Capítulo IX: Sentimientos

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Ha pasado ya un mes desde que conseguí mi empleo en Downey Architecture & Design, y a decir verdad, me ha ido muy bien, ya que con mi mejor sueldo y el de Sara debido a su ascenso, hemos podido mudarnos. Nos fuimos a un bonito departamento cerca del centro de Manhattan (que por cierto, ahora estaba mucho más cerca del trabajo, ya no llegaría tarde), y lo estamos pagando para que sea nuestro por fin.

Me relación con Robert también ha mejorado bastante. Hace un par de días estaba revisando mi agenda y revisé en mi calendario que estaba a punto de regresar a clases después de unas pequeñas vacaciones que se nos habían otorgado. Al hablarlo con Robert, me dijo que no había problema, que en cuanto tuviera mi horario escolar se lo proporcionara para poder ajustarnos a él y seguir trabajando bien como hasta ahora. Siento que me tiene más confianza y eso me hace sentir muy contenta, pero no solo confianza en temas estrictamente laborales, sino que también confianza como amigos. Amigos... me gustaría que eso pudiera ser más... más que amigos, pero no lo sé.

Estaba sentada en frente a mi escritorio revisando unas cosas en mi agenda, había llegado un poco más temprano que Robert (cosa que él dijo que no iba a suceder). Downey, me debes una hamburguesa. –pensé al recordar la apuesta que habíamos hecho respecto a ese tema. Si algún día yo llegaba más temprano que él, ese era el pago, una hamburguesa, y acababa de perder. Era la primera vez que usaba la llave que me había dado la primera vez que llegué aquí. Sonreí mientras lo pensaba y seguí anotando unos pendientes en la agenda cuando noté que la perilla de la puerta se estaba moviendo, la persona que entró, era Robert que al verme, levantó las cejas sorprendido.

-¡________! ¿Qué haces aquí tan temprano? –preguntó mientras cerraba la puerta de la oficina.

Yo reí al ver su expresión de sorpresa. –Te dije ayer por un mensaje que iba a llegar un poco más temprano hoy, porque necesitaba organizar las agendas, ¿ves? –le pregunté mostrándole su agenda y la mía sobre la mesa- ¿No viste mi mensaje, verdad? –lo miré con una ceja alzada.

-Ehhhh... -musitó mientras revisaba su teléfono- No, no lo vi. Anoche a las 9:45. Discúlpame, estaba revisando unos correos en la laptop y me quedé dormido. ¿Me perdonas? –me preguntó acercándose a mí.

-Mmmmm, no lo sé... -respondí a la vez que jugaba con la pluma que tenía en la mano- Te perdono si pagas tu apuesta... -le dije sonriendo.

-¿Apuesta? –me preguntó alzando una de sus cejas y sonriendo. Se había recargado sobre mi escritorio, su mirada estaba fija en mí y había acercado su rostro tanto al mío, que podía sentir su respiración sobre mis labios y yo tragué saliva mientras pestañeaba varias veces.

Demonios, es obvio que me gusta y, me gusta muchísimo. ¿Quién no se perdería en esa mirada de avellana? ¿Quién no sentiría volar por las nubes con solo ver su dulce sonrisa? Esa sonrisa que ilumina cualquier lugar a donde vaya... Ay Robert, si tú supieras... pero, ¿por qué te fijarías en alguien como yo? Seguramente te gustan mujeres más maduras, con experiencia, interesantes... En cambio yo, soy más joven por 10 años, ¿qué podrías encontrar de interesante en mí? Aunque a veces me confundía bastante: las miradas que me lanzaba, esos besos inesperados en la mejilla, esos linda o bonita por lo que me llamaba en lugar de mi nombre, las incontables veces que me ha abrazado sin motivo alguno... No sé qué significa todo eso y, me desespera no saberlo. Trate de evadir el hecho de que mi rostro ya estaba más rojo que la blusa carmesí que tenía puesta y cómo pude, hable.

-Sí, la apuesta que dijimos sobre ya sabes qué. –le dije señalando la llave que me había dado.

-¡Oh! –musitó- Esa apuesta... -yo asentí- Muy bien, ¿qué te parece si la dejamos para esta noche? Cerca de mi casa hay un lugar donde venden las mejores hamburguesas que he probado en mi vida, podemos comprar un par, vamos a mi casa, cenamos y aprovechamos para mostrarte mi biblioteca, ya que no hemos tenido oportunidad, por todo el trabajo... -me miró y en sus ojos había un brillo como de ¿entusiasmo? ¿Emoción?

Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora