Oneshot Mpreg.

NaruSasu VII.

Naruto acarició el lacio cabello de su novio temblando, mordía sus labios constantemente y se cuestionaba mentalmente qué les deparará el futuro.

¿Qué clase de padre sería?

— Se supone que yo debo ser el que esté nervioso —le susurró Sasuke, mareado con la anestesia aplicada y las potentes luces del quirófano.

Había llegado el día, por fin.

Lo poco que lograba ver era la mitad de su panza cubierta por su bata de hospital, una cortina de tela que le impedía asomarse a ver qué sucedía con su hijo y los desconocidos términos médicos que le nublaban la mente. Solo escuchaba los latidos del pequeño y la indumentaria para continuar con la cesárea.

— Ya me he preparado mentalmente para esta lamentable situación, Naruto —giró su rostro hacia su chico y sonrió cansado. Creía que en cualquier momento se quedaría dormido.

— ¿Ves que el tiempo pasó volando? —sonrió, dando un corto beso sobre sus labios— Dime, teme, ¿cómo crees que será? —se acomodó sobre su silla y entrelazó sus manos con la del Uchiha.

— ¿Cómo podría saberlo?, lo más cercano que pudimos tener fue su carita a través de la ecografía 3D —sonrió suvamente al recordarlo— ¿Por qué? ¿Tienes alguna preferencia?

El rubio asintió, amaba escuchar su voz y en paralelo los latidos de su bebé gracias a la proyección de sus signos vitales. Él estaba bien.— Me encantaría que fuera como tú, solo eso pediría.

— ¿Como yo? ¿Por qué?

— Porque eres lo más lindo que han visto mis ojos —confesó, dispuesto a besar sus labios pero el llamado de la enfermera asomada al lado de la cortina de tela le hizo sobresaltar.

— Joven, estamos por sacar al bebé. Venga para que lo conozca y luego lo llevaremos con mami —avisó gentilmente. Naruto miró por última vez a su novio que comenzaba a cerrar los ojos a causa de la anestesia y avanzó hasta donde se le indicó colocándose su mascarilla.

Sintió como su vista se tornaba borrosa cuando observó la incisión en el bajo vientre de Sasuke; una especie de manguera impedía que la sangre saliera a montones y un líquido que jamás en su vida conoció, comenzó a salir de aquel lugar.

Con movimientos hábiles sacaron al bebé del interior de Sasuke y le cargaron de forma devolviera el líquido amniótico y así comenzara a llorar.

Los ojos de Naruto brillaron cuando por fin pudo conocer a su hijo, se veía tan pequeño, tan frágil, tan indefenso que....no sabía cómo abordar las emociones que le colmaban.

— Aquí —le entregaron unas tijeras quirúrgicas— Corte el cordón umbilical de este lado, ya ha dejado de latir —nervioso era poco, se sentía en las nubes y tuvo que apretar firme la herramienta para realizar el corte— Muy bien. Es un lindo príncipe, tiene 10 dedos de los pies y diez dedos de las manos.

Fue cosa de segundos cuando le habían entregado al recién nacido que no paraba de llorar entre una pequeña sábana blanca. Su pequeña mata de cabello era oscura, sonrió embelesado.

— Es hora que conozca a su mami antes que la anestesia lo deje completamente dormido —le alentaron y él temblando en cada paso avanzó hasta Sasuke.

Él tenía lágrimas bajando por sus mejillas mientras sus ojos se cerraban constantemente, se notaba su esfuerzo por seguir lúcido.

— Oye, teme, Menma está aquí —con cuidado recostó al pequeño sobre el cálido pecho de su progenitor y este le abrazó titubeante y asustado.

Aquel niño que cuidó por tantos mes3w estaba en sus brazos.

— Menma... al fin te conozco —dijo en un hilo de voz— Mi niño...

— No me equivoqué contigo, Sasuke. Soy tan feliz, aún cuando somos tan jóvenes yo... te amo, los amo —declaró con sus ojos azules llenos de lágrimas.

— Me alegra que hayas sido tú, Naruto.

Fin