Oneshot Mpreg.

NaruSasu VII.

— ¿Qué haces aquí?

— No es difícil adivinar tus lugares favoritos —contestó simple, acercándose a paso lento sobre los rostros de piedra, específicamente del cuarto Hokage.

Naruto desvío la mirada hacia la iluminada ciudad de Konoha, eran altas horas de la noche y el clima estaba perfecto para su gusto. Agregando la presencia del Uchiha que le daba una sensación rara en su pecho, como si quisiera volver a él.

— ¿No deberías estar con tu hijo? —le observó con el rabillo del ojo, había tomado asiento al lado suyo. Su cabello ahora era largo y dejaba a la vista su Rinnegan.

— Sakura lo está cuidando —respondió, tomando una buena cantidad de aire para después botarlo lentamente. No sabía como empezar a hablar con Naruto; en su mente había sido bastante simple contarle que se fue por miedo al rechazo, pero al tenerle cerca todos esos pensamientos se fueron al carajo— ¿Lograste convertirte en Jounin?

— Sí, lo logré.

— ¿Y los preparativos para ser Hokage? —el rubio se giró a verle sorprendido, con las cejas alzadas.

— Según Kakashi-sensei, necesito al menos 10 años más para tener experiencia para el cargo. No es tan simple como creí-ttebayo —relamió sus labios, interesado por conocer el trasfondo de sus preguntas— ¿A qué viene todo eso?

Sasuke rascó su nuca, acomodando sus piernas al estilo indio.

— Es tu mayor sueño, convertirte en alguien que todos puedan confiar y admirar —le observó, con un deje de tristeza en su voz— ¿No es eso de lo que siempre hablabas?

— Sí, pero es raro todo esto... —creó un mohín con sus labios— Empecé de cero para retomar mis metas y... llegaste, con un niño en brazos después de dos años. Siquiera tengo palabras para explicar todo lo que siento ahora-ttebayo.

— Estás con Hinata, lo sé —el rubio frunció el ceño, confundido— Cuando decidí volver a Konoha, vi que estaban juntos. Felicidades, supongo.

Naruto no supo que responder ante aquello, su relación con Hinata era el peor error que había cometido en su vida. Trataba de quererla, adaptarse a ella, pero simplemente terminaba pensando en el Uchiha.

— Sé que no merezco perdón ni respeto por lo que te hice, estuve mal en todo lo que decidí en ese momento —suspiró, dejando salir el aire contenido— Nunca estuvo en mis planes dejarte, prometí no volver a desertar Konoha y fallé.

— Creí que me amabas, que había confianza entre nosotros para resolver nuestros problemas o lo que sea —cruzó sus brazos contra su pecho, recordando con un picor en la garganta los días sombríos— Pero fuiste un egoísta, ¿Cuál demonios fue tu excusa para irte de la nada?, ¿Acaso no pensaste en mi?, ¿Te importé en ese momento?

Sasuke bajó su mirada avergonzado, apretando sus puños de impotencia en ese momento bajo la destrozada mirada de Naruto.

— Pensé en ti en cada momento, no hubo día en el que no pensara lo que era bueno para ti. En tu felicidad, en tus logros; en todo lo que soñaste para sentirte realizado —mordió su labio, chasqueando su lengua— Yo no estaba en esos planes, Naruto.

— ¿Por qué no ibas a estarlo?, ¡Eras mi vida entera! —exclamó, abrumado por las emociones que golpeaban su corazón.

— Me aparté de tu camino para que lograras el tuyo, pero las cosas no salieron como creí precisamente. Sakura me ha contado lo que viviste todo este tiempo, y... yo soy el culpable de todo.

— ¿Por qué te fuiste? —su voz se rompió, conectando su mirada con el Uchiha.

Sasuke casi sonrió, acomodando su cabello detrás de su oreja.

— La guerra había terminado, al fin las naciones lograron la tan esperada paz y tú me salvaste de la oscuridad. Comenzamos nuestra relación, tú camino al fin se vio despejado para lograr ser lo que tanto querías —su labio tembló, Naruto contenía sus lágrimas— Te veías tan ilusionado, lleno de esperanzas y confianza que... me sentí un egoísta por arrebatarte esa meta.

— ¿Por qué dices eso?, cuando estabas a mi lado todo estaba bien. No lo comprendo.

— Quedé en cinta cuando te recibiste de chunin, Naruto —el rubio quedó helado cuando le escuchó, debía ser una broma— Un niño iba a ser un estorbo en tu vida, jamás me perdonaría verte fracasar.

Naruto abrió la boca sorprendido, abatido, confundido. No tenía palabras para expresar lo que sentía.

— ¿Qué estás...?

— Asumí toda la responsabilidad sobre el embarazo, te marginé de todo problema que te iba a causar. Y es que... tu felicidad me carcomía por dentro —su voz se quebró, apretando sus labios fuertemente— Solo quise lo mejor y creo que me volví a equivocar.

— Soy papá... —masculló, derramando lágrimas al recordar al pequeño en brazos del Uchiha— Demonios, Sasuke... yo, es que...

— Viajé solo, mantuve saludable a Kawaki hasta el momento de su nacimiento y... deseé tanto que estuvieras conmigo —se le escapó un sollozo— Creyendo que tu vida sería perfecta lejos de nosotros, te arrebaté todos esos momentos con nuestro hijo. Lo siento tanto, Naruto.

El Uzumaki limpió sus lágrimas, respirando repetidas veces para no caer inconsciente.

— Kawaki. Mi hijo se llama Kawaki —el pelinegro asintió, desviando la mirada por lo inútil que se sentía— Mi hijo...

Tomó de los hombros a Sasuke, quien le miró entre lágrimas de vergüenza. No tenía cara para reclamar, había errado en todo.

— Te amaba tanto que no pensé en las consecuencias —logró decir, sentía que perdería la voz.

— Llévame con él.