Una ligera brisa fresca que entraba por la ventana hizo que abriera un poco a poco mis ojos. Sentí un poco de peso sobre mi abdomen lo cual no me estaba permitiendo levantarme para incorporarme, entonces me giré y vi a Robert a mi lado y su brazo era el peso que sentía. Me tenía abrazada y estaba dormido acurrucado junto a mí. Entonces recordé que la noche anterior, después de que aceptara quedarme, estábamos acostados en su cama viendo una película, pero creo que ambos nos quedamos dormidos mientras la veíamos, porque pude notar que el control de la televisión yacía sobre la cama.
Era una mañana de sábado, así que me permití un poco más de descanso, me acomodé mejor quedando frente a Robert que seguía profundamente dormido. (o al menos eso creía). Recosté mi cabeza en la almohada y mientras lo miraba, sonreí. ¿Quién iba a pensarlo? A final de cuentas, si sentía algo por mí, aunque me gustaría hablar bien con él sobre el tema y preguntarle, ¿qué se supone que vamos a hacer ahora? Pero será para otro momento.
Mis ojos seguían sobre él, observando cómo dormía y una sonrisa se formó en mis labios, hasta que él habló.
-¿Cuánto tiempo piensas seguir mirándome? –preguntó con los ojos cerrados y yo me sobresalte un poco- No te asustes, tranquila. –y en sus labios se dibujó una ligera sonrisa-
-¿Desde hace cuánto sabes que te estoy mirando? Y ¿cómo sabes que me asusté? Tienes los ojos cerrados... –pregunté aún recostada.
-Me di cuenta cuando despertaste. Y abrí los ojos cuando trataste de levantarte, claro que no me viste. –dijo y abrió sus ojos dirigiendo su vista a mí- Sentí que mi mirabas porque después de que me despierto, es muy raro que pueda volver a dormir enseguida, solo tenía los ojos cerrados y, noté que te asustaste porque diste un pequeño brinco y la cama se movió. –rio. ¿Cómo dormiste?
-La verdad muy bien, supongo que la pijama que me prestaste ayudó mucho, porque es muy cómoda. –le dije señalando la camiseta y el pantalón color azul que me había prestado la noche anterior mientras me incorporaba para quedar sentada en la cama.
-Sí. –respondió él- Pero también debe ser porque te queda enorme. –dijo riéndose al mismo tiempo que también se sentaba en la cama- Creo que no terminamos de ver la película anoche, ¿verdad?
-No, nos quedamos dormidos. –suspiré- Y qué lástima porque esa película tenía mucho tiempo que no la veía y me encanta. –dije en un tono melancólico.
¿Cuál era? No recuerdo... -preguntó entre un bostezo.
-Only you. –respondí- Es mi película favorita, te dije anoche. –dije riendo.
-Sí, lo recuerdo y, también recuerdo que te dije que también era la mía. –sonrío.
-¿Sabes? Nunca pensé que tú fueras fan de comedias románticas. –le dije levantando una ceja.
Él se acercó a mí aun estando ambos sobre la cama y al llegar a mi lado, con su mano tomó suavemente mi rostro y depositó un pequeño beso en mi mejilla. –Hay mucho que tienes que descubrir de mí, pequeña y, me entusiasma que lo hagas. –sonrío.
Yo lo miré entrecerrando los ojos y luego sonreí. –Lo mismo digo. –contesté mientras le daba un pequeño beso en la frente y me ponía de pie- Y dime, ¿quieres desayunar algo? –le pregunté.
-Bueno, creo que el que debería preguntar eso soy yo. –comentó aun sentado en la cama- ¿Qué se te antoja?
-Mmmmmm... -hice una mueca mientras pensaba- ¿Qué te parecen unos hot cakes con fruta? Sara y yo acostumbramos desayunar eso los sábados, con café y jugo de nar... -me detuve en seco y Robert me miró extrañado- ¡Sara! ¡No le avise que no iba a llegar a casa anoche! Ay no, seguro debe estar preocupada. Dame un momento para llamarla. –le dije a Robert y él asintió.
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Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]
أدب الهواةHilo rojo del destino ¿Han escuchado hablar sobre esa leyenda japonesa que cuenta de un hilo rojo invisible que está atado al "dedo corazón" une a dos personas que están destinadas a encontrarse, a pesar de todo y, ser felices? Vamos, echa a volar t...