ItaDei IV.

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Fugaku levantó la mirada al escuchar como la puerta era abierta, sentía el chakra de su hijo mayor junto al del Joven Uzumaki. Sin embargo, sintió uno flujo de chakra más leve entre ambos y con el sharingan activado se levantó de la sala Dojo dirigiéndose hacia los recién llegados.

- Padre...

Grande fue su impresión al ver el flujo de chakra concentrándose en el abdomen del hijo del Hokage, recordaba perfectamente cuando su esposa tenía el mismo chakra cuando esperaba a sus dos hijos.

- Itachi, ¿qué significa esto?

Deidara retrocedió asustado, se aferró al brazo de su pareja e instintivamente cubrió su vientre.

- Padre, te explicaremos todo -respondió firme, activando su sharingan de igual manera- ¿Madre y Sasuke están?

- Sí, están en el Dojo -contestó secamente y volviendo sus ojos a la normalidad se retiró de la entrada de su hogar.

- Me odia, hm -afirmó el rubio con una mueca de fastidio, quitándose sus sandalias al igual que el mayor y las dejaron a la par de las demás.

- Claro que no -besó su frente y dio una caricia en su vientre.

Se encaminaron por el pasillo hasta llegar a una gran puerta corrediza entreabierta, el Uchiha la abrió un poco más y dejó entrar primero al rubio quien saludó con una reverencia de 90 grados. Agradeciendo que su Haori verde era holgado con una pequeña cinta rodeando la cintura, su vientre no quedaba tan expuesto ante los demás.

Fugaku y Mikoto estaban sentados sobre sus rodillas, expectantes ante la aparición de ambos jóvenes que mantenían un semblante inquieto. Sasuke se mantenía al lado izquierdo de sus padres, observando confundido por qué el hermano de su amigo torpe lucía "diferente".

- Padre, Madre -tomaron asiento frente a ellos- Hay algo importante que debemos contarles, espero de todo corazón su comprensión -declaró con voz firme, parecía natural.

- Itachi, hijo, ¿está todo bien? -indagó su madre, preocupada.

Asintiendo comenzó a relatar- Deidara y yo mantenemos una relación hace 3 años, siempre fuimos amigos y ocultamos nuestra relación para evitar el desprecio de los demás. En todos estos años juntos me he dado cuenta que él es la persona con la que quiero estar el resto de mis días -el Uzumaki dio una sutil sonrisa que fue opacada por su flequillo rubio deslizándose por la mitad de su rostro hasta llegar a su pecho- Gracias a ese amor, hemos recibido a una importante noticia -botando el aire que tenía acumulado, tomó la mano del chico y declaró- Deidara está esperando un hijo mío.

Los ojos de Mikoto se nublaron, un suave calor se instaló en su pecho al escuchar a su hijo mayor. Por otro lado, Fugaku meditaba en la situación y el contexto en el cual Itachi narraba su historia.

- ¿No confías en nosotros? -cuestionó, cruzando ambos brazos sobre su pecho- Te hemos educado bien como para que nos ocultes algo tan importante, Itachi.

- Sé que es un tema delicado pero... -su padre le interrumpió.

- Eso no me interesa, el hecho que nos hayas mentido durante 3 años me duele. Porque creo que hice algo malo como padre -miró a su esposa, dolido- ¿Acaso...?

- No, claro que no -respondió amable la mujer- Es su decisión, a nosotros solo nos queda apoyar y respetar, ¿no es así?

- Mujer, seremos abuelos y estos ingratos nos avisan cuando... -se detuvo en seco y miró a Deidara- ¿Cuántos meses tienes?

Aclarando su garganta respondió con una suave sonrisa- Cinco meses, hm.

Con una gentil sonrisa, Mikoto se puso en pie yendo hacia el rubio y tomó sus manos con suavidad- Bienvenido a la familia, Deidara-kun y pequeño -observó el abdomen del chico, quien deshaciendo el tacto abrió su Haori y dejó expuesto su vientre- Fugaku, cariño. Aquí está nuestro nieto.

Apretando los labios para no dejar caer lágrimas, fue donde su esposa siendo seguido por su hijo menor y observaron expectantes al rubio gestante.

- Puedes vivir aquí si deseas, nuestro nieto tiene que tener todas las comodidades -afirmó el Uchiha mayor poniendo su mano sobre el hombro del Uzumaki.

- Seré tío... -comentó Sasuke, aún absorto a toda la información no procesada- Hermano, felicidades.

- Ya no serás el bebé de la casa -bromeó golpeando levemente la frente del menor con sus dedos, ganándose un mohín infantil.

Oneshot Mpreg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora