Al día siguiente, toda la mañana estuvo de lo más normal.
Después de que Robert se cambiara y yo también lo hiciera, me quedé en la habitación arreglando a la pequeña Hannah y vistiéndola. Robert bajó a preparar el desayuno y a los minutos, un delicioso aroma de huevos y tocino llegó hasta nuestra habitación.
Al llegar a la cocina con Hannah en brazos, vi a Robert con su característico mandil azul que usaba cuando se ponía a cocinar. Ya se había vuelto su favorito. Se encontraba frente a la estufa, terminando de preparar unos hot cakes con la masa que había hecho la noche anterior. También, ya tenía café listo para servirse en la cafetera y un plato adicional en donde había apartado un poco de su preparación para Hannah, junto con algo de fruta picada y juego de naranja para ella. El aroma de todo en conjunto era maravilloso.
Me acerqué despacio hasta donde se encontraba y le di un beso en la espalda.
-¿Necesitas que te ayude en algo, Rob?
-No, preciosa. Ya solo falta servir. -me contestó de forma dulce, girándose de pronto para verme y depósito un suave beso en mis labios y uno en la frente de Hannah. En sus manos llevaba algunos de los utensilios que había usado para la preparación del desayuno.
Vi que dejo lo que llevaba en las manos en el fregadero y al regresar a la cocina y con un gesto amable, me invitó a tomar asiento frente a la mesa del comedor mientras él servía los platos. Jaló un poco la silla para que pudiera sentarme y así lo hice, acomodándome mejor con Hannah en brazos.
Rob acercó un plato con cuatro hot cakes decorados con fresas picadas y bañados en miel de maple. A un lado de estos, había huevo revuelto con tocino. Su plato era igual que el mío y también acercó el de Hannah, que solo era la mitad de un panqueque y un poco de huevo más su jugo de naranja y fruta picada.
Nos dispusimos a comer tranquilamente acompañados de nuestra hija y sus jugueteos y disfrutando del rico desayuno que Robert había preparado. ¿Eso era tener una familia? Sí eso era, era una de las mejores cosas que me habían pasado en la vida.
***
Trabajamos desde casa y después de hablar con algunos clientes interesados en nuestros servicios, agendar algunas citas para dentro de algunos meses y terminar las revisiones preliminares de un proyecto de un edificio con arquitectura posmodernista para un nuevo museo en New York que abriría sus puertas el año próximo, era la 1:00 de la tarde y ya estábamos un poco más desocupados.
-Creo que debía avisarle a Sara que tenemos planes de invitarlos a comer a ella y a Marcus hoy para que tengan tiempo de prepararse si es que pueden acompañarnos. -le dije a Robert mientras cerraba mi laptop y me acercaba a Hanna que yacía sentada en su andador mientras trataba de dar unos pequeños pasos.
-Tienes razón. Ya casi en hora de que viene a visitarte. Será mejor comentarles con tiempo. -dijo Robert, sin dejar de mirar a Hannah. -Estoy seguro que caminará muy pronto. Mírala, creo que ya desea hasta correr. -comentó divertido y ambos empezamos a reír. -Hay que sacarla a que gatee un poco. Hace un par de días estuve leyendo unos tips de una revista para padres primerizos donde aconsejan dejar a tu bebé gatear el mayor tiempo posible, ya que al hacerlo desarrolla la visión, la tactilidad, el equilibrio, la propiocepción, la motricidad gruesa y fina, la orientación y discriminación espacial de fuentes acústicas y la futura capacidad de escritura en un solo ejercicio. -comentó entusiasmado, enumerando cada uno de los beneficios que mencionaba con los dedos de sus manos.
Lo miré y escuché atenta mientras alzaba a Hannah, sacándola de su andador y arqueé una ceja, sonriendo al ver como Robert hacía una divertida mueca en su rostro, tratando de recordar sino había olvidado alguno de los tantos beneficios que había leído.
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Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]
FanfictionHilo rojo del destino ¿Han escuchado hablar sobre esa leyenda japonesa que cuenta de un hilo rojo invisible que está atado al "dedo corazón" une a dos personas que están destinadas a encontrarse, a pesar de todo y, ser felices? Vamos, echa a volar t...