Capítulo XIX: Yo te cuido

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Mi alarma sonó a las 6:00 de la mañana. Necesitaba tiempo para poder arreglarme y arreglar las cosas para el día de hoy. El concurso no sería hasta las 8:00, así que prácticamente tenía tiempo de sobra.

A las 6:10 ya estaba en la ducha y a las 6:30 ya estaba terminando de arreglarme. Me había puesto unos jeans con una blusa blanca lisa, un saco color azul marino y unos zapatos de tacón bajo que combinaban con el saco. Como me acababa de bañar, deje mi cabello suelto y solo me puse un poco de perfume y algo de rímel en las pestañas.

Además del modelo a escala, tenía que entregar un documento impreso, por lo cual ya me encontraba imprimiéndolo y eran las 6:50. Robert me dijo que iba a llegar a mi departamento a las 7:00 e íbamos a aprovechar para desayunar. No tardaría mucho en llegar.

Estaba terminando de imprimir las últimas hojas de mi documento cuando llegó un mensaje, era él.

-Hola cielo, ya estoy abajo. ¿Me abres?

-Holaaaa. Claro, bajo en un minuto. –le contesté y bajé por las escaleras para abrirle la puerta del edificio.

Al llegar y abrir la puerta, me encontré con su sonrisa brillante y su delicioso aroma que ahora guardaba perfectamente en mi memoria. Me miró y sus ojos brillaron, me dio un suave beso en los labios; su boca sabía a menta y café, luego de unos segundos se apartó de mí y aun con su preciosa sonrisa, me entregó un par de bolsas de plástico y en su interior, había comida.

-Me tomé la libertad de comprar algo para desayunar. Espero que te guste. También traje uno para Sara. –sonrió mostrándome la otra bolsa con comida que llevaba en su mano- Por cierto, hola. –dijo en un tono suave y me miraba con dulzura.

-En primer lugar, gracias por la molestia de comprar esto. –comenté señalando las bolsas- En segundo lugar, huele muy bien, así que seguro nos va a encantar. Sara sigue dormida, así que seguro lo comerá más tarde, hoy no irá al trabajo. Y en tercer lugar, creo que con el beso que me acabas de dar, me dijiste hola y me alegraste todo mi día. –comenté con una leve risa y un poco de rubor en las mejillas.

-Oh, querida, ese era el plan. –comentó orgulloso y de nuevo me plantó un fugaz beso en los labios. Acto seguido, nos adentramos en el edificio y subimos las escaleras directo a mi departamento.

Llegamos y al entrar lo primero que hice fue ir directo a la cocina a preparar café. Robert acomodó lo comida que había comprado en la mesa del comedor y buscó unos cubiertos para colocarlos. Cuando el café estaba listo, salí con dos tazas preparadas a buscarlo para desayunar pero, no lo vi en el comedor. Deje las tazas sobre la mesa y así aprovecharía para que se enfriaran un poco. Fui a la sala y tampoco lo encontré, caminé a mi habitación y sí, ahí estaba; sentado en mi cama observando la foto que tenía enmarcada sobre mi mesita de noche, esa foto que nos había tomado Sara cuando me dio un beso en la frente. Me recargué en el marco de la puerta para observarlo y si hacer mucho ruido para que no me viera. Él suspiraba observando la foto, la tomó entre sus manos y luego de observarla unos segundos, le dio un beso. Yo estaba a punto de explotar de la ternura.

-Hola. –caminé y me senté a su lado en la cama- Eres adorable. –le dije mientras peinaba su cabello con mis dedos.

-Me encanta esta foto, ________. –sonrió mirándome y de nuevo observó la foto- Es como mi mayor tesoro, la tengo en mi habitación también y mira... -comentó mientras sacaba de la bolsa de su saco un pequeño cuadrito- también la llevo conmigo, a todos lados. Para recordarte siempre y recordar lo mucho que te amo. –dio sonriendo y vi que era la instantánea original, la de aquel día. Yo ya no podía más de la ternura, este hombre era un encanto.

-Ay Rob, eres tan... -me detuve ahí, necesitaba la palabra perfecta para describirlo.

-Tan... -me miró con una leve sonrisa y una ceja alzada.

Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora