Capítulo XXXIX: La odisea de Robert (parte 2)

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Narra Robert

Ethan conducía a una velocidad moderada.

Íbamos por la carretera y ninguno de los dos hablaba. Yo estaba concentrado en la pantalla de mi teléfono, revisando la mejor ruta para llegar a Los Ángeles desde Atlanta con la ayuda de Google Maps. Al mismo tiempo pensando en _________. ¿Cómo estará? ¿Cómo se sentirá? Lo que menos quería era preocuparla a estas alturas. Mi meta era llegar con ella antes del nacimiento de nuestra hija y lo haría, me costara lo que me costara. Observaba el paisaje por la ventana, soltando un suspiro, pensando en mi esposa.

Repentinamente, mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando mi celular me envió una notificación. La batería se estaba agotando y si quería seguir en contacto con _________, necesitaba tener una buena carga.

-Ethan. –llamé al sujeto de cabello rizado que iba manejando el auto.

-¿Sí, guapo? –me preguntó con una sonrisa inquietantemente amigable sin dejar de ver el camino. Lo miré sobre mis gafas y cerrando los ojos, solté un pesado suspiro.

-En primer lugar, no me digas guapo. Por favor. Apenas nos conocemos, no existe tal confianza en nosotros. –Ethan asintió sin dejar desaparecer su sonrisa- En segundo lugar, necesitamos hacer una parada rápida en algún café o algo así. La batería de mi teléfono se está acabando y necesito estar en contacto con mi esposa. ¿Podemos detenernos en algún lado? –le pregunté, alzando una ceja, tratando de sonar lo más amable que podía.

-Claro. –contestó animado y se agachó un poco en su asiento para ver por el parabrisas- ¡Mira! Ese anuncio dice que a cinco kilómetros hay un restaurante de waffles. –musitó, volviendo su vista al frente.

-Mientras tengan un enchufe directo a la corriente eléctrica donde pueda conectar mi celular, no tengo problema. –contesté con media sonrisa y me acomodé mejor en el asiento.

-Bien, entonces vamos allá. –dijo Ethan, sin dejar de sonreír.

***

Unos diez minutos más tarde, Ethan estacionó el auto justo frente a la entrada principal del que parecía ser un restaurante hogareño y de ambiente familiar. Yo salí primero no sin antes, tomar el cargador que él me había prestado y mientras cerraba la puerta del copiloto, vi que Ethan también cerraba la suya. Se adelantó a paso rápido llevando lo que parecía ser una lata de café en sus brazos; iba caminando de una forma algo afeminada mientras se acomodaba la bufanda que llevaba al cuello. Puse los ojos en blanco, me quité las gafas y caminé detrás de él.

Al entrar al lugar, una amable mesera nos recibió, otorgándonos una mesa para dos personas. En tan solo unos segundos ya estaba tomando nuestras órdenes.

No tenía pensado comer algo, pero considerando que ya pasaba del medio día y no había comido nada desde que desperté, opté por un plato con waffles y tocino. Tenía un poco de dinero en el saco, así que con eso pagaría mi comida.

-Bien, dos órdenes de waffles con tocino, una limonada y un café con crema. ¿Algo más que deseen, caballeros? –preguntó la mesera con una amable sonrisa.

-No, muchas gracias, sería todo. –contestó Ethan, colocando la lata que llevaba con él en la mesa.

La mesera, luego de asentir, estaba a punto de irse, hasta que la llamé antes de que avanzara.

-¡Espere! –le grité, haciendo que se girara a verme instantáneamente.

-¿Sí, diga? –me preguntó con una expresión de duda en su rostro.

-¿Tendrá algún enchufe cerca de una mesa? Es que necesito cargar la batería de mi teléfono con urgencia. ¿Podría ayudarme con eso, por favor? –le pregunté con la esperanza de que me dijera que sí.

Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora