo a ti.

Fin